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Néstor Humberto Martínez. | Foto: Archivo SEMANA

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Néstor Humberto se va de la Casa de Nariño

Finalmente se confirmó la renuncia del 'superministro'. Su paso por el Gobierno fue fugaz. La pregunta es: ¿Se necesita este cargo?

2 de junio de 2015

Luego de mucha especulación, el 'superministro' Néstor Humberto Martínez confirmó su renuncia a la Casa de Nariño. El funcionario aseguró que iba a dirigir su bufete de abogados, que, según reveló Semana, se asoció con la poderosa firma DLA Piper.

¿Cómo fue su paso por el Gobierno? En septiembre del año pasado, el presidente Juan Manuel Santos materializó una idea que desde hace mucho tiempo venía analizando en su cabeza: tener una persona que liberara un poco al mandatario de la carga, o la responsabilidad, de coordinar y supervisar la gestión de todo el gabinete de ministros.   

Por eso decidió crear cuatro ministerios consejeros adscritos a la Presidencia. Uno de ellos, que precisamente llevaba ese nombre, se perfilaba casi como el segundo cargo en importancia del nivel Ejecutivo. Un cargo que existe en varios países y que en Estados Unidos es particularmente famoso por su notoriedad e influencia: el chief of staff es la mano derecha de quien ocupa el despacho oval de la Casa Blanca.

Néstor Humberto Martínez estrenó ese cargo: se erigió como el jefe del gabinete. De muy buen humor y una persona siempre dispuesta al diálogo –sostuvo una sorprendente charla de dos horas con el jefe de la oposición del Centro Democrático, Álvaro Uribe- y con experiencia en campos variados que van desde la justicia hasta el mundo financiero, su breve gestión –apenas lleva diez meses en el cargo- siempre generó susceptibilidades sobre cómo se coordinaban sus poderes con las funciones de otros ministros.

El superministro de la Presidencia le pisaba las mangueras al ministro del Interior, sobre todo en el manejo de las relaciones políticas con el Congreso. Pasó a ser el hombre de la Casa de Nariño más buscado por senadores y representantes, quienes se disputaban citas en la agenda del funcionario. Además, con el paso de los meses, se hizo frecuente su intervención en debates para defender la gestión del Gobierno y para intervenir en proyectos y hasta proponer artículos en la reforma a la justicia.

Antes de llegar al gobierno Santos, había sido ministro de Justicia en la administración de Ernesto Samper y del Interior en la de Andrés Pastrana. Antes había sido superintendente bancario. También ocupó la Embajada de Colombia en Francia. Y, como ha alternado la vida pública con el sector privado, es uno de los abogados más reconocidos del país y tiene estrechos vínculos con los grandes empresarios colombianos. Por su militancia en Cambio Radical es visto como una persona más cercanas al vicepresidente, Germán Vargas Lleras. “Nunca supimos si el ministro del Interior era un viceministro del superministro”, dice la senadora liberal Viviane Morales.

Hace dos semanas Martínez tuvo un comentado choque con los ministros del Interior y de Justicia. Durante el séptimo debate de la reforma al equilibrio de poderes, Martínez impulsó una nueva propuesta para el esquema de administración de la rama judicial. Su propuesta, contraria a la de los ministros, dejaba en manos de los magistrados de las altas cortes aspectos claves de la administración del poder judicial.

El propio presidente Santos tuvo que intervenir. Le dio la razón a Juan Fernando Cristo y Yesid Reyes y respaldó el texto que se había acordado previamente con ellos. La sorpresiva movida de Martínez fue interpretada como un gesto para congraciarse con las altas cortes. Sus amigos dijeron que tendía puentes para construir un consenso en favor de la reforma. Sus enemigos consideraron que buscaba congraciarse con las cortes para lograr en un futuro su elección como fiscal general por parte de la Corte Suprema.

Lo cierto es que desde hace meses se hablaba de su renuncia para regresar a su firma de abogados, que formalizó una alianza con la firma más grande del mundo: DLA Piper, la cual cuenta con 115 oficinas en 57 países. Según informó SEMANA en la sección Confidenciales de su última edición, el lanzamiento se hará el próximo mes con presencia del expresidente del gobierno español Jesús María Aznar.

Todos estos movimientos, rumores y especulaciones tuvieron repercusiones políticas. “Si piensa aspirar a la Fiscalía, es sana su renuncia. Es importante que aclare si es aspirante a esa dignidad y que se retire de un cargo de tanta connotación política”, dijo entonces el senador Juan Manuel Galán. “Celebro que la representante Angélica Lozano lo dejara en evidencia: estaba tratando de torcer a su tamaño la reforma al equilibrio de poderes para favorecer su candidatura a fiscal. Si quiere ser candidato, está en todo su derecho, pero no puede hacerlo negociando y torciendo las reformas del Estado para beneficiar su candidatura”, señaló la senadora de la Alianza Verde Claudia López. Algunos afirman que Martínez aspira a suceder a Eduardo Montealegre como fiscal general, pero la senadora Morales no lo cree por una sencilla razón: “Hoy ocupa el que podría ser el  segundo cargo del Estado, sería como cambiar más por menos”.

Con la renuncia de Néstor Humberto la gran pregunta es qué hará el presidente Juan Manuel Santos con el cargo. El pasado 7 de agosto, cuando se inició su segundo período, se dijo que el superministerio creado era una figura hecha a la medida de Martínez.

Por otro lado, la reforma fue presentada como un ajuste institucional para acomodar la Presidencia de la República a las necesidades del segundo cuatrienio santista. Un período en el que el jefe del Estado se concentraría en temas como la paz y las relaciones internacionales y delegaría la coordinación de los ministros tanto en Martínez como en el vicepresidente, Germán Vargas Lleras.

La senadora Claudia López considera que la figura del llamado superministro no es necesaria. “El Gobierno debería aprender la lección. Este cuento de los superministros no sirvió sino para hacer un superenredo y para que se usen cargos públicos para beneficios particulares. La experiencia demuestra que no ha servido para nada distinto de causar un problema y desconocer a los ministros que sí tienen funciones. Espero que el presidente aprenda lección y tenga acierto en a quienes nombran en el equipo de gobierno”, considera López.