Home

Nación

Artículo

Si yo volviera a nacer, eso sería a lo que me dedicaría desde el primer instante: a estudiar música. Por fortuna no fue tarde hacerlo a los 37 años

Al paredón con María Isabel

¿Cómo pudieron transformar a una mujer tan linda en una mujer tan repugnante?

Margarita Rosa de Francisco le responde a María Isabel Rueda.

12 de enero de 2008

M.I.R.: Andaba como perdida. ¿Qué hacía Margarita Rosa antes de aceptar su papel en la película ‘Paraíso Travel’, que se estrena esta semana?
M.R.deF.: Desde mi última telenovela, La Caponera, hice un alto en el camino. Sólo acepté aparecer en siete ‘desafíos’, uno al año. Del resto me retiré para cumplir un sueño frustrado de mi vida: ir a la universidad a estudiar música.

M.I.R.: ¿A estudiar canto, o música?
M.R.deF.: Música. Composición. Ya tenía 37 años y siempre pensaba: ¡Qué lástima que nunca hice eso! Hasta que un día me animé. Hablé con el decano de la Javeriana, y le pregunté si era imposible que una mujer de mi edad entrara a semestre cero, sin tener ninguna formación de conservatorio. Me respondió: “tan es posible, que entre ya”. Así empecé. Eso fue hace cinco años.

M.I.R.: ¿Y aprendió?
M.R.deF.: Pues estudié dos años y medio ahí, y después me fui a Miami a estudiar lo mismo en otra universidad. Seguí escribiendo música, haciendo canciones…

M.I.R.: ¿Algo de lo que ha compuesto se ha oído?
M.R.deF.: No, pero se va a oír.

M.I.R.: ¿Cómo así? ¿Tiene disco nuevo con sus propias canciones? ¿Ya lo grabó?
M.R.deF.: Sí. En composición no es necesario ser diestro en ningún instrumento. Yo no toco nada bien. Pero sí utilizo el piano y la guitarra para escribir. Y en el New World School of the Arts, que fue donde estudié la segunda parte, me dediqué a la música instrumental. Alcancé a hacer piezas para piano, para tres instrumentos como máximo.

M.I.R.: Pues me parece muy meritorio…
M.R.deF.: Si yo volviera a nacer, eso sería lo que escogería desde el primer momento.

M.I.R.: ¿Esto todo lo decidió luego de que se acabó su segundo matrimonio?
M.R.deF.: Sí. Ya estando en Miami empecé a trabajar en este primer disco completamente mío, porque ya había grabado otros con la música de La Caponera y de Café.

M.I.R.: ¿Qué tipo de música es?
M.R.deF.: Una fusión entre música brasilera, colombiana y cubana. Es decir que si usted pone a Brasil, a Colombia y a Cuba juntos y los licúa, queda esto, en lo que trabajé un semestre entero. De repente salió la propuesta de hacer Paraíso Travel en México. Acepté porque no era una invitación a hacer un culebrón. No quería eso.

M.I.R.: ¿Cómo es la historia de que el escritor colombiano Jorge Franco, escribiendo la novela del mismo nombre de la película, siempre pensó en usted como el personaje sórdido y perdido que es Raquel, la madre de Reina?
M.R.deF.: La propuesta que inicialmente me hicieron fue encarnar a Patricia, la dueña del restaurante que le ayuda a Marlon. Fue Jorge Franco el que no dejó, argumentando que escribió el papel de Raquel pensando en mí. Habrá que preguntarle a él por qué.

M.I.R.: Vi la película para hacer esta entrevista, y me pareció bastante buena. Cinematográficamente es impecable, los actores son excelentes. Y para provenir de un guión colombiano, es meritorio que no dicen ni una sola vez “gonorrea”. Tampoco hay narcotráfico metido en la historia. Sencillamente retrata el sueño americano que tienen tantos inmigrantes, de tantas nacionalidades…
M.R.deF.: Así es. Gente de muchas nacionalidades terminará identificada con los inmigrantes de la película.

M.I.R.: ¿No es muy arriesgado regresar después de tantos años al cine, en un papel de escasos 10 minutos, que seguramente atraerá a muchos a ver la película buscando a la bella Margarita Rosa, para encontrarse con la repulsiva Raquel?
M.R.deF.: No pensé en el riesgo. Lo de ser aprobado o desaprobado no importa en la expresión artística.

M.I.R.: ¿Pero qué fue lo que la llevó a aceptar el riesgo de ese papel?
M.R.deF.: El tono del personaje de Raquel. Como ya los diálogos estaban escritos, lo encontré muy bien expuesto, y eso me atrajo mucho.

M.I.R.: ¿Y cuando le plantearon que tenía que convertirse, de ser una de las mujeres más lindas de Colombia en la más fea y repugnante, ni siquiera lo pensó?
M.R.deF.: Quitándole lo de la mujer más linda, porque nunca me he sentido así, el papel me pareció liberador. El director, Simon Brand, me lo explicó desde un principio. Me pidió que además de aparecer como una mujer muy desagradable, hiciera cosas muy desagradables. Es como cuando a uno le dan un pasaje hacia la libertad. Al estar encuadrada en una imagen de mujer bella, uno queda atrapado en la expectativa de qué le va a pasar a esta mujer cuando pase el tiempo. Me encuentro con gente que no veo hace 10 años, y con solo la mirada de esa persona siento que está esculcando qué ha pasado conmigo en todo este lapso. Entonces me pareció que el papel me permitía un momento para jugar, para demostrar que también hay hermosura en otras cosas distintas de la belleza. Cuando me vi maquillada así, me encantó lo que vi en el espejo y me pareció una maravilla lo que ese maquillador había hecho con mi imagen.

M.I.R.: ¿Quién fue ese maquillador?
M.R.deF.: Nada menos que Scout Wheeler, el maquillador de La Guerra de las Galaxias.

M.I.R.: Pues hablemos de la imagen. ¿Cabría la crítica de que el maquillaje es un poco exagerado?
M.R.deF.: Sí, va a ser muy controvertido. Estoy dispuesta a recibir críticas de toda clase, porque además de ser un papel patético, la actriz puede estar atravesando un momento patético.

M.I.R.: ¿Usted siente que está pasando por un momento patético?
M.R.deF.: Los actores a veces hacemos cosas patéticas.

M.I.R.: ¿Y qué pasa si por cuenta de ese maquillaje, la critican por haberse sobreactuado en su corto papel?
M.R.deF.: Existe ese riesgo. Pero se hicieron muchos ensayos y traté de seguir lo más fielmente posible las instrucciones del director y las del escritor del libro. No sólo ser una mujer físicamente desagradable, sino de comportamiento repulsivo. Pero detrás de todo eso, lo que hay es una mujer destruida, abandonada por ella misma en todos los sentidos, aunque con algo entrañable que la hace humana para que produzca conmiseración, compasión o algún tipo de empatía con el público. No sé si eso finalmente lo logré. No tengo la suficiente objetividad para decirlo.

M.I.R.: Habrá que ver si lo logra en otros países de inmigrantes hacia donde va dirigida la película. Pero en Colombia, parte del gancho de ‘Paraíso Travel’ será su regreso al cine…
M.R.deF.: Es cierto que ese es un saldo a favor que tengo en Colombia. Pero en otras partes del mundo, donde nadie me conoce físicamente, aspiro a que esa mujer tenga una conexión con el espectador hasta el punto de que le dé ganas de abrazarla.

M.I.R.: El desastre de Raquel no es un problema de los inmigrantes, pues ellos no necesariamente son alcohólicos ni drogadictos…
M.R.deF.: Desde luego que no. Este es el problema de una persona que tiene cero autoestima. Que no tiene nada para rescatar.

M.I.R.: ¿Qué fue lo más difícil del papel?
M.R.deF.: Entrarle al personaje, porque esta mujer está totalmente desprovista de conciencia de sí misma, y yo soy, por el contrario, totalmente consciente de mí misma. Los ejercicios para lograrlo fueron bastantes. El maquillaje sencillamente terminó de ubicarme en el personaje. Cuando estábamos grabando y yo estaba descansando, ya no quería hablar sino como Raquel. Tal fue mi compenetración con el personaje.

M.I.R.: ¿Cuánto dura un maquillaje como ese, como para hacer un cambio tan radical?
M.R.deF.: Cerca de cuatro horas.

M.I.R.: ¡Cuatro horas diarias, usted sentada en una silla, antes de comenzar la filmación! ¿No se desesperó?
M.R.deF.: Sí. Hasta en los ojos me ponían unos lentes de contacto grandes que tienen las venitas reventadas. ¿Pero a usted de verdad le pareció excesivo ese maquillaje?

M.I.R.: A mí no. Por el contrario, me pareció un papel muy valiente. Pero no descarto que pueda recibir críticas en ese aspecto.
M.R.deF.: Admito que el papel está como en esa frontera…

M.I.R.: Pase lo que pase, ¿piensa que valió la pena?
M.R.deF.: Definitivamente sí. Me era necesario hacerlo. Siempre digo la misma palabra, pero es que me sentí libre. Aunque a la luz de toda la obra, y esa es una duda que tengo, el papel de Raquel puede estar subido de tono para el contexto total de la película. Puede ser.

M.I.R.: Este es su regreso al cine. ¿Pero también a la televisión?
M.R.deF.: He recibido guiones muy buenos para cine y trataré en lo posible no hacer una telenovela más. Eso digo ahora. Espero cumplirlo.

M.I.R.: ¿Podemos poner una parte de su disco?
M.R.deF.: (Lo saca, feliz, de la cartera). Está recién salido del horno.

M.I.R.: (Lo pongo: me encanta). Una última pregunta: Sentimentalmente, ¿cómo está Margarita Rosa?
M.R.deF.: Como para ni hablar del tema (Risas). Mi talón de Aquiles ha sido ese. Mi vida profesional transcurre exitosamente, y cuando todo va bien, por las razones que sea, el deseo de buscar esa pareja y la compenetración con alguien no ocurre. Otra paradoja grande es que cuando estoy en un estado de conflicto sentimental es cuando aparecen las canciones y aparece la actuación. Parece como si fuera más fiel a las artes que a mí misma…
M.I.R.: ¿No es ese el costo más frecuente de la creatividad?