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POLíTICA

Cruzada por la Constitución

Un grupo de ex constituyentes adelanta una campaña para impedir que las reformas acaben con el espíritu democrático de la Carta del 91.

11 de diciembre de 1980

La semana pasada la Constitución cumplió 13 años pero llegó coja a su celebración. A su corta edad su desafío no ha sido que la apliquen sino que no la hundan pues ya han sido cambiados 42 de sus 387 artículos.

Por eso, algunos de los constituyentes adelantan una campaña para defender los principios sobre los que elaboraron la Carta política que hace más de una década llenó de entusiasmo a los colombianos. No sólo porque fue producto de un proceso de paz, ni porque fue una movilización ciudadana contra la politiquería. También porque resultó de un acuerdo entre sectores de izquierda, de los partidos tradicionales y de las minorías sociales.

Ex constituyentes como Rodrigo Llorente califican los cambios a la Constitución de "pellizcos"; otros, como Jaime Castro, de "tajadas y pedazos que se le han venido quitando a la Constitución". Pero más allá de las interpretaciones sobre la magnitud de los 'mordiscos', constituyentes de todas las líneas políticas coinciden en la necesidad de defender lo que consideran el avance democrático más importante de Colombia en los últimos tiempos. Y así lo expresaron en una reciente reunión convocada por la corporación Plural, que ellos fundaron en 1995.

Los delegatarios ante la constituyente clasifican los cambios que se han hecho a la Carta política en tres grupos. Los innecesarios, como el que le devolvió a la capital el nombre de Bogotá, a secas, en vez de Santa Fe de Bogotá. Los valiosos, como la reforma política de 2003, que busca contrarrestar la proliferación exagerada de partidos y movimientos políticos. Y los regresivos, como el que revivió las suplencias en las corporaciones públicas, que van en contravía del espíritu modernizador de la Constitución del 91.

De los 'mordiscos' regresivos, el que más preocupa a los constituyentes es el estatuto antiterrorista. De una parte creen que la posibilidad de que las autoridades realicen detenciones o intercepten comunicaciones sin previa orden judicial va en contravía de los principales derechos ciudadanos. De otra temen que las políticas coyunturales del actual gobierno para combatir la guerra terminen convirtiéndose en medidas de largo plazo.

Entre las modificaciones que se han anunciado, la que más inquieta a los constituyentes es la reforma a la justicia. Según ellos, ésta reduciría el alcance de los logros más importantes de la Constitución del 91: la tutela y la Corte Constitucional. De ahí que para constituyentes como Álvaro Echeverri y Armando Novoa, la campaña en defensa de la Constitución pasaría incluso por la realización de un referendo revocatorio de la reforma a la justicia. "La Constitución es el arma de defensa de los más desprotegidos. Y hay que defenderla con las mismas herramientas democráticas que ella propone", señala Novoa.

Aun cuando a veces los problemas nacionales hacen necesario adaptar las normas, se supone que las constituciones son cartas de navegación de largo plazo para los países. Por eso, la campaña de los constituyentes debe ser vista como un buen campanazo de alerta sobre los riesgos que los continuos cambios a la Constitución imponen sobre la estabilidad y el avance de la democracia colombiana. Como lo señala el ex constituyente Augusto Ramírez, presidente de Plural, "la Constitución es norma de normas. Y cualquier cambio en ella no debe responder a intereses políticos coyunturales sino a un gran consenso nacional".