Home

Nación

Artículo

| Foto: Archivo SEMANA

PAZ

Oposición advierte que cese de bombardeos es inconstitucional

La instrucción del presidente Santos pretende imprimirle agilidad a la firma de un acuerdo de paz, pero es criticada por supuesta ilegalidad.

26 de julio de 2015

Desde 1984 ningún gobierno había dado la orden de suspender operaciones militares aéreas contra la guerrilla de las FARC. El presidente Juan Manuel Santos, en menos de un año, lo ha hecho en dos oportunidades, con el mismo propósito.

Como se habían producido después de la declaratoria de tregua unilateral de la guerrilla, no sólo son gestos de respuesta, sino una medida para pedirles resultados concretos en torno a la firma de un acuerdo de paz.

La primera suspensión de bombardeos fue el pasado mes de marzo. La guerrilla de las FARC había decretado un cese unilateral en diciembre y como respuesta a los resultados de esa tregua, en la que evidentemente bajó la intensidad del conflicto, en abril el Gobierno lo prorrogó por un mes. Hasta que ese grupo asesinó a 11 militares en Cauca y tanto los bombardeos como la tregua fueron suspendidos.

Pero tras el momento más crítico del proceso de paz, en el que las FARC presionaron con violencia el cese el fuego bilateral, y el anuncio del jefe negociador Humberto de la Calle en el sentido de que en algún momento se podrían levantar de la Mesa de La Habana, las FARC iniciaron un nuevo cese unilateral, que comenzó el pasado lunes 20 de julio.

Días atrás, el propio Santos se había comprometido a un desescalamiento del conflicto y parecía obvio que la primera respuesta sería la suspensión de los bombardeos. Por eso, el anuncio de la noche del sábado a muy pocos tomó por sorpresa.

Para los sectores que defienden a ultranza el actual proceso de paz, la decisión es oportuna, pero para los opositores no sólo es apresurada, sino que además la califican de inconstitucional.

El senador Armando Benedetti dijo que “el cese el fuego unilateral de las FARC, desminado, no reclutar menores de 17 años y el Gobierno no bombardear en caso de que no haya que defender a la población o el territorio nacional, muestran que estamos retomando el buen rumbo de las negociaciones de paz”.

Roy Barreras, presidente de la U, dijo que “si las FARC suspenden la lluvia de balas y el Gobierno la lluvia de bombas, se ha iniciado en serio el preámbulo de la paz”.

El senador Iván Cepeda dijo que “la suspensión de bombardeos y alto al fuego son contribuciones reales a la paz. Sólo quienes viven de la guerra y la sangre deploran avances”.

Para el uribismo, la suspensión de bombardeos tiene otra lectura. La consideran, de nuevo, un cese el fuego bilateral disfrazado. El expresidente Álvaro Uribe le recordó al Gobierno que en campaña había prometido que no habría tal cese, pero en la práctica está faltando a ese compromiso al suspender la labor de la Fuerza Aérea.

Uribe incluso dijo que ese había sido un premio del Gobierno a la escalada terrorista de la guerrilla de las semanas anteriores, y consideró que se estaban poniendo las Fuerzas Armadas y la seguridad en manos de terrorismo.

Oscar Iván Zuluaga, director del Centro Democrático, señaló que la orden de suspender los bombardeos es una instrucción inconstitucional, pues la Carta Política define la obligación de las Fuerzas Armadas de defender a los colombianos, y con la suspensión de bombardeos se estaría vulnerando la norma.

Zuluaga también aseguró que la decisión es apresurada, más aún después de conocer el incremento de cultivos ilícitos en el país en el reciente año. Se preguntó por la suerte de los laboratorios instalados en los campamentos y aseguró que si no se combaten, se está dando libertad al narcotráfico de las FARC.

La decisión no deja de ser arriesgada, pero va en el camino por el que ha apostado el presidente Santos, quien, como todo el país, espera en los próximos cuatro meses resultados en La Habana y apagar la violencia en territorio colombiano.