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CONFESIONES DESDE EL CALABOZO

Explosivas revelaciones del principal sobreviviente del escándalo de narcotráfico en Cuba.

21 de septiembre de 1992

CORRíA EL MES DE JUNIO DE 1989 CUANDO SE INIció en La Habana un proceso judicial que dejaría una marca indeleble en el régimen cubano de Fidel Castro. En rápida sucesión se produjo la captura del general de división Arnaldo Ochoa Sánchez, "Héroe de la Revolución" y de los gemelos Antonio y Patricio de la Guardia, así como de sus colaboradores más inmediatos. La acusación: traficar con cocaína mediante las posibilidades que brindaba el Departamento MC, una dependencia del Ministerio del Interior (Minint) organizada para eludir el bloqueo comercial norteamericano y proveer toda clase de suministros a la isla. El proceso terminó con el fusilamiento de Ochoa y Antonio de la Guar dia, un hombre muy cercano a los afectos de Fidel, así como de sus colaboradores más cercanos, el capitán Jorge Martínez Valdez y el teniente coronel Amado Padrón. Otra consecuencia fue la condena a 20 años de prisión de José Abrahantes, ministro del Interior, por negligencia en el cumplimiento de sus deberes, mientras el general Patricio de la Guardia fue sentenciado a pasar 20 años tras las rejas "por no haber denunciado las actividades de su hermano".
Los condenados a muerte, con lágrimas en los ojos, reconocieron su "conducta antirrevolucionaria" y profesaron su lealtad a Fidel. Desde ese momento se ha hablado de "purga" interna para aca bar con la disidencia. Ahora Patricio de la Guardia, el principal sobreviviente, ha hecho pública su versión de los hechos: a través de una carta clandestina desde su celda. SEMANA la reproduce a continuación

Prisión de la Condesa 5-10-91

Al: Miembro del Buró Político del PCC
Roberto Robaina y Osmani Cienfuegos Gorriarán
Del: Ex general de Brigada Patricio de la Guardia Font
Asunto: Esclarecimiento de la Causa No.1 de 1989. Violación de los derechos ciudadanos a disponer de uma justa defensa de acuerdo con lo que enumcia la Constitución y leyes de este país.
Si este país es um estado de derecho todo lo que voy a narrar en este amplio informe demostrará las innumerables violaciones que se cometieron de mis derechos ciudadanos y de lo que consta en las leyes aprobadas por la Constitución Socialista de la República de Cuba en cuanto a mi caso específico para no entrar a discutir o indagar de las situaciones y casos similares por los que pasaron los demás acusados.
El día 12 de junio de 1989, estando cenando en la casa del que fuera mi jefe de Información y de la radio inteligencia en Angola, el teniente coronel Michael Montañer Caballero y siendo cerca de las 23:00 horas hubo de presentarse en dicha casa el entonces coronel Filiberto Castañeira ayudante en aquel momento del viceministro primero del Minint Pascual Martínez Gil (General de División, condenado a 12 años y degradado a soldado raso) con el pretexto de que los entonces ministro y viceministro primero, Abrahantes (José, General de división, en el momento del juicio era Ministro del Interior (Minint), que tenía entre sus responsabilidades el Departamento MC. Fue condenado a 20 años de prisión por "uso indebido de recursos materiales y negligencia") y Pascual necesitaban urgentemente reunirse conmigo para analizar una situación que por su importancia requería de mi inmediata presencia, comunicándole a mi esposa y demás allí presentes que yo regresaría en seguida.
Esa misma tarde yo había ido a hablar con mi hermano el coronel Antonio de la Guardia (Hermano gemelo de Patricio. Miembros de la alta sociedad de Cuba, participaron en la revolución y se convirtieron después en miembros del círculo más cercano a Fidel. Responsable del Departamento MC. Condenado a muerte y fusilado por narcotráfico), debido a comentarios que me habían llegado desde mi regreso de Angola (yo regresé definitivo a mediados de mayo después de tres años). Los comentarios que me habían llegado se relacionaban con supuestas operaciones encubiertas de narcóticos dirigidas desde Cuba a EE.UU. Se me habían acercado varios compañeros, entre estos el coronel Rolando Castañeda (vinculado al Minint. Condenado a seis años de prisión y de gradado a soldado raso), el teniente Ferrín y otros, lo cual me preocupó. Estas supuestas operaciones me planteaban eran dirigidas por Tony, el cual estaba al frente del departamento MC (Organización creada por el gobierno cubano para romper el bloqueo comercial impuesto a la isla por Estados Unidos) de la DGI (Dirección General de Inteligencia). Al principio no le di mucha importancia por antecedentes que yo tenía de estudios anteriores en los años 8384 y 85 que se habían hecho de Cayo Largo del Sur como plaza para el lavado del dinero y que según yo tenía entendido habían sido autorizados por el ministro del Interior y el viceministro primero así como de las relaciones de trabajo que se tuvieron con el ya famoso Robert Vescó (conocido mafioso norteamericano, prófugo de su país desde los años 70) del cual todos hemos oído hablar en más de una ocasión.
Conocía de la casa que se había construido en Cayo Largo del Sur y de las operaciones que se hicieron autorizadamente por parte del MC con este señor para traer tecnología para la industria azu carera desde EE.UU. de forma clandestina para romper el bloqueo, conocía también de 500 kilogramos de cocaína que el ministro del Interior tenía guardados en la clínica del CIMEQ, etc. (...)
Esa tarde, el día 12 de junio, hablé con Tony y después de mucho presionarlo me reconoció que había hecho solamente cuatro opera ciones aéreas en coordinación con los hombres que traían tecnología, armamentos, medicamentos, etc., de EE.UU. Todo esto autorizado y los colombianos. Al yo preguntarles si esas operacio nes estaban autorizadas él me respondió que no me preocupara, que había un consenso sobre las mismas y que lo más que podía sucederle era que le metieran unos buenos regaños por haberse hecho otras operaciones sin su autorización por parte del te niente coronel Amado Padrón (Segundo en el Departamento MC. Acusado de diseñar los procedimientos para contrabandear drogas a través del Departamento MC. Condenado a muerte y fusilado con De la Guardia) . Pero que no me preocupara, que todo el dinero resultado de estas operaciones, más de tres millones de dólares, él personalmente se los había entregado al ministro Abrahantes y al viceministro Luis Barreiro (General de División, jefe del DGI. Renunció a raíz del caso). Que también le había entregado 500 mil dólares por la comisión de un avión C130 a los angolanos en el mes de diciembre de 1988.
Que sólo se había quedado con 100 mil dólares como fondo operativo para lo que le había quedado de su departamento, del cual pienso que ustedes sabían cuáles eran sus misiones y no creo prudente escribir aquí. (...)
No fue por boberias y problemas insignificantes por lo que un mes después se abre la Causa No. 2 y se condenó a Abrahantes y a Pascual a 20 y 12 años de prisión. Así que mis justificaciones yo tenía para no darle la gran importancia que sí suponía yo debería haberle dado al problema. En esa conversación él me comenta que Abrahantes, Pascual y Luis Barreiro lo habían felicitado por el trabajo que había realizado durante casi 10 años al frente del departamento MC y que Abrahantes en el mes de febrero le había pedido que tratara de conseguir hasta 12 millones de dólares más para fines de ese año, cosa que él le dijo que era imposible, que trataría de buscar como máximo otros tres millones.
Con todas estas respuestas y explicaciones que me dio me fui tranquilo al igual que lo hice en septiembre de 1988, cuando le pregunté por vez primera. Me respondió de forma muy ecuánime y se gura, así como que ya él no tenía nada que ver con las operacio nes de MC desde hacía unos tres meses y se iba a dedicar a la pintura y a su nuevo trabajo en la sección que quedó desprendida del MC. Inclusive me dice que ya al fin descansaría. (...)
Me veo obligado a ampliar toda esta historia para que ustedes ten gan una idea lo más clara y coherente posible de mi caso en particular. De casa del teniente coronel Montañez fui llevado a la oficina del entonces viceministro primero Pascual Martínez Gil donde también se encontraba el entonces general Orlando, ayudante de Abrahantes, allí en el despacho en penumbras, pues las luces estaban apagadas a excepción de una pequeña lámpara, se me leyó una orden de arresto firmada por Fidel Castro Ruz. Fue tal mi estado de shock que nunca he podido recordar ni qué decía la orden de arresto, ni de qué se me acusaba.
Durante los 33 días que duró todo el proceso de interrogatorios, juicio y los días posteriores hasta que firmamos los documentos conclusivos de las condenas, o sea, desde el 12 de junio hasta el 15 de julio no se me permitió dormir, pues cada 20 ó 30 minutos se me despertaba con la apertura y un fuerte portazo al cerrar la puerta de la celda, al tiempo en que se me despertaba cuando caía agotado. (...)
No fueron ideas mías ya que yo sabía que ese método de presión sicológica se utiliza en Villa Marista, pues el año anterior cuando la visita de Kundipahama a Cuba y su visita de trabajo a Villa Marista, se nos explicó todo esto por lo que yo estaba pa sando, pues yo por ser asesor en Angola lo acompañé en dicha visita y el coronel Blanco Oropeza nos dio un recorrido y la correspondiente explicación de los métodos empleados.
No se nos permitió consulta con ningún abogado en los cinco días que da la ley después que uno es arrestado. En fin, durante los veintitantos días que duraron los interrogatorios se me mantuvo un estado de shock. En ningún monento se me hizo un peritaje médico, me convertí en un idiota que se creía todo lo que se le decía y acusaba. Reconocí delitos que no cometí, como el de haber regalado no sé cuántos autos que después de confiscados se tuvieron que devolver.
Me autoacusé de delitos que no cometí y que nunca existieron pruebas para condenarme a no ser solamente mis propias palabras. Me autoacusé de haberme robado 30 mil dólares lo cual no fue verdad y lo puedo probar. (...)
Un día se me sacó en la mañana y se me planteó que convenciera a mi familia para que no buscara a un abogado y no recurriera a la comisión de derechos humanos, que eso nos perjudicaría y que la revolución nos defendería como revolucionarios que éramos, que la revolución no aplicaba la ley de Saturno, etc. Se me llevó a una casa en Siboney y allí hablé por primera vez con mis familiares y los convencí de que no se preocuparan y no recurrieran a ningún abogado ni a los derechos humanos.
¡Qué imbécil fui! ¡Cómo me dejé engañar! Seguía yo siendo un romántico y un iluso, Al fin un día al medio día después de 23 días (12 de junio al 5 de julio) se me sacó de la celda al mediodía y se me llevó a uno de los cuartos de interrogatorio que tiene aplicada la técnica microfónica, donde estaba esperándome un mayor del Minint.

Yo pensé que era otro interrogador pero resultó ser el abogado asignado por el ministerio para defenderme. Su cara me era conocida pero en realidad nunca había hablado con él antes. El se me presentó diciéndome quién era, cuál era su tarea y que para él era una verguenza tenerme que defender, pero que trataría de hacerlo lo mejor posible.
Con esta feliz introducción que él me hace yo le pregunté que cuándo era el juicio y él me responde que esa misma tarde dentro de unas dos o tres horas y que no tenía mucho tiempo para prepararse conmigo. Allí mismo le respondí que entonces si eso era así él perdía su tiempo conmigo, pues así yo no tenía defen sa alguna, que yo era indefendible.(...)
Todo iba a ser lo que fue, una gran farsa y así lo comprendí allí. El abogado allí me pregunto sobre cuáles habían sido mis méritos, condecoraciones y qué misiones internacionalistas o especiales yo había cumplido, dándome cuenta que ni siquiera había tenido acceso o tiempo para estudiar mi expediente de trabajo de 30 años de lucha y menos tiempo, pensé, para leer o estudiar la instrucción fiscal.
Mi abogado estaba en el limbo. El tiempo que estuvimos reunidos no pasó de los 20 ó 30 minutos. Así es que como verán ni siquiera se me permitió la defensa a la cual todo acusado está en su derecho tener en un estado de derecho, como proclama nuestra Constitución socialista.
Engañaron a mis ancianos padres, hijo y esposa, diciendo que tendríamos una buena defensa, nos engañaron a nosotros y engañaron al pueblo. No hubo defensa alguna. No se nos dio tiempo.
Muchos se preguntan por qué mentí y no dije la verdad en el juicio. En primer lugar porque al llegar el día del juicio ya me tenían hecho un idiota que se creía ser el criminal más grande de la tierra. En segundo lugar por querer salvar a mi hermano Tony ya que había sido advertido de que nuestra cooperación en el juicio y de la aceptación de los cargos imputados así serían las sanciones. Y al declarar yo el último de todos y ver la forma en que ellos declararon y no quise poner las cosas malas, pues serían ellos los más afectados. (...)
Pueden haber muchas otras razones, como la de no querer en ese momento llevar a la tribuna pública a otros altos dirigentes y cuadros políticos del país que pensé en esos momentos que separarían a esclarecer las acusaciones que se nos hacían, pues tenían conocimiento de causa de todo por lo que se nos acusaba, como era el caso de Abra hantes y Pascual que en esos momentos eran el minístro y viceministro primero del Interior, por no mencionar una docena más de otros dirigentes.
Puede también que me haya apendejado después de viejo por la suerte que pudiera correr mi hermano gemelo, quien sabe espero algún día algún siquiatra o sicólogo me pueda explicar mi estúpido comportamiento al reconocer cuanta acusación y cargo se me imputó. (...)
Había que hacer una buena docena de preguntas para esclarecer las causas y condiciones que propiciaron todo por lo que se nos acusaba.
Primero: ¿Quién controlaba las actividades del Ministerio del In terior, pues al parecer ese control no existía y ahí hay responsabilidad de las más graves? Segundo: ¿Por qué nadie en la esfera de atención y control al Ministerio del Interior nunca se cuestionó de dónde sacaba el ministro de este órgano toda la divisa para desarrollarlo de la forma que lo hizo? Esto fue criticado duramente por Raúl Castro (Hermano de Fidel. Ministro de Defensa) y por Juan Escalona Regueiro (Fiscal del proceso) Tercero: ¿Quién autorizó que al Ministerio del Interior se le subordinaran empresas comerciales tales como el CIMEX (1977 hasta 1985), CONSEX, MERBAR y las que tenía el señor Héctor Carbonell (único civil involucrado en el caso. Dirigía una empresa de MEKBAR que operaba con divisas. Condenado a ocho años de cárcel) convirtiendo en efecto el Ministerio del Interior en una mezcla de órgano policiaco comercial, violando lo que estipulan las leyes que se dictaron al crear este organismo?
Cuarto: ¿Cómo se me va a acusar a mí de mercader cuando el comercio se priorizó en ese organismo? Enviándoseme a Angola cuanta delegación comercial pasaba por allá, lo mismo fuera cubana, que española, judía o panameña. Yo no era adivino para saber cuándo llegaban, sino se me avisaba desde Cuba por Abrahantes, Pascual, Masique, etc.
Quinto: ¿Quién autorizó todas las empresas que MERBAR (empresa del gobierno cubano destinada a operaciones de comercio exterior) abrió en Angola, Ghana, Congo, Panamá, España y México? Que yo sepa Tony no tenía autorización para esto.
Sexto: ¿A nadie se le ocurrió nunca averiguar de dónde Ramiro Valdez (Ministro del Interior antes de Abrahantes. Uno de los "históricos" de la revolución) cuando era ministro y Abra hantes después, sacaban tanta divisa? Todos sabemos que Ramiro empleó más de 200 millones de dólares provenientes del CIMEX (empresa comercial del gobierno cubano con sede en Panamá) en la fábrica de computadoras. ¿Nadie controlaba a Ramiro Valdez? ¿Quién era el responsable? Séptimo: ¿Por qué cada vez que yo trataba de hablar sobre Abrahantes y de los problemas del Ministerio que crearon las causas y condiciones de la situación que se investigaba me mandaban a callar? ¿A qué se le temía? Octavo: ¿Qué razones tan peligrosas podían existir para que se nos presionara tanto para que convenciéramos a nuestros familiares para que no solicitaran o contrataran abogados civiles que no estuvieran comprometidos o subordinados al Minint? ¿Cuál era el miedo?
Noveno: ¿Usted conocía que los dólares resultado de las ventas del tabaco Cohiba que se introducía de contrabando en los EE.U.U. desde México se le entregaba la mitad a Pepin Naranjo y Antonio Rodríguez Maurel, y la otra mitad a Abrahantes?(...)
¿Usted piensa que yo desde Angola era adivino o clarividente para saber si esto no era legal? Nunca se envió para Cuba ningún colmillo de elefante de forma encubierta o clandestina.
Siempre se enviaron abiertamente como estipulaba el reglamento de los correos diplomáticos.
Undécimo: ¿Usted conocía que nunca dejé que se hiciera ningún negocio de compra de oro, marfil, esmeralda, mercurio o diamante en Angola durante o después de la guerra y que esto fue lo único que pienso quedó claro en el juicio que se me celebró, pues le pedí a Abrahantes a través de Tony una autorización y orden por escrito que no enviaron y que por consiguiente prohibí todo tipo de negocio a los representantes de MERBAR? (...)
Decimocuarto. ¿Usted sabe que los 30 mil dólares que según acta acusatoria se me ocuparon a mí no eran míos ni se me ocuparon pues yo los entregué de forma voluntaria? ¿Que 20 mil dólares eran comisiones ganadas por mi esposa que representaba a la Sony de Cuba que no es una empresa del Estado cubano sino privada? ¿Ese dinero lo encontré yo estando en Cuba solo unos días antes de ser detenido y después de una discusión con mi esposa ella los llevó para casa de sus abuelos en Consolación del Sur? Nada de esto lo hizo a escondidas.(...)
Ahora para finalizar tan largo informe quiero caer sobre las causas y condiciones que dieron pie a las actividades de narcotráfico por parte del departamento de MC que dirigía mi hermano Antonio de la Guardia y según me acusaron no tuve el valor de denunciar teniendo yo, según aseguró Juan Escalona, conocimiento de esta actividad.
Tendríamos que analizar primero qué hizo pensar que lo que Tony mi hermano me decía de la supuesta no involucración en esta actividad era verdad y después que me lo reconoce, mi suposición de que en realidad había un consenso y autorización a esta actividad con el objetivo de romper el bloqueo. Para entender to das estas suposiciones mías habría que tener la información que yo poseía para pensar así y creer lo que me argumentó Tony.
Primero: ¿Quién le dio asilo humanitario al narcotraficante y estafador norteamericano Robert Vesco el cual era suma mente conocido y buscado por la DEA y el Departamento del Tesoro de EE.UU.?
Segundo: ¿Quién autorizó al coronel Antonio de la Guardia cuando era vicepresidente del CIMEX antes de crearse el departamento MC de la DGI a emprender operaciones encubiertas con Robert Vesco para sacar de EE.UU. tecnología para la industria azucarera por valor de un millón de dólares y que fue decomisada en Texas por las autoridades norteamericanas? Quedando siempre el interrogante de que Vesco nos estafó ese millón de dólares. Hay muchos testigos de esas operaciones y de esa, en particular el ex teniente coronel Michael Montañez Caballero, el ex teniente coronel Rolando Castañeda Izquierdo (Roly).
Tercero: ¿Por qué se autorizó y por quién, para que se utilizara a Robert Vesco a entrar en este tipo de actividades tan ilegales y delicadas sin medir las posibles consecuencias? Pienso que la responsabilidad de esta descabellada irresponsabilidad no hay que buscarla en el coronel Antonio de la Guardia, pues él no tenía ese nivel de decisión y en ese momento no tenía un millón de dólares.
Cuarto: ¿Quién autorizó el estudio de las posibilidades operativas de Cayo Largo del Sur para realizar operaciones de lavado de dinero producto del narcotráfico allá por el año 1983, cuando el coronel Antonio de la Guardia era vicepresidente del CIMEX? ¿Quién autorizó a Robert Vesco a que se construyera una mansión con atracadero para su yate de más de un millón de dólares en Cayo Largo del Sur y con qué objetivo? ¡Qué coincidencia el estudio de lavado de dólares y la casa de Vesco! Sé que Abrahantes ordenó al coronel Antonio de la Guardia a hacer contacto con los traficantes colombianos para que consiguiera dos aviones ejecutivos. ¿Quién autorizó al teniente coronel Rolando Castañeda a reunirse con Carlos Lehder connotado narcotraficante colombiano para que regalara los aviones entregando él personalmente uno que estuvo estacionado en el aeropuerto José Martí por más de un año? (...)
Sexto: Cuando era yo jefe del MC se me ordenó por parte del ministro Ramiro Valdez y del viceministro José Abrahantes para que se le montara a Robert Vesco un sistema de comunicaciones especiales en su casa de Barlovento, lo cual violaba las leyes de este país y ponía en peligro la estabilidad nuestra, pues de seguro sus conversaciones con el exterior serían interceptadas por los norteamericanos.
Séptimo: ¿Usted conocía que Robert Vesco utilizó el teléfono de las oficinas del presidente del Intur José Luis Padrón durante más de un año para hablar con el exterior?
Octavo: Siempre pensé que había cierta autorización para que mi hermano Antonio de la Guardia realizara todo tipo de operaciones ilegales y encubiertas. Cada vez que le pregunté me dio una respuesta argumentada y lógica y usted sabe que en nuestro trabajo específico no se preguntaba mucho, ni este tipo de operaciones se bajaban por orden escrita ni nada por el estilo.
Me pasé más de 20 años entre jefe del Estado Mayor de Tropas Especiales y de jefe de Tropas Especiales y nunca del mando superior se me bajó una orden por escrito para que no quedara constancia en lo que concernía a operaciones encubiertas por lo delicada y comprometida que pudiera ser.
Noveno: Nadie cuestionó en la jefatura del Minint de dónde salían las valijas llenas de cientos de miles de dólares de pequeñas denominaciones (10, 20 y 100 dólares), que Tony le entregaba personalmente a Abrahantes y a Barreiro. Yo personalmente en una ocasión en que estaba en Cuba de vacaciones y acababa de llegar, ayudé a Tony a llevar una de estas valijas, llenas de dólares de pequeña denominación al jefe del DGI, general de división Luis Barreiro.
Al yo preguntarle a mi hermano de dónde salía ese dinero pues me lució extraño la cantidad, la baja denominación y sobre todo la manera de entregarlo, me respondió que era la venta de chatarra de Ghana, cosa que no me creí pero acepté como una respuesta a algo que no me podía responder por no estar autorizado.
Décimo: Usted me imagino que debe conocer que durante más de 25 años entre tropas Especiales y MC, el coronel Antonio de la Guardia cumplió más de 30 operaciones encubiertas y desde el pun to de vista de derechos internacionales, sumamente delicadas e ilegales para yo ser adivino y saber que esta no era una de ellas.

Ahora más que nunca después de estar más de dos años y medio encerrado en una celda preso y de tener tiempo suficiente para meditar, hacer coincidir datos, es que estoy más que seguro que mi hermano el coronel Antonio de la Guardia y Font estaba más que autorizado para hacer las operaciones encubiertas por las que se sancionó y fusiló. Para nosotros este tipo de operación era como la de un juego de niños comparada con una buena docena de otras que hizo Antonio de la Guardia autorizado por las más altas instancias de este país.
Decimoprimero: Y por último, ¿qué razones tan peligrosas podían existir para que no se nos dejara asesorar por abogados con el tiempo previsto por nuestras leyes y Constitución? ¿Por qué se nos presionaba y se nos pedía tanto que convenciéramos a nuestros familiares para que no solicitaran o contrataran los servicios de abogados civiles que no fueran del Ministerio del Interior o com prometido con esta? ¿Cuál era el temor o el miedo? ¿Que brotara y se llegara a conocer toda la verdad o al menos las causas y condiciones que hicieran posible que se desencadenara tan tremendo escándalo politico y se esclarecieran muchos interrogantes y no se pudiera desviar la atención del escándalo hacia nosotros, la cuerda más débil? Yo exijo que se me revise mi causa por la que me sancionaron a 30 años de privación de libertad y seguir reclamando hasta que se me oiga y se me dé una respuesta. Este informe es sólo una pequeña síntesis, pudiera ampliar y argumentar cada uno de mis puntos con mucha más amplitud y lujo de detalles.
Patricio de la Guardia Font
PSD. No soy ningún santo, pues en nuestro trabajo por desgracia no podían trabajar santos, pero usted debe saber que no soy el vil criminal y ladrón que presentan en el juicio.
Que me presenten las pruebas, que yo voy a presentar las mías.
¿Por qué tanto miedo a que haya comunicación con nosotros y en especial conmigo? ¿Por qué nos mantienen incomunicados de nuestros amigos después de dos años y medio de prisión? ¿Miedo a que se conozca la verdad de todo el sucio proceso judicial que se nos siguió y por el que fuimos condenados? (...)
Así fue nuestro caso, en la Causa No. 1 de 1989.