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Jaime Gutiérrez Ospino deberá responder por las supuestas irregularidades que presentó el autobús en el que ocurrió la tragedia. | Foto: Alejandro Arias

TRAGEDIA

A la cárcel presuntos responsables de la muerte de 31 niños

Un juez tomó la decisión de darle medida de aseguramiento al conductor Jaime Gutiérrez y al pastor Manuel Ibarra.

20 de mayo de 2014

Este martes se dio la primera cita con la justicia de Jaime Gutiérrez, aquel hombre señalado de ser el responsable de la muerte de 31 niños que se transportaban en un bus en el municipio de Fundación (Magdalena) y quien, por decisión del juez de garantías, fue enviado a la cárcel a solicitud de la Fiscalía.

El juez ordenó medida de aseguramiento en cárcel tanto para el conductor Jaime Gutiérrez como para para el pastor Manuel Ibarra. Ninguno de los dos aceptó cargos individuales por las muertes de cada uno de los niños.

El abogado de los dos hombres aseguró que sus defendidos no tuvieron nunca la intención de causarle daño a los menores y que solo realizaban una actividad de evangelización donde también los alimentaban y educaban.

La Fiscalía pidió una condena de 60 años para Jaime Gutiérrez y aseguró que el Estado también tiene responsabilidad en los hechos.

El Conductor

Los investigadores establecieron que el conductor llevaba sobrecupo en un vehículo, al que sólo le cabían 24 personas.

Según las informaciones que entregó Gutiérrez a los investigadores, el domingo pasado, día del accidente, él realizó cuatro viajes por todo el municipio de Fundación, recogiendo niños para llevarlos a la iglesia Pentecostal Unida. En total, había transportado un total de 180 menores.

Pero lo más escandaloso es que en esos recorridos el bus se le apagó en tres oportunidades por fallas en el suministro de gasolina. El conductor acostumbraba llevar en la cabina del automotor una 'pimpina' de gasolina, de 5 a 7 galones, mediante la cual trataba de reactivar el funcionamiento del carburador. En una de esas veces, la gasolina se derramó. Fue por ello que cuando en el último y desafortunado recorrido una chispa saltó y ya tenía abonado el terreno para la tragedia.

Gutiérrez alimentaba de carburante el motor por gravedad mientras los pasajeros permanecían apiñados en el interior del automotor. Quien lo acompañaba en esta fatal travesía es Manuel Ibarra, miembro de la iglesia y quien hoy también está en frente de un juez como corresponsable de la tragedia.

Ibarra perdió a su única hija en la tragedia y tuvo que ser sometido, luego del accidente, a una intervención quirúrgica, pues perdió un dedo de una de sus manos. Los investigadores tienen claro, y eso lo dirán en la imputación, que Gutiérrez era un conductor empírico, que ni siquiera tenía licencia de conducción. En ocasiones trabajaba como mecánico y se rebuscaba unos pesos como una especie de 'mandadero'.

La defensa de Gutiérrez tendrá que batirse a fondo para demostrar su inocencia, en uno de los casos más dolorosos registrados en la Costa Caribe.

Mientras todo esto ocurre en Santa Marta, en Barranquilla los atribulados padres se encuentran en la labor de reconocimiento de los cuerpos de sus hijos.