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| Foto: Daniel Reina

CONMEMORACIÓN

"Cuando se acerca la fecha tengo pesadillas"

Ciro Acosta conserva su profesión de mesero y sus ganas de salir adelante, pero no ha podido superar el trauma.

2 de febrero de 2013

Los vasos que cargaba terminaron convertidos en polvo mientras el piso se rompía y lo absorbía. Pensó que iba a morir, pero quedó colgado de su mano derecha, atrapada entre los escombros de una pared que se cayó. Rápidamente, puso sus pies sobre una viga y logró liberar su mano cuando el muro terminó por desmoronarse. Con la muñeca maltratada y los ligamentos de una pierna cercenados por las esquirlas, alcanzó a llegar a una ventana. Los vecinos habían puesto colchones en el patio de una casa para que la gente saltara. Había que hacerlo, pues los bomberos aún no lograban apagar las llamas.


Diez años después, Ciro Acosta sufre. Y lo hace especialmente cuando se acerca el 7 de febrero. Su personalidad cambió, se volvió irritable y se aisló. Por momentos siente tristeza y desesperación. Poco después de la tragedia, su padre falleció y su mujer lo dejó con dos niñas pequeñas, que son su única motivación para seguir adelante. Desde hace 3 años toma antidepresivos que le ayudan a sentirse tranquilo. “Siempre hay alguito que uno no logra superar”, dice.