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Condenan a 40 años a hombre que reclutó a víctimas de ‘falsos positivos’

El hombre, identificado como Pedro Antonio Agámez Díaz, fue hallado culpable de engañar a dos jóvenes víctimas de 'falsos positivos' que aparecieron muertos en Norte de Santander.

1 de septiembre de 2011

Un juez condenó a 40 años de prisión a un hombre que reclutaba bajo engaño a civiles que morían a manos de militares que los reportaban como guerrilleros caídos en combate.

La sentencia fue adoptada por el juzgado Segundo Especializado de Cúcuta, Norte de Santander, donde se desveló esta práctica de ejecuciones extrajudiciales, conocida como "falsos positivos".

Unas publicaciones periodísticas del 2008 pusieron al descubierto la práctica con el caso masivo de una veintena de jóvenes de Soacha que desaparecieron de este municipio cundinamarqués y aparecieron después muertos, reportados por militares como dados de baja en enfrentamientos.

La Fiscalía General precisó en un comunicado que Pedro Antonio Agámez Díaz fue hallado responsable "en calidad de coautor de los delitos de homicidio agravado, desaparición forzada y concierto para delinquir".

Los cargos están relacionados con hechos que se remontan a diciembre del 2007, con la desaparición en Cúcuta de Camilo Andrés Valencia, joven que pocos días después apareció muerto junto a otro hombre.

Ambos fueron reportados como muertos en combate por tropas de un batallón de infantería en Ocaña, en Norte de Santander, señaló la Fiscalía.

La entidad judicial recordó que las pruebas recogidas por el fiscal del caso muestran que el condenado conformaba "una agrupación dedicada (...) a buscar y llevar hasta Ocaña desde Soacha víctimas que luego aparecían sin vida en presuntos enfrentamientos con el Ejército Nacional".

En el caso de Valencia, el juez observó que se trataba de una persona con "problemas económicos" que cayó en manos de una banda conformada por Agámez y otros tres hombres conocidos con los alias de 'Álex', 'Pique' y 'Pocho'.

La Fiscalía General ha documentado más de 2.000 casos de este tipo y ha vinculado con ellos a más de 1.487 militares, de los que al menos 100 han sido sentenciados a penas de prisión.

Con esta práctica, los uniformados buscaban mostrar resultados ante sus superiores y recibir beneficios, como días de descanso.
EFE