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El presidente Rafael Correa ha negado una y otravez sus vínculos con las Farc. Insiste que las acusaciones son parte de una campaña de difamación contra su gobierno

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Correa acorralado

El video de las Farc es irrefutable. Su revelación pone al rojo vivo la crisis entre Colombia y Ecuador.

18 de julio de 2009

La divulgación de un video donde el 'Mono Jojoy' le reconoce a un grupo de 200 guerrilleros que las Farc ayudaron a financiar la campaña del presidente Rafael Correa cayó como una bomba atómica en las ya agónicas relaciones entre Colombia y Ecuador. En el video, revelado en exclusiva por la agencia A.P., grabado el 27 de marzo de 2008 y confiscado a una miliciana en Bogotá, el jefe guerrillero informa a sus filas de la muerte de 'Tirofijo' y lee una carta del fundador de las Farc. Es allí donde revela que con la confiscación del computador de 'Raúl Reyes' quedaron descubiertos varios secretos de las Farc y entre ellos la "ayuda en dólares a la campaña de Correa y posteriores conversaciones con sus emisarios, incluidos algunos acuerdos, según documentos en poder de todos nosotros, los cuales resultan muy comprometedores en nuestros nexos con los amigos".

Las declaraciones del jefe militar de las Farc constituyen para muchos la prueba reina de los vínculos entre el gobierno ecuatoriano y la guerrilla colombiana, y complican aun más el panorama de unas relaciones bilaterales que van en caída libre desde el bombardeo al campamento de las Farc en territorio ecuatoriano hace 16 meses.

Las sospechas sobre el gobierno de Correa vienen desde las revelaciones del computador de 'Raúl Reyes' encontrado a pocos metros de su cadáver luego del bombardeo. En varios apartes de los correos se describen los aportes a la primera campaña presidencial de Correa por parte de la guerrilla y se mencionan reuniones de funcionarios ecuatorianos con Reyes e incluso releladores acuerdos (ver recuadro).

Pero el tema con Ecuador va mucho más allá de la posible complicidad del gobierno de Correa -o de algunos de sus funcionarios- con la guerrilla. O de que las Farc usen las selvas de Sucumbíos como retaguardia para montar campamentos, traficar armas o esconder secuestrados ante la ineficacia, o la indiferencia, del Estado ecuatoriano. El problema ya no es sólo militar, sino político, económico y estratégico para la seguridad nacional de Colombia.

Correa ha radicalizado su discurso contra el país. Desde el ataque contra 'Reyes', el Presidente de Ecuador ha venido exaltando un fervor patriótico y exacerbando un sentimiento anticolombiano que capitalizó políticamente en la campaña electoral que lo llevó a reelegirse en abril de este año. Esa molestia contra Colombia se viene incubando desde hace varios años y hoy, que está a flor de piel, se puede convertir en una peligrosa bandera chauvinista en tiempos de crisis.

Pero más grave que la retórica de sus palabras es la acción de sus convicciones. El gobierno de Ecuador ya interpuso dos demandas contra Colombia ante tribunales internacionales. La primera, por las fumigaciones en la frontera, ante la Corte Internacional de Justicia, y la segunda, ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, por la muerte de un ciudadano ecuatoriano en el bombardeo de Angostura.

En lo político, las relaciones diplomáticas están rotas. Desde marzo de 2008 no hay embajador colombiano en Quito ni ecuatoriano en Bogotá. El intercambio comercial se está resquebrajando. Hace dos semanas el gobierno de Ecuador decidió subir unilateralmente los aranceles a las exportaciones colombianas, lo que puede representar un costo para la economía colombiana de 500 millones de dólares al año (ver recuadro).

Y, para rematar el cuadro, un juez de la provincia amazónica de Sucumbíos ordenó la detención del ex ministro de Defensa Juan Manuel Santos por la muerte del ciudadano ecuatoriano en el bombardeo y le pidió a la Interpol que expidiera una circular roja. Aunque la justicia es autónoma, pocos creen que la decisión de un juez menor en una provincia selvática sea ajena a la vorágine política que ha sacudido a los dos países. En pocas palabras, la situación actual con Ecuador es que la diplomacia está judicializada, la economía está fracturada, la política está congelada y la cooperación militar está suspendida.

Ante la imposibilidad de defenderse dada la visibilidad de las pruebas, Correa sólo tiene dos alternativas: 1) recurrir a la fórmula de Samper, y decir que fue a sus espaldas y 2) utilizar la fórmula futbolística de que la mejor defensa es el ataque. En esta última, que es la más probable, ha demostrado que es un pequeño Maradona, especialmente cuando juega de local.

De escándalo en escándalo
Este video llega en un pésimo momento para Rafael Correa porque está tratando de salir de otro escándalo muy incómodo que involucra a su hermano Fabricio con tráfico de influencias para conseguir contratos del Estado por 80 millones de dólares. En los sondeos se llegó a dar un bajón hasta del 15 por ciento en su credibilidad y llegó al 46 por ciento (Cedatos-Gallup) el 29 de junio pasado, el punto más bajo desde cuando asumió la Presidencia.

En las últimas tres semanas, Correa ha estado metido de lleno en el tema y se ha movido desesperadamente para ahuyentar las sospechas que puedan recaer sobre él. Ha contraatacado a los medios que han publicado la información. Dado que el escándalo tiene que ver con unas empresas de su hermano en Panamá, ha llegado al extremo de expedir decretos que prohíben que cualquier empresa que tenga papeles en el exterior contrate con el Estado.

El video-bomba del 'Mono Jojoy' también aparece cuando en Ecuador ya se había pasado la página del tema de las Farc y para el gobierno de Quito todo el asunto ya estaba debajo de la alfombra. A tal punto, que Correa ha dado una serie de pasos que, en criterio de analistas ecuatorianos, tiene como propósito convertir a Colombia en el nuevo enemigo externo de Ecuador.

Esa actitud es parte del nuevo empaque de Correa II. El Presidente ecuatoriano fue reelegido el pasado 26 de abril y comenzará su segundo mandato en agosto. Si bien triunfó holgadamente en las urnas, en la Asamblea (Congreso) no le fue tan bien como se esperaba. Obtuvo una mayoría frágil y tuvo que hacer alianza con 12 asambleístas de otros partidos para lograr 70 de las 124 curules.

¿Qué va a pasar con el video de 'Jojoy' en Ecuador? En materia legal, debe ser el Tribunal Electoral el que adelante una investigación. Sin embargo, esta entidad está prácticamente tomada por el movimiento de Correa, de manera que no se espera mayor transparencia. Minutos después de que se conoció el video, el gobierno anunció que una Comisión Técnica, integrada por cuatro ministros, lo analizará. Dos de los miembros de este comité, el canciller Fander Falconí y el ministro de Seguridad, Miguel Carvajal, ya dieron un primer concepto.

Carvajal dijo al corresponsal de SEMANA en Quito, que "en ninguna de las campañas, el movimiento Pais (el partido de Correa) ha recibido dinero de las Farc. Y no ha tenido ni tiene nexos como para pedir ni recibir recursos". Falconí, por su parte, dijo que el video es un ataque mediático y que no existen los suficientes elementos técnicos que involucren al presidente Correa con el grupo irregular.

El sábado, al cierre de esta edición, el presidente Correa se dirigía al país en su habitual cadena televisada. "La credibilidad de la palabra de Correa es muy grande en Ecuador y la percepción negativa contra el gobierno colombiano también es muy grande. Cuando Correa salga a decir que el video es un complot, la gente le va a creer. Menos que antes, pero le va a creer", dice el editor de un prestigioso medio de Quito.

Sobre el tema de la financiación de las campañas el diario El Comercio publicó el año pasado varias investigaciones y encontró que reinó la mala administración, que gran parte de los recursos se manejó en efectivo y que de muchos de ellos (entre 500.000 y un millón de dólares) no era claro su origen. Estos recursos se justificaban bajo el nombre de colectas, pero no se identificó con certeza su origen. En su momento, ese escándalo también se apagó cuando el tribunal electoral los absolvió.

Bomba de tiempo regional
El Correa versión II también tiene un discurso internacional más radical. El mismo día que ganó las elecciones anunció que iba a intensificar el proyecto de Socialismo del Siglo 21 (el mismo del presidente venezolano Hugo Chávez) en Ecuador y hace pocas semanas oficializó el ingreso de Ecuador a la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba), el grupo de países latinoamericanos que sigue la línea de Chávez y frente al que Correa siempre había mostrado reservas.

Precisamente la semana pasada, en La Paz, Correa celebraba con sus colegas del Alba -Bolivia, Venezuela, Paraguay- el cese de operaciones de Manta como "un paso histórico". Sin embargo, documentos incautados a las Farc, y sobre los cuales el 'Mono Jojoy' reconoció su autenticidad, generan más y más preguntas sobre Ecuador. "Es necesario que Correa apoye la exigencia del desmonte de la Base de Manta dentro de la campaña de la CCB, ni un soldado yanqui en nuestra América", dice 'Raúl Reyes' en un correo de febrero de 2007.

Mientras se realizaba la cumbre del Alba, el gobierno colombiano ratificaba su interés de incrementar la presencia militar estadounidense en Colombia. El presidente Álvaro Uribe defendió a capa y espada el posible acuerdo que le permitiría a Washington utilizar cinco bases en el país. La reacción del Alba no se hizo esperar: "Quiero decir (que los) políticos latinoamericanos que aceptan una base militar norteamericana en cualquier país de Latinoamérica son traidores de su país, traidores de su patria", dijo el presidente boliviano Evo Morales.

Para el ministro de Seguridad Interna y Externa de Ecuador, Miguel Carvajal, todo está relacionado. "No es no es coincidencia -dijo- que hoy haya sido el último día de vuelo de Estados Unidos en la Base de Manta (...) Hace poco se acusó a Venezuela de ser un Estado permisivo con el narcotráfico". Carvajal hacía referencia al borrador de un informe del General Accounting Office (GAO) ordenado por el Congreso de Estados Unidos que denuncia, entre otras cosas, las relaciones de funcionarios venezolanos con las Farc. El documento, al que tuvo acceso SEMANA, denuncia que Venezuela les ha "extendido un salvavidas a los grupos armados ilegales colombianos. Como resultado, estos grupos son amenazas viables a la seguridad colombiana y los esfuerzos anti-narcóticos colombo-estadounidenses".

El documento oficial cita ampliamente correos del computador de 'Raúl Reyes' y destaca cómo esa información sirvió para acusar a tres altos oficiales venezolanos de vínculos con las Farc. Para Hugo Chávez, la divulgación del informe no pudo venir en un peor momento; les quita legitimidad a sus esfuerzos por restituir a Manuel Zelaya como presidente de Honduras y revive las preguntas sobre sus relaciones con las Farc, las mismas que pensó haber enterrado después del apretón de manos con Uribe en la cumbre de Santo Domingo en marzo de 2008. Sin duda, hace mucho más difícil una aproximación con el gobierno de Barack Obama.

La suma de todos estos hechos -la radicalización del Alba, las revelaciones sobre Correa y las Farc y la denuncia de la narcotización de Venezuela- es un coctel explosivo que puede generar una crisis regional sin precedentes y con consecuencias impredecibles. Además, la crisis se presenta en momentos en que la OEA ha demostrado su debilidad y su inoperancia tras el golpe en Honduras. Y ha dejado clara la división de los países del hemisferio: Alba, y a veces Argentina, contra el resto.

Para Colombia, el escenario es poco prometedor; tiene dos países vecinos dirigidos por mandatarios volátiles. Su firme alianza con Estados Unidos, fundamental para la lucha contra las Farc y el narcotráfico, es a la vez una debilidad en el actual concierto latinoamericano donde ser antigringo está de moda. Los recientes esfuerzos por acercarse a Brasil podrían complicarse con la decisión de permitirles a las fuerzas militares estadounidenses acceso permanente a bases colombianas. A Brasil, la potencia de Suramérica, le incomoda sobremanera esa presencia de Washington, le comentó a SEMANA un alto dirigente de la región.

A pesar de los esfuerzos del Centro Carter y de la OEA, la desconfianza entre los gobiernos colombiano y ecuatoriano va en aumento. Ni hablar de la animadversión entre los dos presidentes. El video de 'Jojoy', curiosamente, sólo reafirma ese celo. Para Uribe, recontraconfirma su percepción de que su colega ecuatoriano está confabulado con las Farc. A Correa no le queda duda alguna que la divulgación del video es apenas otra filtración del gobierno colombiano en su "guerra mediática" contra Ecuador.

En este diálogo de sordos, a ambos gobernantes se les olvida una realidad innegable: la frontera. Ni Colombia ni Ecuador se pueden ir; los dos países tienen que convivir, gústeles o no les guste a sus gobernantes y a los séquitos de ellos.

Es evidente que desde el ataque al campamento de 'Reyes' y el descubrimiento de los 'secretos' de su computador, ni el gobierno ecuatoriano ni el colombiano han actuado con la diplomacia y la mesura que una crisis de esta dimensión necesita. Correa lleva 17 meses vociferando y amenazando por doquier. Mientras Uribe y el canciller Jaime Bermúdez piden calma, por debajo de la mesa otros funcionarios filtran informaciones negativas sobre Ecuador. Con razón, dirán algunos, especialmente después de conocerse el video de 'Jojoy'.

Pero la diplomacia no es un juego en el que gana el que dañe más la imagen del otro. De qué sirven esas filtraciones si no forman parte de una estrategia con objetivos tangibles como uno elemental: que se limite la movilidad y la presencia de las Farc en el lado ecuatoriano de la frontera.

Queda la sensación de que, a pesar de la gravedad de la crisis de las relaciones entre los países, el gobierno aún no trata el tema de Ecuador como una prioridad uno A. Sigue considerando a ese vecino, como también lo hicieron varios de sus antecesores, como el patio trasero. Y no como un asunto de seguridad nacional, como debería ser. El video de 'Jojoy', más que una herramienta propagandística, puede ser la llave para obligar al gobierno ecuatoriano a cambiar su irregular comportamiento. Es la hora de la alta diplomacia.