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Como no se veía en muchos años, las aguas de la Laguna de Fúquene inundaron más de 4.000 hectáreas y causaron una crisis en 24 municipios de Boyacá y Cundinamarca

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Con el agua al cuello

Las lluvias están haciendo que este sea uno de los peores inviernos de los últimos años en el país. Van 107 muertos y más de 94.000 damnificados.

13 de mayo de 2006

El pasatiempo preferido de la mayoría de los colombianos estas dos últimas semana ha sido ver llover y soportar el frío que afectó a más de 17 departamentos en el centro y el norte del país. Si bien desde hace más de un mes la región Andina y la Costa Atlántica están en invierno, desde hace tiempo no se veía llover durante varios días. Por eso, algunos expertos ya dicen que este podría ser uno de los peores inviernos de los últimos 20 años.

Mientras esto se comprueba, los hechos muestran por ahora que si bien este invierno no ha sido más fuerte en lluvias, salvo por los últimos días, como lo advierten la Cruz Roja Colombiana y la Dirección de Prevención y Atención de Desastres, sí lo ha sido en el número de muertes y víctimas. En lo que va corrido del año han muerto 113 personas, 220 heridas, 11 desaparecidos y más de 112.000 personas han resultado afectadas. Además, más de 1.100 viviendas han sido destruidas y 7.800 más están seriamente averiadas.

El caso más dramático de los últimos días ocurrió el sábado pasado en Boyacá y Cundinamarca, donde las fuertes lluvias hicieron que la laguna de Fúquene anegara 4.700 hectáreas en 24 municipios y afectara las viviendas de 1.100 personas, además de cubrir vías, puentes y destruir cultivos.

La inundación fue tan grande, que el gobierno se vio en la necesidad de declarar la calamidad pública en estos dos departamentos, movilizar ayudas e incluso usar los miembros disponibles del Ejército en la zona para ayudar a evacuar los afectados y salvar los enseres y animales que quedaron atrapados en medio del aguas. Ese mismo día tres personas murieron en Bogotá, cuando un alud sepultó la humilde casa en la que vivían

Sólo en los primeros 12 días de mayo se presentaron 94 deslizamientos, inundaciones y vendavales en 17 departamentos del país, que dejaron 17 muertos, nueve desaparecidos, 27 heridos, 105 viviendas destruidas y más de 37.000 afectados.

Según el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), el invierno continuará hasta junio, cuando espera que el clima vuelva a su estado normal pues, según la entidad, hay dos factores que han intensificado el invierno.

El primero es que las aguas cercanas a la línea ecuatorial y a las costas del Pacífico están más frías de lo esperado y están generando una especie de fenómeno de La Niña que está afectando el clima de esta zona. Esto ha hecho que mientras en Perú y parte de Ecuador hay verano o sequías, en Colombia se presente lo contrario, un aumento de lluvias.

El otro fenómeno es que los bloques fríos que circulan constantemente al norte del mar Atlántico han sufrido un desplazamiento hacia el sur, lo que está produciendo una mayor presión de nubes y precipitaciones en el interior del país. Esto ha hecho que algunas regiones, especialmente la Andina, reciban una descarga de lluvias por encima de las normales. Por ejemplo, el año pasado en Bogotá cayeron 1.000 milímetros de lluvia, y en lo que va corrido del año, ya han caído 800 milímetros. Sólo en los 10 primeros días de este mes, la capital ya recibió toda el agua que cayó el año pasado durante todo el mes. Algo similar ha ocurrido en otras ciudades como Manizales, Armenia o Medellín.

El aumento de la temporada invernal ha afectado virtualmente a todos los colombianos (ver artículo 'Palo de agua' en la página 114). El efecto más importante es que los vientos que han azotado varias regiones han hecho que las personas sientan más frío de lo normal, así las temperaturas se mantengan dentro del promedio de otros años. Algo que se conoce como la sensación térmica.

Lo cierto es que el invierno sigue y las consecuencias se seguirán viendo, especialmente en ríos como el Magdalena y el Cauca, que tiene varios trayectos en máxima alerta desde el martes pasado, cuando empezó a desbordarse desde La Dorada (Caldas), donde dejó 1.090 personas afectadas, pasando por Puerto Berrío, Puerto Wilches, Barrancabermeja y Calamar. Al día siguiente, el Cauca se desbordó en Caucasia y dejó 6.000 afectados. Hay preocupación por lo que pueda ocurrir en ríos como el Bogotá y el Tunjuelo, en el centro del país, o el San Jorge y el Sinú, en la Costa, que el viernes inundó varios barrios de Montería.

El Ideam advirtió que las lluvias seguirán en el norte y el centro de Colombia, pero en menor intensidad. El pronóstico para los próximos días es que habrá mañanas de sol y tardes de lluvia. Así que salga de su casa con paraguas, porque en Colombia las predicciones del clima pueden cambiar en pocas horas.