Home

Nación

Artículo

J U D I C I A L    <NOBR> </NOBR>

Confesión de un secuestrador

Antes de escapar el mayor secuestrador del país reveló los pormenores de esa industria infame.

23 de octubre de 2000

¿Cuál es su profesión? Soy guerrillero y estoy de comandante encargado del frente 22 de las Farc. ¿Cuáles son sus funciones? Yo me encargo de coordinar los secuestros, de recaudar la plata y coordinar con las bandas que hacen los levantes”. Así empezó su confesión Hugo, el secuestrador más temido en 20 municipios de Cundinamarca. Durante dos años y medio estuvo al mando de ese frente pero, según dijo, no en propiedad. “Iba para comandante. Para eso uno tiene que demostrar efectividad y eso se hace a través del recaudo de dineros y de operaciones”, reconoció a los fiscales. Cuando le preguntaron por los últimos secuestros el guerrillero admitió que “estaba en negociaciones con los familiares de Steven Jaime Levi, con los de unos paisas de Medellín de apellido Londoño y su primo hermano de apellido Gallego”. Sin embargo Hugo dejó en claro que, cuando fue capturado, colaboró con el Gaula en la liberación de Levi. Según él, así fue: “Solicité un teléfono celular y me comuniqué con los que lo tenían y les dije: ‘Llamo para que liberen al grasoso (Levi). Ya se hizo la negociación y llegamos a un buen arreglo”. Los hombres del grupo antisecuestro se desplazaron a la zona rural de La Palma y lo rescataron. Levi llevaba un mes retenido y era custodiado por siete hombres. Reveló, además, que los otros secuestrados estaban repartidos. Uno en poder de Adán (Haner Godoy Uribe, jefe de la comisión de finanzas) y los otros con Eduardo, segundo comandante y jefe de la comisión de inteligencia.

En su indagatoria Hugo hizo varias confidencias a la Fiscalía. Explicó con detalles el mecanismo de una operación. “Los secuestros se levantan en Bogotá por las bandas de delincuencia común. Después los llevan a las fincas. Allí, con el apoyo de pobladores de las zonas, se esconde la gente”. El guerrillero sostuvo que, una vez la víctima está en poder de las Farc, el trato lo hace un negociador experto. Sólo en casos muy exclusivos, añadió con naturalidad, él asumía esa diligencia.

Sin embargo Aníbal Francisco Burgos, más conocido como ‘Julián’ y principal intermediario entre las bandas de ‘levantadores’ y las Farc, fue más específico. “Un grupo hace la evaluación de posibles secuestrados. Una vez se ejecuta, se negocia con las Farc”. Dijo que se comunicaba directamente con Hugo y que si recibía a las víctimas el guerrillero negociaba directamente. La otra manera, aseguró, era por encargo del grupo guerrillero, “entonces yo coordinaba con las bandas quién lo podía ‘levantar’. Y una vez hecho el pago se divide el porcentaje. Es un 70 por ciento para las Farc y un 30 por ciento para la banda”.

‘Julián’ reveló que las dos bandas especialistas son la de ‘Los Calvos‘ y la de ‘Miguel’ o ‘El Mono’. “Cada una está conformada por 20 a 30 personas. Incluso en una hay como nueve policías, entre ellos un teniente haciendo curso para capitán”. Las autoridades que les siguen la pista desmantelaron hace semanas a ‘Los Calvos’. Hay varios capturados procesados por secuestro y extorsión.

El día de la captura Hugo acababa de regresar de la zona de distensión. “Venía del Caguán de reportarme con las instancias superiores”. Es decir, con el secretariado, específicamente con el ‘Mono Jojoy’. “Iba a entregar el dinero recaudado”, dijo. Ese era un viaje que hacía con frecuencia. Según los registros de las autoridades el ‘Mono Jojoy’, después de la muerte de Miller Perdomo, dio la orden de entregar los dineros de manera inmediata. Esto porque cuando murió Miller, en un operativo de las autoridades el año pasado, se fue con un gran secreto: el escondite de las ganancias producto de los secuestros.

Ese dinero aún no ha aparecido, según los investigadores. Con Hugo preso, recalcó la fuente, las Farc estaban perdiendo mucho dinero. Dinero que el guerrillero debió entregar luego de su fuga de la cárcel La Picota la semana pasada.