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Y COMO ES EL

Jorge Rodríguez Orejuela no es tan importante como sus hermanos, pero aunque parezca increíble tiene más procesos penales que ellos.

3 de abril de 1995

CUANDO LOS COLOMBIAnos vieron su cara por televisión no se les pareció a Gilberto ni a Miguel. Y la verdad es que Jorge Eliécer Rodríguez Orejuela es muy diferente a ellos a pesar de ser su hermano menor. Antes de su captura eran muy pocas las personas que sabían de su existencia.
Pero las diferencias entre Gilberto y Miguel con su hermano Jorge Eliécer van mucho más allá de su apariencia física. Es, de acuerdo con personas que lo conocieron años atrás, "el hermano calavera de la familia Rodríguez". Uno de sus antiguos amigos, hoy informante de la DEA, le contó a SEMANA que a Jorge Rodríguez lo apodaban 'Cañengo', "porque hablaba mucha paja. Otra gente le decía 'Chéchere' o 'La Puerca "'.
A Jorge Eliécer Rodríguez Orejuela le gustan la buena vida, las mujeres y el trago. "El hombre estaba alcoholizado y la droga lo tiene jodido", contó el testigo de la DEA. Recordó que cuando eran socios, a comienzos de los 80, el lugar que más frecuentaban era Melodías del Caribe, donde no sólo se divertían sino que allí realizaban sus negocios de pequeños embarques de droga al exterior y Jorge Rodríguez administraba su negocio de taxis que le habían regalado sus hermanos Miguel y Gilberto.
De acuerdo con la información de los organismos de seguridad, Jorge Rodríguez nacio en Popayán el 9 de julio de 1947, es mecánico industrial, está casado con Marta Cecilia Rodríguez y tiene dos hijos: Jorge Enrique y Margarita María.
A pesar de ser un desconocido para los colombianos, el nombre de Jorge Eliécer Rodríguez Orejuela figura en varios procesos que se adelantan en Estados Unidos. El más importante de ellos tiene que ver con un cargamento de droga -457 kilos de cocaína- que fueron decomisados en Nueva York en diciembre de 1990. En esa operación cayeron 19 personas, quienes posteriormente en sus declaraciones ante la justicia norteamericana vincularon a Jorge Rodríguez Orejuela como uno de los dueños de la droga. De acuerdo con el testigo de la DEA, el embarque había sido enviado desde Panamá y todo el montaje de la operación había estado a cargo del hermano menor de los Rodríguez.
En las cortes de Estados Unidos cursan además otros procesos contra Jorge Rodríguez. De acuerdo con información de la DEA, existe una orden de captura proferida por la Corte Distrital de Nueva York por conspiración de narcotráfico en 1984. En ese expediente es considerado como un hombre muy peligroso. Su residencia en Nueva York fue allanada en dos oportunidades. La primera en diciembre de 1984, cuando las autoridades le confiscaron 284.000 dólares, joyas y cocaína. En el segundo allanamiento la Policia encontró 344.000 dólares, un revólver calibre 38 y 32 gramos de marihuana.
En Colombia las autoridades también lo tenían en su lista de delincuentes más buscados. "Es un personaje importante en el mundo del narcotráfico. Pero su captura sirve para demostrar, sobre todo, la vulnerabilidad de las personas más allegadas a él", dijo a SEMANA el fiscal general de la Nación, Alfonso Valdivieso Sarmiento. Pero, además, la captura de Jorge Eliécer Rodríguez Orejuela tiene un valor simbólico por cuanto significa el primer golpe real a los considerados jefes del cartel de Cali.

¿QUE TAN PELIGROSO?
¿Cuáles son los antecedentes que hacen que las autoridades consideren a Jorge Eliécer Rodríguez como un hombre importante dentro de la organización del cartel de Cali? Contra el hermano menor de Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela existe una resolución de acusación por porte ilegal de armas de uso privativo de las Fuerzas Armadas y falsedad de documentos públicos, dictada el 27 de julio de 1994, proceso número 28213 que cursa en la actualidad en un juzgado regional de Cali. De ser hallado culpable por el primer delito, según la Fiscalía General de la Nación, Rodríguez podría ser condenado a una pena entre tres y 10 años de cárcel y, para el caso de falsedad de documentos, la pena es de ocho años, máximo.
También cursa en su contra el proceso 17141 por violación a la Ley -30 y enriquecimiento ilícito, el cual se abrió en 1993 y está siendo investigado por la Fiscalía Regional de Bogotá; existe orden de captura vigente. Para este caso, según la Fiscalía, la condena está supeditada, entre otras cosas, a la colaboración que Rodríguez Orejuela preste a la justicia.
Y dicha colaboración, según las autoridades, estará determinada casi que exclusivamente por un solo hecho: la delación de sus hermanos Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela. Curiosamente, la delación es una de las pocas garantías,jurídicas con que contaría Jorge Eliécer Rodríguez, pues el hecho de haber sido capturado y no haberse sometido a la justicia le imposibilita recibir los beneficios que contempla la ley para aquellas personas que voluntariamente lo han hecho.
Pero, además, en el momento de su captura, Jorge Eliécer Rodríguez Orejuela portaba una cédula de ciudadanía y una licencia de conducción a nombre de Libardo Vásquez Perdomo, motivo por el cual la Fiscalía Regional de Cali abrió un nuevo proceso en su contra por la presunta falsedad de documento público. En este episodio también las autoridades colombianas comprobaron que Rodríguez tenía pasaporte con visa norteamericana vigente amparado con el nombre ficticio de Libardo Vásquez Perdomo.


EL CASO PETERSSON
Sin embargo ninguno de los procesos anteriores podría ser el más grave en el caso de Jorge Eliécer Rodríguez Orejuela. Existen dos procesos mucho más complicados que los anteriores. El primero de ellos tiene que ver con el testimonio de Guillermo León Valencia Montoya, según el cual Iván Urdinola Grajales fue el autor intelectual del asesinato del teniente del Ejército Ricardo Andrés Petersson Bernal, al parecer, por sostener relaciones íntimas con su esposa, Lorena Henao.
De acuerdo con la confesión, conocida por SEMANA y publicada en la edición 665 del 31 de enero, el testigo confesó a la Fiscalía: "(...) yo (Guillermo León Valencia Montoya) estaba presente, vi y oí cuando Iván Urdinola llamó por teléfono desde su finca La Porcelana en Corinto, con un vaso de licor en la mano, a Jorge Eliécer Rodríguez Orejuela en Cali y lo comisionó para contratar sicarios muy buenos para 'levantar', o sea asesinar con tortura, a Ricardo Andrés, a lo cual Jorge Rodríguez Orejuela accedió con gusto pues es muy amigo y socio de Iván en negocios. Jorge Rodríguez Orejuela coordinó el crimen y para el trabajo contrató en Cali a personas muy conocidas y de toda confianza, específicamente a Jorge Eduardo Rojas Cruz, alias 'K-6' o 'Rambo ', su preferido y especie de niño bonito, Carlos Lozano, alias 'El Gato' y Juan Carlos Ortiz Escobar, alias 'Cuchilla"' .
De acuerdo con miembros de organismos de seguridad del Estado consultados por SEMANA, Rodríguez Orejuela era muy amigo de Jorge Eduardo Rojas Cruz. Según la misma fuente, el hermano de los jefes del cartel de Cali "era la persona que coordinaba a los llamados el grupo de los treinta y seis que eran los hombres seleccionados para hacer los trabajos más especiales para la organización. Sus hermanos hacían el trabajo limpio y él se encargaba del trabajo sucio ".
El otro caso que compromete a Jorge Eliécer Rodríguez Orejuela es el de los polémicos narcocasetes. En efecto, de acuerdo con una cinta magnetofónica enviada a diversos medios de comunicación el 9 de julio de 1994 por una organización que se hacía llamar 'Colombianos Honorables', Jorge Eliécer Rodríguez Orejuela fue la persona que habló con un hombre conocido con el alias de 'Omar'.
En la conversación, el hermano de Gilberto y Miguel Rodríguez, aparentemente en estado de embriaguez, le dice a su interlocutor que el cartel ha invertido mucho dinero en la campaña electoral.
Si bien las autoridades se anotaron un hit con la captura de Jorge Eliécer Rodríguez Orejuela, este es apenas el primer paso para garantizar que pague los crímenes por los cuales se le sindica. La justicia tiene en este caso un gran reto por delante: consolidar los procesos que cursan en contra de este hombre. Si lo consigue, posiblemente logrará hacer claridad en casos que hoy no están del todo consolidados, como el asesinato del teniente Petersson. Si además desea negociar su pena, tendrá que hacer delaciones importantes, pues la Fiscalía considera que no necesita ofrecerle rebajas por confesión ya que hay buenas bases para juzgarlo sin acudir a este expediente. Si finalmente lo logra, la justicia habrá redondeado la labor que la Policía inició el jueves pasado.