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La Policía y la Guardia Nacional de Venezuela han reprimido las protestas con gases y balas de goma | Foto: EFE

PROTESTAS

Venezuela vive su Semana Santa más violenta

Más de una decena de heridos fue el saldo de una nueva jornada de protestas de la oposición. Con gases y balas goma la Policía y la Guardia Nacional reprimen la movilización.

10 de abril de 2017

La Semana Santa en Venezuela parece que será una auténtica semana de pasión. Miles de opositores completaron seis días de manifestaciones contra el gobierno de Nicolás Maduro y el Tribunal de Justicia, pero la de este lunes resultó ser la más violenta. Cientos de policías y guardias nacionales reprimieron a los miles de manifestantes con gases lacrimógenos y balas de goma.

Quienes protestaban intentaban marchar por varias avenidas y la principal autopista de Caracas en el inicio de la segunda semana de protestas contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro y el Tribunal Supremo de Justicia.

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Al menos doce personas resultaron heridas por golpes y el impacto de bombas lacrimógenas, indicó el alcalde del municipio capitalino de Chacao, Ramón Muchacho.

La protesta, que comenzó en una plaza del este de la ciudad, luego se extendió a varias avenidas y la principal autopista de Caracas, donde cientos de opositores fueron reprimidos por policías y guardias nacionales que comenzaron a lanzarles gases lacrimógenos para evitar que avanzaran hacia el centro de Caracas.

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A pocos minutos de iniciar la movilización convocada por la oposición venezolana este lunes, la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y la Policía Nacional Bolivariana (PNB) comenzaron a lanzar bombas lacrimógenas para dispersar a los ciudadanos en la autopista Francisco Fajardo, a la altura de la avenida Venezuela.

La manifestación opositora inició en la Plaza Brión de Chacaíto con el objetivo de llegar a la Defensoría del Pueblo nuevamente, como han intentado en las últimas movilizaciones.

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Ante la actuación de los cuerpos de seguridad comenzaron los enfrentamientos entre los ciudadanos y los funcionarios.

Algunos jóvenes manifestantes, con guantes y los rostros cubiertos con telas y máscaras, se enfrentaron con las autoridades con piedras y otros objetos contundentes al tiempo que les devolvían algunas de las bombas lacrimógenas.

Tras condenar la acción de los cuerpos de seguridad, el dirigente y excandidato presidencial Henrique Capriles dijo a la prensa que la oposición seguirá en las calles hasta el que el gobierno "entienda que tiene que respetar la constitución", y permita la realización de elecciones, abra un canal humanitario para medicinas y alimentos, anulen todas las sentencias contra el Congreso y liberen a los opositores detenidos.

En la ciudad occidental de Maracaibo la policía reprimió con los mismos medios una protesta que se registró en los alrededores de la residencia del gobernador oficialista del estado Zulia.

Las manifestaciones callejeras, que se iniciaron el 30 de marzo, han dejado un muerto, varias decenas de heridos y más de un centenar de detenidos en Caracas y varias ciudades del interior.

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Los cuerpos de seguridad han utilizado gases lacrimógenos, balas de goma y camiones cisternas para dispersar las manifestaciones en medio de críticas de organizaciones humanitarias y el secretario general de la OEA, Luis Almagro, que han acusado al gobierno de excederse en la contención de las protestas.

Antes de viajar a Cuba, el presidente venezolano llamó el domingo a la oposición a retornar al diálogo y se mostró dispuesto a ir a elecciones regionales.

"Mantendremos la presión a pesar de las promesas de Maduro", afirmó el primer vicepresidente de la Asamblea Nacional, diputado Freddy Guevara, quien escribió en su cuenta de Twitter que la oposición mantendrá las acciones de calle hasta que se llame a comicios generales y se "respete" al Congreso, que el año pasado pasó al control de la oposición luego de 17 años de ser manejado por el oficialismo.

En los últimos 15 meses, el Tribunal Supremo, señalado de estar controlado por el gobierno, emitió 56 sentencias contra la Asamblea Nacional como parte de una pugna entre los poderes.

El máximo tribunal revirtió a comienzos de mes dos sentencias en las que había asumido las competencias legislativas del Congreso y limitado la inmunidad de los diputados que desataron nuevas tensiones políticas en Venezuela. A pesar de modificación de los dictámenes, las críticas de la comunidad internacional y las protestas no han cesado.

El gobierno de Chile expresó el lunes su preocupación por la decisión de la Contraloría General de inhabilitar al líder opositor Henrique Capriles porque, de concretarse, "limitará el ejercicio legítimo del pueblo venezolano de elegir libremente", dijo un breve comunicado publicado en el sitio en internet de la cancillería.

Esta es la segunda ocasión en cinco días en que Chile se pronuncia sobre líderes políticos opositores al gobierno del presidente Nicolás Maduro. El canciller Heraldo Muñoz expresó además la decisión del gobierno de la presidenta Michelle Bachelet de otorgarle asilo político si Enríquez lo solicita.

Las tensiones recrudecieron la semana pasada luego de la decisión de la Contraloría General, vinculada al oficialismo, de inhabilitar a Capriles para participar en eventos electorales por 15 años por supuestas irregularidades administrativas en la gobernación de estado central de Miranda, que él dirige.

Las protestas contra el gobierno se dan en medio de un contexto de una crisis económica dominada por una inflación de tres dígitos, una severa escasez de alimentos, medicinas y otros bienes básicos y una fuerte recesión económica.

“Esto no es un invento mediático”

Nacho, un reconocido cantante de reggaetón en Venezuela, se sumó a la marcha y le relató a la agencia AP lo que fgue la violenta marcha.

Sin mediar palabras, un grupo de guardias nacionales lanzó gas lacrimógeno al artista y los manifestantes que se agolparon en la vía para tratar de marchar hacia el centro de Caracas.

"La represión no es un invento mediático. Estoy aquí para comprobarlo", dijo el cantante, con los ojos irritados por los gases, al pedir al presidente Nicolás Maduro que actúe para detener la acción de los cuerpos de seguridad contra los manifestantes.

"Hay un pueblo en la calle clamando libertad", dijo a la prensa el artista que desde 2015 se declaró un abierto crítico al gobierno de Maduro y ha participado en actos de la oposición.

ALBA, espaldarazo a Maduro 

Mientras eso sucedía en las calles de Caracas, en La Habana, Cuba, los países de la ALBA dieron un fuerte espaldarazo al presidente Nicolás Maduro y arremetieron contra la "injerencista" OEA. 

Los cancilleres de la Alianza Bolivariana de Nuestros Pueblos (ALBA) emitieron hoy una declaración de apoyo a Venezuela frente a la actitud "injerencista, ilegal y proimperialista" del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, que promueve la aplicación de la carta democrática a ese país suramericano.

"Rechazamos las agresiones y manipulaciones contra Venezuela, así como los engaños y mentiras que amenazan su soberanía, independencia y estabilidad", señala la declaración emitida tras la reunión del consejo político de la ALBA, este lunes en la capital cubana.

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El canciller cubano, Bruno Rodríguez, leyó la declaración final del consejo político de la ALBA en un acto de solidaridad con Venezuela, que sirvió de clausura de la reunión y al que asistieron el presidente cubano, Raúl Castro -que no intervino-, y su homólogo venezolano.

"Repudiamos los intentos de la OEA de resucitar contra Venezuela, bajo falsas acusaciones de supuestas amenazas a la paz y estabilidad y bajo criterios politizados y sesgados, los discursos y prácticas injerencistas que en el pasado condujeron a agresiones, invasiones y ocupaciones militares de países y a crueles dictaduras", afirma la declaración.

Los cancilleres de la ALBA también reconocieron los esfuerzos del pueblo venezolano por "conducir un diálogo amplio, inclusivo y constructivo", así como los "denodados" esfuerzos del Gobierno de Maduro por "impulsar un diálogo nacional y resolver diferencias".

En el acto, Maduro pronunció un largo discurso de casi dos horas en el que afirmó que la historia de la OEA está marcada por "el dolor, la muerte y la sangre de invasiones y golpes de Estado".

"En 69 años, la historia de la OEA es la historia del bochorno más grande de subordinación de las oligarquías locales de nuestros países a los intereses imperiales", aseveró.

Señaló que frente al "espíritu de la división, subordinación y esclavismo" de la OEA, la historia de la ALBA, en tan solo trece años de andadura, está marcada por la "fuerza maravillosa de la solidaridad y la unión", con demostraciones concretas en el campo de la educación, la salud y la ciencia.

"Bajo el abrazo y la sombra de la ALBA se han alfabetizado 4 millones de latinoamericanos y caribeños en los últimos 10 años", resaltó Maduro sobre ese organismo, creado el 14 de diciembre de 2004 por los entonces presidentes de Cuba y Venezuela, los fallecidos Fidel Castro y Hugo Chávez, respectivamente, a los que recordó como héroes.

El presidente venezolano rememoró la "historia de agravios" de la OEA frente a Gobiernos "elegidos legítimamente en todo el continente" y arremetió duramente contra Almagro, por sus intentos de expulsar a Venezuela del organismo.

En su largo discurso frente al presidente Raúl Castro, los cancilleres de la ALBA y organizaciones de masas de Cuba, Maduro aseguró que Venezuela enfrenta un "golpe de Estado" de partidos de la oposición que sirven intereses imperialistas y que cuentan con el apoyo de la OEA y de EE.UU.

En los últimos días, Venezuela ha vivido manifestaciones violentas, disturbios y enfrentamientos entre chavistas y opositores como consecuencia de la decisión del Tribunal Supremo de Justicia, controlado por el Gobierno, de inhabilitar y asumir las funciones de la Asamblea Nacional, de mayoría opositora.

Esa decisión, que provocó un fuerte rechazo internacional, fue parcialmente revocada horas después, aunque continúan los enfrentamientos en las calles.

Mientras Maduro estaba en La Habana, en Venezuela se repitieron protestas antigubernamentales, que fueron disueltas violentamente por la Policía y se saldaron con más de 200 heridos, según la oposición.

La ALBA es un bloque de concertación política creado en La Habana en 2004 que integran Cuba y Venezuela, países impulsores de la iniciativa, junto a Antigua y Barbuda, Bolivia, Dominica, Ecuador, Nicaragua, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, San Cristóbal y Nieves, y Granada.

*Con información de EFE y AP.