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Parque principal de Anapoima. | Foto: Google

DECISIÓN

Corte ordenó a Anapoima responder por beca que ofreció

El Consejo de Estado falló que la administración municipal deberá cumplir su promesa de becar al primer bebé nacido en una clínica inaugurada hace 25 años.

18 de noviembre de 2015

Las promesas incumplidas en programas de becas o planes de financiación para la educación superior, lamentablemente, todavía son un lugar común para muchos estudiantes, al punto de que algunos han debido llegar hasta los estrados judiciales para hacer cumplir lo que les ofrecieron.

Así parece evidenciarlo un fallo del Consejo de Estado que pide a las autoridades no quebrantar la palabra empeñada.

Así, la Sección Primera del alto tribunal le ordenó al municipio de Anapoima cumplir la promesa que hizo en 1990 para becar al hijo de la primera mujer que diera a luz en el centro de salud materno infantil que se inauguraría por esos días en el municipio cundinamarqués.

Hace 25 años los pobladores esperaban con ansias el inicio de labores de ese instituto de atención médica. Tal fue el compromiso de las autoridades de la población, que el Concejo Municipal emitió un acuerdo en el que se comprometía a otorgar una beca universitaria al primer bebé nacido en el hospital.
 
Cuando por fin nació el primer bebé en ese centro médico, su familia estaba segura de que el acuerdo municipal del 21 de junio de 1990 le permitiría al entonces recién nacido tener la garantía de acceder a un programa de educación universitaria de manera gratuita.
 
Llegado el momento de exigir la beca, 17 años después, la administración municipal le negó el derecho. A través de actos administrativos expedidos en el 2007, la entidad demandada consideraba que, por tratarse de un auxilio o donación, no podía acceder a los propósitos del demandante, que se encontraba esperanzado en hacer uso de la beca.

Como ambos tipos de beneficios no pueden ser financiados por dineros estatales, puesto que la ley lo impide, la administración municipal pensó encontrar la excusa perfecta para dejar de atender el compromiso que había adquirido casi tres décadas atrás.

Sin ocultar su frustración por el incumplimiento de la palabra del municipio, el joven interpuso una demanda ante el Tribunal Administrativo de Cundinamarca. Allí empezó a ganar la batalla. Para esa autoridad judicial, Anapoima no podía desconocer el compromiso que adquirió.

Igual opinó el Consejo de Estado. Aclaró que al comprometerse a becar al primer niño que naciera en el centro de salud materno infantil, inaugurado en la población hace 25 años, su compromiso no era el de otorgar una donación ni un auxilio.

La corporación ratificó así el fallo del Tribunal. Señaló que los compromisos de las autoridades para financiar la formación académica de sus ciudadanos no pueden ser concebidos como donaciones. De ahí que confirmara que el municipio deberá otorgar la beca.

Como medida para restablecer los derechos del primer neonato del famoso centro de salud, Anapoima deberá devolverle los dineros que invirtió para matricularse en un programa de educación superior.

Esto significa que el erario debe asumir los costos del programa de ingeniería ambiental en el que se inscribió el joven en la Universidad El Bosque de Bogotá. Con este antecedente, los estudiantes confían en que los planes de becas que ofrece la administración no sigan siendo un monumento al incumplimiento y que las autoridades honren los compromisos adquiridos.