Home

Nación

Artículo

reelección

Con 'mico' al hombro

La unión de los conservadores permitió que la reelección pasara su primer examen. La reforma fue aprobada con un artículo que da poder al Legislativo para definir los presupuestos de inversión.

2 de mayo de 2004

Como era previsible, la reelección pasó su primer examen en el Congreso. A pesar de las amenazas del senador Héctor Elí Rojas de acusar ante la comisión de ética a algunos de sus colegas por supuestas inhabilidades para decidir sobre el proyecto, 12 votos a favor permitieron que saliera triunfante de la comisión primera. Pero el texto aprobado no es igual al original. A última hora se incluyeron ocho artículos nuevos. Algunos, de todo el gusto de los congresistas. Otros, de poco agrado para los más fieles partidarios de la reelección del Presidente. Cuando Rojas amenazó con recusar a Mauricio Pimiento, José Renán Trujillo, Roberto Gerlein y Claudia Blum, el panorama para el proyecto ya se había despejado. La alianza de conservadores y uribistas se convirtió en una aplanadora que se llevó por delante cualquier intento de trancar la iniciativa. A esto se le sumó una maniobra de la mesa directiva de la comisión, que permitió a sus miembros votar sobre las posibles inhabilidades. La mayoría decidió que los cuatro senadores no tenían impedimentos. Al ver que sus denuncias no produjeron el efecto esperado, el senador Rojas resolvió guardarlas para próximas etapas del debate en las que, según él, probará que hay más de 20 congresistas con impedimentos éticos para votar la reelección. Entre los artículos más importantes que se incluyeron están la posibilidad de reelegir alcaldes y gobernadores, mayor control a la contratación pública por parte del gobierno nacional, la determinación de que miembros de partidos o movimientos políticos ejerzan el derecho de réplica ante pronunciamientos del Presidente en medios estatales de comunicación y la decisión de que todas las campañas electorales tengan la misma financiación, la cual sería exclusivamente estatal. Los senadores también votaron positivamente una propuesta del liberal Rodrigo Rivera, que defendió su copartidario Juan Fernando Cristo, que plantea que los gastos de inversión incluidos en el presupuesto que presenta el gobierno al Congreso "recogerán el resultado de audiencias públicas convocadas por el gobierno nacional, departamental y del Distrito Capital y del análisis hecho por las bancadas de cada departamento y Bogotá. El presupuesto no incluirá partidas globales...". Los riesgos políticos de este artículo, si pasa, son los mismos que expusieron los críticos del controvertido punto cuatro del referendo. En últimas, su espíritu es el mismo. Si hay que realizar audiencias para que la ciudadanía incida en la determinación de partidas específicas, se estarían creando nuevos canales, esta vez formales, para el fortalecimiento del clientelismo. Los gobernantes, ahora motivados por perspectivas de reelección inmediata, podrían dedicarse a prometer a los ciudadanos la inclusión en los presupuestos de recursos para atender necesidades particulares. Una escuela, una vía, un parque. Por último, se planteó reducir el tiempo de campaña del Presidente de 120 a 60 días. Ante esto, el ministro del Interior, Sabas Pretelt, calificó de ilógico el artículo. "Los demás candidatos van a tener más tiempo para hacer campaña", señaló. Lo que viene El proyecto de reelección ahora pasa a la plenaria del Senado. Aunque los 12 miembros que ya votaron a favor sólo representan el 11 por ciento de los senadores, la iniciativa salió de la comisión con mayor legitimidad de la que se esperaban. Sin embargo, la pelea será dura. Los amigos de la reelección no sólo tendrán que fortalecer sus resistencias contra las acusaciones de Héctor Elí Rojas, sino que también deberán estrechar aún más sus lazos con los conservadores y prevenir divisiones por la puja por la repartija burocrática. Si pasa en el Senado, el proyecto irá a la comisión primera de la Cámara. Allí, el camino será más difícil. No sólo porque en ella hay un mayor número de independientes no uribistas, sino porque -con el precedente del acuerdo con los conservadores-los representantes aspirarían concertar con el gobierno nuevos apoyos políticos y económicos para sus regiones. El balón sigue del lado del Congreso. Y si algunos de sus miembros no obtienen resultados de sus presiones al gobierno, de todas maneras ya habrán logrado los beneficios electorales que les trae incluir artículos como el que prácticamente revive el punto cuarto del referendo.