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"Hay sectores que se oponen a la JEP porque le temen a la verdad": Santos

Dijo el presidente durante la firma de los decretos y leyes que le dan vida a la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad y Unidad Especial para la Búsqueda de Personas Desaparecidas.

5 de abril de 2017

La verdad es la primera sacrificada en tiempos de guerra. Por eso, para el país y las víctimas cobra tanta importancia que se prendan lo motores de la comisión que va a tener la tarea de contarle al país qué fue lo que pasó en los 50 años de conflicto; por qué se llegó a esos extremos de violencia; quiénes fueron los más afectados; y se identifique quiénes fueron responsables.

"Es más valioso, que una indemnización económica, conocer los hechos reales de lo que pasó", dijo este miércoles Odorico Guerra, coordinador de la Mesa Nacional de Víctimas, minutos antes de que el presidente Juan Manuel Santos, firmó los decretos y leyes que le dan vida a la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad y Unidad Especial para la Búsqueda de Personas Desaparecidas.

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Durante el acto que se llevó a cabo en el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación, las víctimas manifestaron que “conocer estos relatos es también una forma de parar la máquina de la guerra” y devolverles el alivio. "Ellas quieren saber qué pasó, cómo pasó, cuándo pasó, dónde pasó y por qué pasó, y todos les debemos esa respuesta", dijo el mandatario durante su intervención.

El anuncio es importante si se tiene en cuenta que desde que arrancó la negociación siempre se ha dicho que las víctimas son el corazón del acuerdo y ahora la implementación empieza a darles la razón. En el tránsito que hace el país después de 52 años de confrontaciones armadas con las FARC desde muchos sectores se exige la verdad. Sin verdad no puede haber justicia ni reconciliación. Las víctimas de abusos a derechos humanos y violaciones del derecho internacional humanitario merecen saber qué les sucedió, quién lo hizo y por qué.

De acuerdo con Santos, "la Comisión ayudará a conocer las dinámicas del conflicto en toda su complejidad, y a constatar no solo las graves violaciones, sino también procesos positivos, como el creciente profesionalismo de los miembros de nuestra fuerza pública a quienes tanto les debemos".

Aunque apenas empieza el proceso de escogencia de quiénes la integrarán, de entrada, muchos advierten que no la tendrán fácil. La cantidad de años que llevan las confrontaciones y la diversidad de actores le inyectan una buena de dosis de complejidad. La ventaja, por ejemplo, es que la Comisión contará con 36 meses de funcionamiento, dos años y medio más que en el caso de El Salvador. Aún así deberá priorizar y enfocarse en periodos y hechos específicos.

"No se trata de una cacería de brujas o una cascada de señalamientos indiscriminados", dijo Santos sobre la fuerte oposición que desde algunos sectores se ha hecho a la Jurisdicción Especial de Paz. "Sé que eso no les gusta a ciertos sectores que pretenden que el proceso se limite tan solo al desarme de las FARC, precisamente porque no quieren reconocer responsabilidad. También se han opuesto rabiosamente a la Jurisdicción Especial para la Paz, porque le tienen miedo a la verdad", agregó.

El carácter extrajudicial que tendrá la Comisión de la verdad significa que nada de lo que allí se diga será usado como prueba contra nadie en los tribunales. Y que la concurrencia es voluntaria. Es decir, que la comisión no puede obligar a nadie a dar su testimonio.

"Serán las víctimas quienes asegurarán que la Comisión, más allá de producir un informe, sea un verdadero punto de inflexión, un espacio de un alto poder simbólico, que nos sirva para rendir cuentas sobre lo ocurrido, cerrar el conflicto, y sentar las bases de la convivencia y la no repetición", concluyó Santos.