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| Foto: Fotomontaje SEMANA

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Las últimas horas de Arciniegas, el colombiano ejecutado en China

Juan José Herrera, su hijo, se mostró destrozado. Recordó a Ismael Enrique Arciniegas como un gran periodista que cometió un error y al que homenajeará con un festival a su nombre.

28 de febrero de 2017

Cuando las horas se estaban agotando y el gobierno chino cumplía su sentencia, la cónsul de Colombia en Guangzhou, Juliana Victoria Ortega, hizo una última petición: que antes de morir, Ismael Enrique Arciniegas Valencia pudiera verse con un religioso católico.

En los momentos previos a su ejecución, el colombiano de 74 años que hace siete cometió el error de viajar con cuatro kilos de coca a China tuvo la oportunidad de hacer una llamada y de oír por última vez desde Cali a su hijo Juan José Herrera. Fueron 30 minutos de llanto, despedida, y esa terrible sensación que produce el saber que es la última vez que se escuchará a la persona que se ama.

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Desde cuando la Cancillería colombiana hizo público que era cuestión de horas para que Arciniegas fuera ejecutado, Juan José no tuvo sosiego. En Facebook dijo que era un día triste para Colombia, que su padre era el ser más maravilloso que había conocido sobre la tierra. “Inteligente, noble y de gran corazón. Será ejecutado por el gobierno chino, quitándole el derecho más fundamental de todos, la VIDA. La misma que le debo y la misma que hoy siento que se me va”, escribió horas antes de que pudiera despedirse a la distancia.

El joven les dio las gracias al Ministerio de Relaciones Exteriores y al Consulado en Guanzhou y Beijing por su labor durante los siete años de lo que llamó un “cautiverio”. Por obvias razones, por la dureza de las circunstancias, Juan José prefirió hablar poco con los medios de comunicación. “No es mucho lo que puedo contar, por motivos de seguridad (…). Pero sí les puedo decir que el flagelo del narcotráfico destruye familias y por eso decidí ser artista y cambiar mi vida para demostrar que el arte es una gran opción de vida. La mejor, diría yo”.

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Hasta el final, la Cancillería colombiana intentó apelar por la vida de Arciniegas mediante una nota de clemencia. Pero no hubo vuelta atrás. El protocolo de la ejecución de la pena se llevó a cabo a las 10 de la noche, hora de Colombia. Una inyección letal dio punto final a la vida de un hombre que, según su familia, padecía de neumonía y vivió precarias condiciones de reclusión.    

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Diana Pérez, vocera de la organización "Sí a la repatriación de colombianos en China", dijo desde Pereira que todas las familias de connacionales que están presos en el país asiático no salen del estupor y de la angustia por lo sucedido con Arciniegas. "Es una situación devastadora, a nosotros nunca nos había pasado esto, y no podemos permitir que vuelva a ocurrir", dijo. "El Estado colombiano tiene que hacer más por sus ciudadanos".

Según Amnistía Internacional, China "es el país con más penas de muerte por año, aunque no se tengan datos concretos sobre el número de ejecutados, ya que estos se mantienen en secreto". Muchos como Diana se preguntan por qué cuando que existen esfuerzos por parte de la ONU para abolir la pena de muerte en el mundo, hay países que aún la contemplan. 

En términos jurídicos hay varias razones. El protocolo que regula la materia, por ejemplo, ha permitido mantener temporalmente la pena de muerte, salvarguardando la soberanía de los Estados de dictar sus propias leyes, siempre y cuando se realicen esfuerzos para reducir su aplicación. 

El primer esfuerzo por parte de China para limitar las ejecuciones fue aceptar que las sentencias pudieran contar con suspensión a dos años, en aquellos casos en que el acusado debiera ser sentenciado a muerte, pero la ejecución no requiriera realizarse inmediatamente. Esto significa que si el preso tiene una buena conducta y ha trabajado en la cárcel, pueda solicitar la conmutación, que es cambiar la pena por una menos grave. Situación que ocurrió con Harold Carrillo, primer repatriado a Colombia. Su pena le fue reducida a 19 años que deberá cumplir en Colombia. 

También hay esfuerzos por salvaguardar los derechos de los acusados dentro del juicio. Una de las formas es mediante la protección consular, que implica  que dentro del proceso pueda estar el cónsul para verificar que los procesos se lleven conforme al debido proceso, e incluso pueden representarlo ante los tribunales. En China, según Amnistía Internacional en un informe del 2004, el método de ejecución más extendido fue el de aplicación de inyección letal. 

Esta no era la primera vez que la familia de Juan José tenía que vivir un drama similar. El 18 de septiembre de 2013, murió en una cárcel de la provincia de Macao, en Hong Kong, otro pariente. Su nombre era Luis Germán Arciniegas. Y su muerte se produjo a causa de una enfermedad que padecía desde hace años.

Una vez colgó el teléfono, Juan José, entre lágrimas, decidió escribir unas palabras."El legado de un grande. Chao, viejo, nos vemos pronto. Me deja tranquilo el saber cómo tomas esto tan duro. Me dejas muchos valores como persona y una gran enseñanza de vida. Fuiste un guerrero, un luchador. Un país entero se unió en oración por tu alma".