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Juan Manuel Santos y Nicolás Maduro se reunirán el próximo lunes 21 de septiembre a las 2:00 p. m. en Quito. | Foto: Archivo

RELACIONES BILATERALES

Crisis colombo-venezolana: el cara a cara entre Santos y Maduro

El próximo lunes los mandatarios de ambos países se reunirán para buscar ponerle un alto a la dura situación que se vive en la zona fronteriza.

16 de septiembre de 2015

A casi un mes del inicio de la crisis fronteriza entre Colombia y Venezuela, se avizora una luz al final del túnel. El próximo lunes, finalmente se reunirán los presidentes Juan Manuel Santos y Nicolás Maduro.

El cara a cara entre ambos mandatarios pretende zanjar las diferencias y resolver una dura situación en la zona limítrofe, que ha sido catalogada de catástrofe humanitaria por la expulsión de unos 20.000 connacionales del país vecino.

Los puntos fronterizos de Cúcuta, Villa del Rosario (Norte de Santander), Paraguachón (La Guajira) y Arauca son sitios en los que a lo largo de los años se ha desarrollado una verdadera comunidad binacional, donde el comercio y el tránsito de personas han sido siempre fluidos.

Sin embargo, problemas como el contrabando, bandas criminales y guerrillas, que operan en estos pasos fronterizos, han sido la excusa para que el gobierno de Maduro cierre las fronteras, declare estado de excepción y deporte por lo menos 2.000 colombianos, mientras otros 18.000 decidieron regresar por cuenta propia.

Lo que se quiere este 21 de septiembre es poner un alto a esta situación. Para llegar a este punto fueron necesarias muchas instancias. En el foro de Unasur, fue Argentina la que propuso una cumbre de los presidentes adscritos a ese organismo para tratar la problemática. Sin embargo, nunca hubo un anuncio en firme sobre cuándo sería y si asistirían todos los mandatarios.

Panamá también se había ofrecido para mediar entre ambas naciones, pero tampoco fue posible concretar encuentro alguno.

Al final, lo único que funcionó fue la mediación de los presidentes pro témpores de Unasur y Celac, los mandatarios de Uruguay, Tabaré Vázquez, y de Ecuador, Rafael Correa.

Ambos son países cercanos a Colombia y Venezuela. En la votación que hubo en la OEA para convocar a una cumbre de Cancilleres, Uruguay estuvo de lado de Colombia y Ecuador acompañó a Venezuela. Un aspecto importante, pues habrá un equilibrio en la reunión. Mientras Maduro y Santos intenten arreglar sus diferencias, Vázquez y Correa serán los mediadores.

Y aunque lograr soluciones definitivas para detener esta crisis no será fácil, el encuentro es lo que tanto se esperaba para distensionar la relación entre ambas naciones.

El camino al encuentro

"Llevo propuestas concretas. No será una reunión fácil, será una reunión compleja porque los problemas son complejos. Con la ayuda de la Celac, sé que vamos a tener resultados positivos para el pueblo de Colombia y Venezuela", dijo Maduro.

La reunión se veía venir, aunque sin certezas. En horas de la mañana de este miércoles, Maduro había dicho que estaba esperando noticias sobre un futuro encuentro con su homólogo colombiano. Señaló que el cara a cara se daría "sea como sea", para iniciar así "una nueva etapa de las relaciones fronterizas y bilaterales, con la mejor buena voluntad y haciendo un gran esfuerzo por construir una nueva frontera de paz, de prosperidad".

Al respecto, la canciller María Ángela Holguín aseguró este miércoles que el presidente Juan Manuel Santos estaba dispuesto a reunirse para tener un diálogo y aprovechó para agradecer a los mediadores.

En las últimas semanas tanto el presidente Santos como Nicolás Maduro habían manifestado intenciones de reunirse y buscar una solución. Sin embargo, nunca se concretaba y el contrapunteo entre ambos era constante.

Ahora, después de varios intentos por lograr un encuentro, por fin se verán las caras y se sabrá si podrán resolver este conflictivo asunto.

Problemas

Los retos son varios. El presidente Santos ha sido categórico en exigir de Venezuela el respeto de los derechos de los colombianos que fueron expulsados o están en proceso de serlo, aunque reconoce su potestad de deportarlos.

También pidió que los connacionales que no pudieron recoger sus pertenencias en su precipitada huida puedan volver por ellos. Por otra parte, la petición de que los niños que viven del otro lado de la frontera pudieran volver a las escuelas colombianas ya fue atendida.

Venezuela también mantiene fuertes reclamos. Señala que el paramilitarismo proveniente de Colombia sigue siendo una amenaza para su seguridad y sostiene que se libra una guerra económica por cuenta del contrabando o 'bachaqueo', además del tipo de cambio que se maneja entre pesos y bolívares.

De los acuerdos que se logren entre ambos mandatarios, que representan a dos países diferentes en lo ideológico, lo político y lo económico, dependerá que se inicie un punto de encuentro para iniciar, desde ahí, la normalización de las relaciones bilaterales.

Sin embargo, habrá heridas que persistirán. Los colombianos que retornaron se ven enfrentados a reiniciar sus vidas en una nación que ya los expulsó una vez (ya sea por la violencia o la pobreza), algo que necesitará mucha más asistencia de la que, en medio de esta crisis, prestan los organismos del Estado.

En manos de Santos y de Maduro, más allá de la crisis o de lo que ella representa políticamente en cada uno de sus países, está la responsabilidad histórica de que lleguen las soluciones a este conflicto. Y, en el caso colombiano al menos, también está la urgencia de que el gobierno ponga por fin los ojos en esta olvidada frontera.