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Desde la noche del martes unos 3.000 colombianos más estarían huyendo del vecino país por trochas y por el río Táchira. | Foto: Presidencia.gov

CRISIS FRONTERIZA

Por trochas, más de 3.000 personas habrían regresado a Colombia

El alcalde de Cúcuta, Donamaris Ramírez, afirmó a Semana.com que esta es la situación de este miércoles. La ciudad abrirá dos albergues nuevos y se iniciará un censo.

26 de agosto de 2015

Todos quieren huir. La situación en el estado de Táchira de Venezuela es tan dramática, que los colombianos están huyendo por su propia cuenta de los malos tratos de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB).

Las cifras son más escandalosas de lo que se pensaba. Aunque los reportes oficiales indican que cerca de 1.100 los connacionales habrían sido deportados, el alcalde de Cúcuta, Donamaris Ramírez, le afirmó a Semana.com que desde la noche del martes unos 3.000 colombianos más estarían huyendo del vecino país por trochas y por el río Táchira.

El temor es la razón para salir. Varias personas aseguraron que salen corriendo de la ‘invasión’ porque tienen miedo de que los "maltraten” y los saquen “a la fuerza”.

Los connacionales no entienden qué es lo que pasa. Según ellos, en el 2007 el fallecido expresidente venezolano Hugo Chávez dio la orden de legalizar cinco barrios de invasión en el municipio de San Antonio del Táchira.

“Él dijo que nadie podía tocar a los colombianos y que se iba a poner en orden esta invasión. Nosotros le mostramos a la guardia esos documentos, pero no les importó”, contó una deportada a los enviados especiales de Semana.com.

Aunque el presidente Nicolás Maduro ha desmentido las denuncias que han hecho los connacionales sobre los maltratos recibidos en el momento de la deportación, Semana.com conoció otra historia que pone en evidencia el grave atropello a la integridad de los colombianos que regresan.

Encierro inhumano

Ana tiene 70 años y estuvo el fin de semana pasado encerrada en su casa en San Antonio del Táchira. No tenía otra opción. A sus familiares los deportaron y ella quedó sola e indefensa.

“Cuando vieron que yo estaba en la casa me dijeron que no podía salir. Y me dejaron sola, sin comida. Me gritaban que si intentaba volarme me pasaban la aplanadora por encima”, contó.

Mientras Ana sufría en su encierro, sus familiares estaban preocupados e intentando regresar por ella. Fue así como el pasado lunes se atravesaron las trochas que no estaban militarizadas y llegaron a rescatarla.

Sin embargo, Ana nunca volvió a ser la misma. Aunque ya pasó la frontera y espera con sus familiares unos cupos para vivir en algún albergue, el miedo a la muerte sigue latente.

“No me vayan a matar, no me vayan a matar”. “Nos van a tumbar la puerta, nos van a tumbar la puerta”, grita desesperada cada que escucha un fuerte ruido.

Así como ella, cientos de personas están con sus pertenencias sobre andenes, trochas y calles esperando algún cupo en un albergue mientras pueden regresar a sus ciudades de origen.

La situación es tan caótica que el alcalde de Cúcuta habilitará dos nuevos albergues para recibir a los colombianos que están llegando por las trochas y, también, hará un censo para poder tenerlas cifras correctas.