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Marcha de la Luz que se hace cada 27 de febrero en Rivera para conmemorar a las víctimas. | Foto: Fundación Sonrisas de Colores

CONMEMORACIÓN

A 10 años de la masacre en Rivera

Nueve concejales cayeron por las balas de las FARC en ese municipio huilense. Sus familias todavía buscan justicia, paz y reparación.

26 de febrero de 2016

Hacia la 1:30 p. m. del 27 de febrero de 2006, guerrilleros armados de la columna móvil ‘Teófilo Forero’ de las FARC asesinaron nueve concejales en el municipio de Rivera en Huila.
 
El ataque fue una demostración de la presencia del grupo guerrillero en la zona y una respuesta a la política de ‘seguridad democrática’ del entonces presidente Álvaro Uribe. Ocurrió justo dos semanas antes de las elecciones para el Congreso de la República y con intenciones de frustrar la reelección del entonces presidente.
 
El día de la masacre, el Concejo sesionaba en la estancia Los Gabrieles cuando entraron hombres armados a disparar durante cinco minutos. Los cabildantes asesinados fueron Moisés Ortiz Cabrera, Desiderio Suarez, Aníbal Azuero Paredes, Luis Ernesto Ibarra, Jaime Andrés Perdomo, Alfadil Arias, Octavio Escobar González, Selfides Fernández y Héctor Tovar.
 
Durante estos 10 años la pregunta siempre fue por qué elegir como blanco a una corporación de elección popular. Para las viudas de los concejales lo que más duele en Rivera es el olvido del gobierno nacional, su ausencia. Más allá del seguro de vida de cada uno de los concejales que  ayudó económicamente a estas mujeres y sus familias, no han recibido reparación como víctimas del conflicto.
 
En el primer año después de la masacre las acciones del gobierno se limitaron a la ayuda de Acción Social de la Presidencia, a elementos legales de atención que no alcanzaron a compensar todas las necesidades y a una promesa de ayuda de la administración de respaldar con un posible trabajo a los familiares de los concejales y mejoramiento de vivienda.
 
Edelmira Losada, mamá de Jaime Andrés Perdomo, el concejal más joven asesinado aquella masacre, manifestó que de parte del Estado no hubo un mayor respaldo.
 
Tras el primer año de la masacre, el entonces presidente Uribe se acercó a la comunidad y en la conmemoración del primer aniversario prometió ayudar a las familias pero eso se quedó en palabras.
 
De acuerdo Losada, para su hijo no había garantías de seguridad porque fue amenazado en varias ocasiones. “A Jaime Andrés lo llamaban por teléfono para atemorizarlo, él incluso fue al ministerio del Interior y a la Embajada de Canadá para pedir asilo en ese país pero nunca lo ayudaron”, narró.
 
Su hermano, Leandro Perdomo, hoy líder de la Corporación Continuar -que reúne a las familias de los concejales asesinados- también dijo que “hoy, diez años después, ese apoyo quedó en promesa. En 2006 todo el mundo fue a brindar apoyo pero se quedó en palabras y no se realizó el proyecto de trabajo que habíamos solicitado al presidente Uribe. Incluso nos inscribimos al programa de víctimas de la violencia pero más allá de un registro no ha pasado nada”.
 
Sobre todo, señalan los familiares, quieren conocer la verdad de los hechos, porque no tenía razón de ser para ellos que el grupo guerrillero acabara con la vida de toda una corporación.
 
“Era una escena escalofriante. En Rivera todos conocemos la historia sobre lo qué pasó, pero la verdad del objetivo militar para la guerrilla o el por qué querían usar la vida de ellos para demostrar al doctor Uribe que podían burlar la democracia, no es suficiente para nosotros”, dijo Perdomo.
 
Actualmente las investigaciones de la Fiscalía señalan que el 30 de septiembre de 2009 detuvieron a Wilkin Fernando Lugo Ortiz, ‘Hernán’, por su responsabilidad en la masacre junto con otros cinco miembros de las FARC.
 
Además el entonces concejal, Gil Trujillo Quintero, que el día de la masacre sobrevivió, fue condenado a 37 años de cárcel por haber planeado con los guerrilleros la muerte de sus compañeros.
 
Este sábado, en conmemoración de los 10 años, la Fundación Sonrisas de Colores rendirá un homenaje con apoyo de la Alcaldía Municipal a las 6:00 p. m., con una marcha por ese poblado hasta llegar a la iglesia del Perpetuo Socorro con antorchas que llevan el nombre de los concejales caídos.
 
La presidenta de la fundación, Martha Aguirre, señaló a Semana.com que se realizarán encuentros, exposiciones y conferencias como un aporte al perdón y a la reconciliación para llegar a la nueva etapa del posconflicto con el proceso que se adelanta en La Habana entre el Gobierno y las FARC.