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ENTREVISTA

"¿Cuántos debemos matar antes de hablar?"

En un seminario clave se reúnen en Cali los grandes expertos en justicia restaurativa y reconciliación. Uno de ellos es el líder surafricano Tokio Sexwale.

6 de febrero de 2005

TOKIO SEXWALE ES UNO DE los hombres más interesantes de Suráfrica. Fue uno de los líderes del movimiento contra el régimen del apartheid, por lo cual estuvo preso 15 años en la misma cárcel de Nelson Mandela. Fue jefe de gobierno de la provincia de Gauteng en el gobierno de Mandela y ahora maneja la Mvelaphanda Holdings, dedicada a la exportación de diamantes y de energía mientras propaga su ejemplo de reconciliación por el mundo. Él es uno de los invitados al Simposio de Justicia Restaurativa y Paz en Colombia que se realizará en Cali, del 9 al 12 de febrero. SEMANA lo entrevistó.

SEMANA: ¿Cuándo sintió que la lucha armada no era ya la mejor alternativa para derrumbar el régimen del 'apartheid'?

TOKIO SEXWALE: Cinco cosas permitieron concluir que la lucha armada ya no era necesaria: el régimen de apartheid carecía de justificación moral. La comunidad internacional tenía puesta toda la presión contra el apartheid. Suráfrica estaba aislada. Las sanciones habían propinado un golpe a la economía. Nuestra gente oprimida había alcanzado un punto máximo de resistencia, y una parte del régimen ya no estaba cómoda con el régimen.

Cuando quedó en claro que el régimen estaba dispuesto a liberar a Mandela y a los demás presos políticos, a permitir el regreso de los exiliados y a levantar el veto contra las organizaciones políticas, renunciamos a la lucha armada.

SEMANA:¿Se arrepiente de haber amnistiado a quienes cometieron delitos atroces? ¿Sirvió la verdad para sanar las heridas?

T.S.: No me arrepiento. La amnistía fue sólo para los que estuvieron dispuestos a contar la verdad. La mayoría respaldó el proceso.

SEMANA: ¿Ayudaron las audiencias de la Comisión de Verdad y Reconciliación para erradicar el odio o sólo para que blancos y negros convivieran sin matarse?

T.S.: En nuestra organización nunca había odio hacia los blancos. Los blancos también formaron parte de la resistencia. Algunos de los mejores freedom fighters eran blancos. Lo que odiábamos era el sistema racista.

SEMANA: Algunos miembros de la resistencia rechazaron que el reporte final de la Comisión de Verdad también juzgara los crímenes cometidos por ustedes. ¿Cree que hicieron bien en tratar los crímenes por igual?

T.S.: Unos pocos miembros de ANC sintieron que estaba mal que el reporte dijera que algunos crímenes habían sido cometidos por el ANC. Pero la mayoría aceptamos que algunas de nuestras acciones eran ilegales. Reconocimos que teníamos una responsabilidad con el futuro. Cuando entregaron el reporte de la Comisión de Verdad, Justicia y Restauración, Desmond Tutu dijo que la lucha de ANC fue justa con algunos errores. Pero que el régimen del apartheid fue ilegal y cometió muchos crímenes.

SEMANA: Usted ha dicho que su lucha no fue sólo para liberar a los negros de la opresión sino también a los blancos del miedo...

T.S.: La mayoría de la gente blanca que apoyaba el gobierno del apartheid tenían miedo de qué iba a suceder cuando colapsara el sistema. Temían una venganza. Es comprensible. Nosotros pudimos balancear la rabia que tenían los negros con el miedo que tenían los blancos. Y lo logramos.

SEMANA: ¿Qué tan importante fue Nelson Mandela para lograr la reconciliación?

T.S.: Creo que Suráfrica habría logrado la paz incluso sin Nelson. La lucha habría continuado. Sin embargo, eso es una elucubración. En la realidad, por Mandela la lucha tuvo la dimensión de reconciliación.

SEMANA: Usted es un convencido del patriotismo económico. Pero a otros surafricanos negros no les ha ido tan bien.¿Obedece eso a que algo estuvo mal en el proceso?

T.S.: Suráfrica estaba creciendo negativamente. Hoy la economía, 10 años después de la liberación, registra un crecimiento del 4 por ciento anual. Las políticas macroeconómicas nos están llevando a la estabilidad política. La gente negra, que durante 300 años estuvo al margen, ahora tiene la oportunidad de educarse, las mujeres también. A algunos no les ha ido muy bien, pero ¿en qué lugar del mundo está toda la gente bien?

SEMANA: El crimen se ha disparado.

T.S.: Ahora sabemos las cifras. En el pasado, el gobierno no lo reportaba porque para ellos los criminales éramos gente como yo. Pero la delincuencia sigue siendo alta y el gobierno debe solucionar ese problema.

SEMANA: ¿Alguna vez soñó con vivir en un país más igualitario y en paz?

T.S.: Pasé 15 años en prisión, muchos en el exilio. Viví en la Unión Soviética, me entrené en explosivos, dormí en la selva. No habría podido soportar esa vida sin soñar con un futuro mejor.

SEMANA: ¿Qué consejo da a los colombianos?

T.S.: Sueñen como nosotros, porque un día vivirán en un país en paz y más igualitario. Pero después de soñar participen en el logro de sus sueños. Es importante mirar al enemigo de frente y preguntarse: ¿cuántos debemos matar antes de sentarnos a hablar?