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El sobrecupo en las URI genera problemas de salubridad e inseguridad. | Foto: Personería de Bogotá

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Continúa dramático hacinamiento en las URI

La Personería de Bogotá alertó sobre los riesgos del sobrecupo de las Unidades de Reacción Inmediata.

22 de abril de 2013

En las últimas semanas se denunció en los medios de comunicación la alarmante situación de hacinamiento de las Unidades de Reacción Inmediata (URI) en Bogotá. Situación ante la cual se anunciaron medidas inmediatas por parte de las autoridades para lograr su descongestión.

El Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC), el Ministerio de Justicia y la administración distrital llegaron a un acuerdo para realizar traslados que permitieran aliviar el sobrecupo en estos centros, una especie de lugares de paso de los detenidos por la justicia (Ver artículo El hacinamiento aterrador de las URI).

Sin embargo, un nuevo informe de la Personería de Bogotá indica que el hacinamiento continúa y que se ha convertido en una 'bomba de tiempo'. Según la entidad, las cinco URI existentes presentan un sobrecupo del 222%, pues tienen capacidad para mantener un máximo de 140 detenidos, pero albergan 312.

Según la Personería, las URI “no cuentan con camas, alimentación, baños ni mínimas condiciones de permanencia digna; hay ciudadanos recluidos desde hace más de 15 días que duermen en los pisos, lo cual ha generado grave riesgo por insalubridad e inseguridad”.

Para ese organismo, “nuevamente se ha detectado un sobrecupo que ha incidido en la aparición de enfermedades y proliferación de virus”, lo que convirtió la cuestión del sobrecupo en un problema de salubridad, pues “genera enfermedades y proliferación de virus a los detenidos y a los funcionarios de las entidades”.

Las cinco URI existentes son las de Ciudad Bolívar, Kennedy, La Granja, Paloquemao y Usaquén. La problemática se extiende además a las celdas del CTI, en las que una persona no puede permanecer durante más de 36 horas.

Además, la Personería encontró recientemente que se están generando condiciones de inseguridad para los funcionarios, pues su contacto es permanente con retenidos que permanecen esposados en pasillos y escaleras por donde deben desplazarse, con el riesgo de ser víctimas de eventuales agresiones.
    
“En algunas URI los internos han intentado amotinarse, debido, además de la inseguridad, al desespero a que han llegado por permanecer durante largas jornadas en malas condiciones y por no haber solución de traslado de las personas que llevan mayor tiempo retenidas”, añadió la Personería. En las URI también se han detectado varios intentos de fuga.

En las URI, la mayoría de los internos tienen medida de aseguramiento por varios delitos, mientras otros esperan el trámite de judicialización.