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¿CUAL NUEVO PAIS?

Los resultados electorales demostraron que es más lo que falta por cambiar que lo que ha cambiado

25 de noviembre de 1991

EL UNICO TRIUNFADOR ABSOLUTO DE LAS pasadas elecciones fue Alberto Montoya Puyana Logró la mayor votación liberal y obtuvo cerca de la mitad de la votación del Movimiento de Salvación Nacional y casi la tercera parte de las votaciones del M19 y de la Nueva Fuerza Democrática, que eran prácticamente partidos políticos con listas unicas, Todo esto lo consiguió sin gabelas de ninguna clase, No era conocido nacionalmente, ni consentido de los medios de comunicación, Su lista era una lista propia, regional, independiente y sin invitados estratégicos ni coaliciones oportunistas.
Fuera de él, los otros ganadores fueron relativos, El M19 aspiraba al 20 por ciento de la votación, Sacó menos de la mitad de eso, Aunque frente al viejo Congreso su participación pasó de un representante en la Cámara, Vera Grabe, a cerca del 10 por ciento de cada una de las cámaras, la realidad es que frente a la Constituyente bajó del 27 por ciento a la tercera parte de eso, Por todo esto, en la sede del M19 el día de las elecciones había música, pero no voladores.
Tampoco había voladores en la sede de Andrés Pastrana, Si se tiene en cuenta que hace tres meses su movimiento no existía y que hoy empató como primera fuerza, es un gran triunfo Pero si se considera que aspiraba a consolidar una candidatura presidencial y prácticamente a reemplazar al conservatismo, su victoria es mucho menos clara Todos sus allegados en el fondo esperaban un mínimo de 15 y se quedaron apenas en ocho En lo que se refiere a posibilidades presidenciales, el raciocinio de los entendidos es: si empató con Vera Grabe, Navarro lo liquida.
En cuanto al Partido Liberal, sin duda alguna barrió, pero no como partido unitario, sino como montonera informe Si hubiera que utilizar una expresión para describir al Partido Liberal, tendría que ser un caos exitoso, pero aun así, un caos Y aunque en teoría el Presidente podría decir que cambió la Constitución y dejó a su partido en mayoría, no hay garantía alguna de que esta mayoría esté de su lado Representa a la dase política tradicional que se opuso a que el Congreso fuera revocado y que se sintió traicionada cuando le pidió ayuda a Gaviria y él se alineó del otro bando Como los nuevos congresistas no pueden aspirar a ministerios, embajadas o gobemaciones, y la burocracia regional o municipal ya no depende del Presidente anto gobernadores como alcaldes son elegidos ahora por voto popularno hay quien meta la mano al fuego por esa lealtad Sobre todo si se tiene en cuenta que reina un ánimo revanchista en cada uno de los congresistas que regresan cansados, con menos votos y con menos pesos Los observadores políticos especulan que, en materia de fidelidad, es más confiable la lista del M19 que las de los liberales resentidos.
Si sólo hubo un ganador absoluto, hubo también un perdedor absoluto: Alvaro Gómez Hurtado En su caso, el revocador salió revocado Navarro, su socio en esta empresa, logró aumentar su participación en el Senado de cero a nueve, mientras el jefe del M19 consiguió rebajarla de 14 a cinco Más lamentable aún es que, en el momento de la verdad de los cinco, además de su hermano, sólo hay dos de su corriente política, mientras que antes los 14 eran alvaristas.
Ante la desaparición de Gómez Hurtado como fuerza política, lo lógico hubiera sido pensar en un resurgimiento del tradicional Partido Social conservador de Misael Pastrana Tampoco sucedió Los que hubieran podido ser sus avispas, indignados por la división creada por su hijo, renunciaron a dejarse contar del lado de su antiguo jefe Hoy, los conservadores rehusan a ser calificados como alvaristas o pastranistas y casi todos insisten en que son independientes.
La consecuencia de todos estos hechos es que el próximo Congreso de la Republica va a ser un Congreso más de individuos que de partidos El problema anterior era la falta de fronteras ideológicas entre los dos partidos. El problema de ahora en adelante es que no hay partidos Por ahora, el mapa electoral del país parece ser el de un partido mayoritario sin unidad electoral ni consistencia ideológica, y el de una serie de fuerzas pluripartidistas menos coherentes aun, a pesar de la unidad electoral. El intento de los reformadores de acabar con el bipartidismo se logró, pero al revés de lo planeado En lugar de quedar tres o más fuerzas comparables y de acabar con la primacía del liberalismo, lo que se logró fue elevar a este ultimo a la categoría casi de partido unico, mediante el fraccionamiento de lo que era el segundo partido.
Lo paradójico de todo esto es que la composición del nuevo Congreso va a ser casi idéntica que la del viejo Cerca del 60 por ciento de liberales cerca del 30 por ciento de conservadores y 10 entre independientes y minorías. Eso es lo que había antes de revocar el mandato del Congreso y eso es lo que quedó ahora La diferencia es que gran parte de esas personas se alinearon donde no tocaba, con el pretexto de la nueva Colombia. Era más lógico que Mario Laserna hubiera salido elegido en una lista de Misael Pastrana Era también más lógico que Pedro Bonnet fuera el segundo en una lista encabezada por Junior Turbay, que es un liberal de centro derecha como él, y no como parte de la gente de Navarro Era no sólo más lógico, sino más justo que Hugo Escobar Sierra tuviera el renglón de José Raimundo Sojo o de Jorge Valencia Jaramillo en la lista elaborada por Alvaro Gómez. Era también más lógico que Claudia Blum estuviera en la lista galanista de José Blackburn, que desplazando a pastranistas con méritos y trayectoria como Paulo Laserna y Juan Hernández Celis Y lo mismo se podría decir de muchos otros que, ante la imposibilidad de salir por sus partidos originales, pues se habían quemado, lograron ser reencauchados por sus enemigos.
Se podría alegar que todo este desbarajuste se justificaba ante el hecho de que una de las nuevas fuerzas fuera integrada por una lista homogénea de exguerrilleros que abandonaron las armas, a cambio de la posibilidad de integrarse pacíficamente al sistema Esto no sucedió La lista del M19 brilló por la ausencia de guerrilleros y por la presencia de antiguos enemigos. A la hora de la verdad, no hay más de tres ex militantes de ese movimiento subversivo Hubiera sido más lógico que el Partido Liberal, por ejemplo, le hubiera abierto campo en alguna de sus listas a esos tres exguerrilleros, a que en la lista de Vera Grabe se induyera a representantes de ese establecimiento que no pudieron derrotar por la vía armada.
Y si el propósito era renovar y llenar el revolcón al Congreso, los resultados no son precisamente halagadores. Históricamente, la renovación había sido relativamente alta y en la última ocasión había sido del orden del 50 por ciento. En otras palabras, el Congreso que todo el mundo quería revocar era uno de más renovados en la historia de Colombia. El que lo reemplazó lo es mucho menos, pues la renovación del domingo pasado es del orden del 30 por ciento.
En cuanto a nombres, así sea por siduo, regresan los nombres tradicionales de la clase política: Víctor Renán Barco, José Name, María Izquierdo, Aurelio Iragorri, Tito Rueda, Humberto Peláez, Tiberio Villarreal, David Irbay, Félix Salcedo Baldión, Alberto Santofimio, Roberto Gerlein, Rodrigo Marín, Samuel Escrucería, Gabriel Melo y Omar Yepes, para no citar sino unos Prácticamente el unico de los jefes políticos regionales que se ahogó fue Oscar Vélez Marulanda. Los otros volvieron todos Bastante apaleados pero ahí están.
Todas estas personas regresan al Congreso, pero con un carácter más individual que el que tenían en el pasado. Un Congreso de individuos y no de partidos, a primera vista, el mayor cambio producido por el llamado revolcón. No hay herencia ideológica, no hay línea de mando, y no hay lealtades obligatorias Cada debate político de fondo seguramente será resuelto por coaliciones coyunturales, regidas muy probablemente por consideraciones del momento.
Lo que es seguro es que oposición coherente no hay Como en todas las listas hay amigos y enemigos del Gobierno, ninguna tiene la legitimidad para presentarse como una alternativa de poder, con la autoridad moral de no haber tenido nada que ver con la gestión de la actual administración. Todas las corrientes quieren ministerio y casi todas van a tenerlo. Va a haber ministro alvarista, ministro misaelista y ministro andresista en el nuevo gabinete El M19 probablemente aumentará su participación de uno a dos ministerios. Tal vez la única fuerza que no quedará representada es la izquierda tradicional, encabezada por Hernán Motta, quien por su orfandad burocrática y su falta de aliados en la crítica sistemática al Gobierno, acabará convirtiéndose en el jefe de la oposición.
Si se tiene en cuenta que tradicionalmente se había dicho que la falta de oposición en Colombia era el mayor problema del sistema y que la guerrilla era el resultado de esto, habría que llegar a la conclusión de que esa preocupación sigue vigente.

Entonces, ¿qué cambió? ¿Cuál es la nueva Colombia? Es evidente que aunque el Congreso recién elegido puede ser una reproducción calcada del que disolvió la Constituyente, lo cierto es que las funciones del nuevo Parlamento son bien distintas La capacidad de fiscalización al Ejecutivo y la recuperación de la iniciativa del gasto y de su capacidad legisladora, son atribuciones nuevas que necesariamente marcarán una diferencia con los viejos tiempos. Además, el hecho de que esté prohibido nombrar congresistas en ministerios y embaiadas obligará a los parlamentarios a profesionalizarse como legisladores y evitará, en alguna medida, que se utilice el Congreso unicamente como trampolín para mejores figuraciones políticas.
Un elemento con el que casi nadie ha contado, sin embargo, es que el domingo pasado no se escogió un Congreso, sino dos. Es casi seguro que en el último año de este período parlamentario, la mayoría de las caras que figuraror en el tarjetón, no estarán sentadas en las curules del capitolio. Hay dos razones para esto. En primer lugar, el hecho de que ya no existan suplencias no quiere decir que hayan desaparecido los pactos de reciprocidad. Con excepción de las listas únicas, un gran número de congresistas elegidos negoció con su segundo renglón lo que antes negociaba con su suplente:una paloma legislativa. Si antes la ausencia del principal le abría paso al suplente, ahora sucede lo mismo con el primero de los renglones no elegidos de la lista. Pero como si fuera poco, el régimen de inhabilidades de los congresistas impuesto en la nueva Constitución fue tan drástico, que seis faltas injustificadas son causal de inhabilidad vitalicia Esto prácticamente significa una falta al año. Como es seguro que al término del período muchos estarán en el borde, se ausentarán con justificación para cederle el paso al primer renglón de la lista no elegido. Por lo tanto, el Congreso de 1994 estará integrado en gran parte por los que el domingo pasado aparecían como ahogados. Donde sí se produjeron cambios inmediatos y reales fue en el campo de las gobernaciones. Al igual que la elección de alcaldes promovida por la administración Betancur, la elección popular de gobernadores constituye un avane democrático de grandes alcances Una de las últimas vértebras de la organizacíon centralista impuesta por Nuñez y Caro, quedó rota. El mandatario seccional dependerá de ahora en adelante no del Presidente, sino de sus electores. Lo mismo sucederá con toda su burocracia que antes era una de las armas de negociación con las que contaba el Gobierno central para alinear parlamentarios.
En materia de gobernaciones, todas las fuerzas políticas reclamaron victoria. Desde el liberalismo, que calificó como un triunfo el haber retenido 17, hasta el M19, que reclamó nueve, y el M19 que se atribuyó la paternidad de cuatro de ellas Todos consideraron que, de alguna manera, eran suyas las victorias. El hecho real es, sin embargo, que las nuevas instituciones están provocando una serie de reacomodos políticos en los departamentos que, en términos inmediatos, se tradujeron en derrotas de parlamentarios como Bernardo Guerraque aspiraban a ser gobernadores y en coaliciones. Esta es la fórmula del momento para derrotar a las hegemonías políticas de viejos caciques, que se habían convertido en los dueños absolutos de esos feudos.
Las elecciones del domingo pasado fueron la primera prueba de fuego de lo que el Gobierno y los constituyentes llamaron la democracia participativa, que es la piedra angular de la nueva Constitución. Sin embargo, la participación popular se dio en mucho mayor grado entre quienes aspiraban a ser elegidos que entre los propios electores. Esto se tradujo en una abstención que está dentro del promedio histórico del país y por encima de la elección del Congreso revocado, en la que se obtuvieron ocho millones de votos contra los cinco millones del domingo.
A pesar de que, al menos por ahora, no se puede hablar estrictamente de un revolcón definitivo y de una verdadera nueva Colombia, lo que sí es cierto es que en el ánimo de la gente hay un espíritu diferente. Todo el mundo cifra sus esperanzas en las pocas caras nuevas y en la rebarajada de las fuerzas políticas, y piensa que haciendo un pequeño esfuerzo se pueden modificar las tradicionales costumbres colombianas que fueron las que llevaron a que cogiera impulso la convocatoria de la Constituyente que elaboró la nueva Carta Política Como todo está por hacer, por ahora la gente está jugando simplemente al sí se puede. En materia política, la percepción es más importante que la realidad Y la percepción en el espíritu de la gente es que las cosas están cambiando.