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El abogado Idelfonso Medina dice que por su gestión, Indumil comenzó a pagar impuestos en Soacha. Algo que la empresa militar no había hecho, con el argumento de que su actividad es de seguridad nacional

POLÉMICA

Cuenta venenosa

El cobro de millón y medio de dólares por parte de un abogado, por ayudar a recaudar los impuestos de Indumil en Soacha, tiene en apuros al alcalde de ésta.

31 de marzo de 2007

Algo se ha estado cocinando en Soacha, el municipio industrial ubicado al sur de Bogotá, uno de los 12 más grandes del país.

Los hechos son los siguientes: el primero de noviembre del año pasado, su alcalde, el sacerdote Jesús Ochoa, firmó con el abogado Idelfonso Medina Romero un contrato de asesoría y acompañamiento para la inscripción de contribuyentes del impuesto de industria y comercio. Muy diligente el abogado ese día salió en su carro, dio una vuelta por el pueblo y descubrió que allí funciona una planta de la Industria Militar (Indumil), una empresa del Estado adscrita al Ministerio de Defensa. Es quizá la industria más grande del municipio desde que se estableció allí en 1955. El abogado consultó con la Secretaría de Hacienda y le dijeron que Indumil no estaba inscrita para pagar ese impuesto.

Como su contrato consiste en traer al redil a esos omisos, hizo gestiones para que Indumil se inscribiera. El 7 de noviembre, dentro de la etapa persuasiva, envió un requerimiento, y el 22 de noviembre Indumil se inscribió. Dos días después, el abogado, junto con dos funcionarios de Soacha, visitó la planta y la emplazó para que pagara sus tributos (lo que se hace en la etapa coactiva). El 7 de diciembre Indumil negoció su deuda y se comprometió a pagar 16.924 millones de pesos en dos contados, en diciembre y en enero.

Tan pronto pagó Indumil, el abogado presentó sus cuentas por asesoría y acompañamiento en la inscripción del nuevo contribuyente. De acuerdo con el contrato, que se hizo por valor indeterminado y que para efectos fiscales se firmó por 10 millones de pesos, el abogado tiene derecho a cobrar el 10 por ciento de lo recaudado si se hace en la etapa persuasiva y el 20 por ciento si es en la etapa coactiva. Por ello pasó cuentas de cobro que suman 3.385 millones de pesos, o sea un millón y medio de dólares. Nada mal para unos días de gestión. Esta cifra es seis veces el monto que el municipio gasta al año en su Secretaría de Hacienda, que le cobra industria y comercio a 2.800 contribuyentes y el predial a sus 398.295 habitantes.

"Aquí no hay corrupción, lo que hay es gestión", dice Medina, quien asegura que quienes cuestionan su contrato son los que por años han logrado evadir sus impuestos. Según los censos de la Cámara de Comercio de Bogotá y del Dane, en este municipio sólo estaría pagando industria y comercio el 15 por ciento de los comerciantes. "Si me pagan mucho es porque al municipio le está entrando mucho", explica Medina, y alega que lo señalan injustamente porque ha adquirido su experiencia en este tipo de contratos en la Costa Caribe, de donde es oriundo.

El coronel Carlos Villarreal, gerente de Indumil, asegura que ellos no evaden impuestos, y que como estos cobros los define cada municipio ellos esperaron a que Soacha los requiriera. "Siempre negociamos con el municipio, el abogado Medina sólo estuvo presente en algunos contactos que tuvimos con ellos y que se venían dando desde hace seis años". Dice que se acordó el pago a finales del año pasado, por el riesgo de que Indumil fuera embargada y para poder acogerse a una amnistía tributaria vigente hasta 2006. Y que esta decisión no tuvo nada que ver con el contrato de Soacha con el abogado.

Por su parte, el alcalde de Soacha dice que no le pagará al abogado y que está buscando cancelar el contrato. Justo la semana pasada hubo una reunión con el abogado Medina para llegar a un acuerdo, pero no se logró. Para el alcalde no hay lugar a cobro, pues el municipio ya había hecho gestiones con Indumil para su pago. Dice que están evaluando por qué esta información no se conoció antes, lo que permitió que el abogado hiciera los cobros e incluyera esta actividad en su informe de gestión. "Yo delego y confío que todo se haga bien", y buscando explicarse dice que "antes de esto, lo único que había administrado era una parroquia".

Es previsible que el polémico contrato generará demandas por parte del abogado. Mientras tanto, si este caso llega a las entes de control, serán ellos los que definan si lo que se cocinó en todo esto fue sólo un cúmulo de casualidades, o hubo algo más que aún no se ha explicado.