¿Qué buscaban en despacho del magistrado Ruiz?

Al principio todo presagiaba una jornada normal. Dos de las asistentes adscritas al despacho del presidente de la Sala Disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura (CSJ), Wilson Ruiz, llegaron temprano a la oficina para iniciar las labores normales de esa dependencia.

Fue el martes pasado. Cuando ambas empleadas ingresaron la clave de su computador encontraron que ésta había sido modificada. Insistieron, pero no fue posible ingresar a los archivos.

Extrañadas, notificaron el asunto a la oficina de informática de la corporación. Los técnicos llegaron y, en poco tiempo, les transmitieron una inquietante noticia: alguien había ingresado de manera irregular a esas terminales. Lo hicieron, según se sospecha, muy temprano entre las 5:00 a. m. y las 7:00  a. m.

De inmediato informaron al magistrado Ruiz. Este a su vez, según han dicho varias fuentes en el alto tribunal, se comunicó de prisa con la dirección del Cuerpo Técnico de la Fiscalía (CTI) y les contó lo que estaba ocurriendo.

No se trataba de una computadora cualquiera. Es la misma donde reposa información privilegiada sobre procesos disciplinarios contra abogados y magistrados y, en otros archivos, había información personal de los miembros de la oficina.

Pero además en ese equipo hay decenas de proyectos de fallos sobre procesos contra personal de la rama judicial que están listos para ser fallados. ¿Quién fue? Aún no hay respuesta. En concreto se sabe que ya arrancó una investigación donde se determinará qué archivos fueron modificados o copiados y que hasta ahora no había trascendido a la opinión pública. Semana.com conoció los detalles de este delicado asunto.

El miércoles pasado un grupo de investigación del CTI estuvo en ese despacho durante ocho horas examinando con lupa cualquier huella que los lleve a los responsables. Después, decidieron trasladar los dos equipos a la sede de la Fiscalía para un análisis más detallado.

Semana.com quiso conocer la versión del magistrado Ruiz sobre este espinoso asunto y, aunque  confirmó los hechos, prefirió no opinar hasta tanto la Fiscalía no llegue a una conclusión.

Este capítulo se da en momentos en que este alto tribunal está bajo la lupa por cuenta de los enfrentamientos entre los magistrados, en especial en la Sala Disciplinaria. Pero además fue allí donde se enquistó la corrupción porque varios magistrados de esa sección están investigados por el escándalo del denominado ‘carrusel de las pensiones’ en la rama judicial.

Hace dos semanas y justo en esa Sala se vivió otro penoso espectáculo, cuando se conocieron varias conversaciones grabadas por la justicia, entre el magistrado Henry Villarraga y un coronel detenido por presuntas ejecuciones extrajudiciales. En las conversaciones se evidencia que el togado hacía gestiones en el interior de su corporación para que el proceso del oficial pasara de la justicia ordinaria a la penal militar.

Cuando todos pensaban que la tormenta de escándalos amainaría, llega este grave suceso que implica la presencia de intrusos en un despacho privado. Lo que es seguro, es que alguien, interesado en los procesos de uno de los magistrados de la Sala Disciplinaria, hurgó en los computadores. Pero hasta ahora nadie sabe por qué ni con qué intención.