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| Foto: Archivo SEMANA

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La paz se refrendará con 4,4 millones de votos

Así lo ratificó el Senado al aprobar el plebiscito por la paz. A las reglas del mecanismo de refrendación de los acuerdos con las FARC le falta sólo la aprobación de la Cámara.

2 de diciembre de 2015

El Senado decidió aprobar, en penúltimo debate, el plebiscito como mecanismo para refrendar los acuerdos que alcancen el Gobierno y las FARC en La Habana.
 
Según la decisión del Senado, el plebiscito para la paz tendría condiciones y exigencias muy diferentes a las establecidas para ese mecanismo de participación ciudadana. Como el plebiscito nunca se ha implementado en el país, y como los requisitos de participación y decisión eran muy elevados, el Congreso y el Gobierno decidieron hacer unas modificaciones para facilitar la participación en la refrendación de los acuerdos de paz
 
Una de las mayores discusiones estuvo, precisamente, en el umbral requerido para la aprobación del plebiscito. El Gobierno propuso el 13 % del censo electoral, es decir 4,4 millones de votos, para la aprobación del plebiscito. Esto con el propósito de promover la participación, pues umbrales más altos favorecían más la abstención.
 
Congresistas como Viviane Morales, Horacio Serpa, Jimmy Chamorro, Antonio Navarro, propusieron que el plebiscito no tuviera umbral. El Centro Democrático y los conservadores exigieron que fuera superior al 20 %, pues así tendría mayor legitimidad la decisión.
 
Finalmente el Gobierno consiguió imponer sus mayorías y mantuvo su propuesta del umbral del 13 %.
 
También se habilitó la posibilidad de votar el plebiscito por la paz por parte de los colombianos que viven el exterior y se incluyó la garantía de la financiación de las campañas por el SÍ y por el NO en igualdad de condiciones para quienes quieran liderarlas.
 
Antonio Navarro retó públicamente al senador Álvaro Uribe a que lidere la campaña por el NO, al advertir que el Centro Democrático estaba en planes de no asumir directamente esta postura sino de promover la abstención.
 
Aunque el expresidente no entendió el reto, dijo que eso será una decisión que será objeto de una profunda deliberación al interior de su partido.
 
Durante el debate Uribe insistió en que el plebiscito no es el mecanismo para refrendar los acuerdos, entre otras porque a los colombianos se les preguntará de forma general, sin poder opinar respecto a cada uno de los puntos del acuerdo con las FARC.
 
Por eso insistió en que la mejor forma es a través de un referendo en el que se pongan a consideración punto por punto los acuerdos, o una asamblea constituyente restringida que al ser elegida por voto popular, en su criterio es el mecanismo más democrático para avalar e implementar los acuerdos.  
 
También quedó definido que el resultado del plebiscito será de carácter vinculante, es decir, lo que decidan los colombianos será de obligatorio cumplimiento por parte del gobierno nacional.
 
Y se estableció que los acuerdos alcanzados en La Habana tendrán que ser publicados con mínimo 30 días de anticipación en los medios masivos de comunicación, y en horario ‘prime time’ para que la ciudadanía los conozca antes de acudir a pronunciarse en las urnas.
 
Por propuesta del uribismo, se determinó además la suspensión de toda publicidad estatal durante el tiempo que dure la publicidad de los acuerdos y las campañas alrededor de una de las dos opciones del plebiscito. Sólo se permitirían aquellas concernientes a desastres o calamidades.  
 
Al plebiscito por la paz sólo le falta su aprobación en la Plenaria de la Cámara de Representantes, que este jueves iniciará el debate.
 
Aunque el plebiscito ha sido rechazado por las FARC, el Gobierno apostó por esta fórmula aunque no signifique que en definitiva sea el mecanismo para refrendar los acuerdos de paz.
 
Lo que en la práctica se aprobó por el Senado son las condiciones para un eventual plebiscito, pero puede quedar en letra muerta como el proyecto de refrendo para la paz.
 
Eso sí, lo que se advierte es que el plebiscito es la última carta del Gobierno para evitar una Constituyente, como lo quieren las FARC. Seguramente la aprobación de este proyecto generará nuevas discusiones en La Habana.