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| Foto: Archivo particular

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Investigan a coronel por haber encubierto el crimen del desmovilizado Dimar Torres

Según lo aseguró el fiscal general encargado Fabio Espitia el oficial Jorge Armando Pérez Amézquita habría encubierto el crimen del desmovilizado de las Farc.

17 de mayo de 2019

En el crimen del desmovilizado de las Farc, Dimar Torres Arévalo, todavía hay varias piezas sin encajar. Dimar fue asesinado el 22 de abril a manos del cabo segundo del Ejército Daniel Eduardo Gómez Robledo.

Puede leer aquí la investigación completa del caso: Dimar, un crimen al que quisieron echarle tierra

A partir de ese momento, el ministro de defensa, Guillermo Botero, dio versiones contradictorias sobre cómo ocurrieron los hechos. 

Aunque los campesinos descubrieron que el cabo y otro soldado estaban cavando una fosa para aparentemente ocultar el cuerpo de Dimar -hay videos que lo prueban- el jefe de la cartera seguía insistiendo en repetir una versión según la cual la muerte del exguerrillero se habría producido luego de que este último intentara arrebatarle el fusil al cabo. La fiscalía pudo determinar que esta versión era falsa.

Este viernes, el fiscal general de la Nación encargado Fabio Espitia aseguró que el coronel Jorge Armando Pérez Amézquita había sido vinculado a la investigación por haber participado de un posible encubrimiento de la ejecución extrajudicial de Dimar. El jefe del ente acuasador dijo que habían llegado a esa conclusión a través de grabaciones y material probatorio legalmente obtenido.

En la manera en que Botero le comunicó a la opinión pública los hechos en los que resultó asesinado Dimar hubo varias inconsistencias. Por ejemplo, el 29 de abril, es decir, siete días después del crimen, el ministro dijo en entrevista a Darío Arizmendi, de Caracol Radio, que una vez se conocieron los hechos, los militares habían procedido a asegurar la zona para proteger el teatro de los acontecimientos y la cadena de custiodia.

Esto, según lo verificó la Fiscalía, era falso. El 22 de abril, cuando los campesinos intentaron saber del paradero de Dimar, el cabo Gómez Robledo y un soldado se los intentaron impedir. La comunidad continuó con la búsqueda hasta hallar el cadáver y una fosa en la que los militares pretendían inhumar el cuerpo.

Durante esa noche el cadáver de Dimar quedó bajo custodia de los campesinos y solo hasta la 1:30 de la tarde del día siguiente fue que hizo presencia el CTI de la Fiscalía para realizar el acta de inpección técnica a cadáver.

En la misma entrevista, Botero aseguró que sus declaraciones anteriores sobre el caso se habían remitido a la versión que había dado el cabo Gómez Robledo, tanto a sus superiores como a la Fiscalía, y que estas a su vez eran consistentes, es decir que eran las mismas.

No obstante, esto tampoco era cierto. En la investigación, el cabo Gómez Robledo dio versiones encontradas sobre su participación en los hechos. La primera vez que fue interrogado bajo la gravedad del juramento, el suboficial dijo que le había disparado a Dimar luego de que el desmovilizado le hubiese intentado arrebatar el fusil. Luego, en una ampliación, dijo que antes de esa supuesta refriega había sostenido una conersación tensa con Dimar.

El ministro también había asegurado que inmediatamente ocurrieron los hechos, se había reportado a todas las autoridades competentes. Sin embargo, esto tampoco sucedió así. El crimen ocurrió el 22 de abril a eso de las 5:30 de la tarde y solo hasta las 4:30 de la mañana del día siguiente, el teniente al mando de la base le avisó a sus superiores. 

Por ahora solo el cabo Gómez Robledo y el coronel Pérez Amézquita están vinculados a la investigación. Pero es posible que aún falten varios militares en esa línea de mando.