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Surgieron dos motivos más de preocupación sobre el futuro de la economía colombiana: los empresarios consideran que la incertidumbre política afectará las decisiones de inversión, y el hueco fiscal pinta mayor de lo previsto.

25 de enero de 2009

Los empresarios colombianos ya no ven un clima tan favorable para la inversión, como lo veían antes. Por primera vez en seis años, consideran que el ambiente político no es el más adecuado para tomar decisiones de inversión. Es más, hoy lo ven negativo.

El viernes pasado, Fedesarrollo reveló su última encuesta sobre la percepción que tienen los empresarios y los consumidores colombianos sobre el futuro de la economía. Si bien desde hace algunos meses el estudio ya venía reflejando la preocupación de los hogares y el temor que tienen para gastar, en el caso de los empresarios se había mantenido el optimismo frente a las relativas buenas condiciones para la inversión.

La encuesta de Fedesarrollo no preguntó exactamente por la reelección presidencial, pero Roberto Steiner, director del centro de estudios, cree que, sin duda, el tema genera un ambiente de mucha incertidumbre que ya se está reflejando en la opinión de los empresarios.

Ahora bien, otro elemento de preocupación que surgió tiene que ver con las finanzas públicas. La semana pasada el gobierno reconoció que este año, como consecuencia del deterioro de la economía, habrá un hueco presupuestal de 5,5 billones de pesos. Para cubrirlo se decretó un aplazamiento del gasto, y la Nación se endeudará más en el exterior. Eso significa que el gobierno está dispuesto a aumentar el déficit fiscal en 2009, algo que en las actuales circunstancias nadie ve mal; de hecho, eso es lo que está pasando en todas las economías, grandes y pequeñas. Para Steiner, "la decisión es prudente y apropiada".

Sin embargo, lo que preocupa es que el hueco parece que será mayor del estimado por el gobierno. El Ministerio de Hacienda calcula el descuadre presupuestal con base en un crecimiento de la economía este año del 3 por ciento, una cifra que, a decir de los analistas, es muy optimista. Según Fedesarrollo, lo más seguro es que esa cifra no se alcance. Los riesgos de que el PIB crezca por debajo del 3 por ciento son muy altos y en ese caso, el hueco fiscal crecería. Entonces, ¿cómo se va a financiar?

Colombia no tiene mucho espacio, como otras economías, para colocar más deuda externa. Además, en Washington hacen fila todos los países ante el Banco Mundial, el BID y el FMI, para buscar recursos. No deja de ser tensionante tener que ir a competir con muchos otros por la plata de las multilaterales. Por otro lado, acudir al mercado local, a través de deuda pública (TES), sería competir con el sector privado colombiano, que también necesitará recursos este año.

Por otro lado, el paquete de inversión pública que anunció el gobierno no dio tranquilidad. El plan de choque no es nuevo. Es una suma de inversiones que estaban previstas en el presupuesto desde mediados del año pasado, ayudado con la reforma tributaria que se hizo en 2006 -que redujo algunas tasas impositivas- y que coincide afortunadamente con este momento, pues liberará recursos al sector privado.

La pregunta sobre el gigantesco plan de 55 billones de pesos que anunció con bombos y platillos la directora de Planeación Nacional, Carolina Rentería, es si el gobierno tiene la capacidad de ejecutar su parte de 23 billones de pesos (el resto es del sector privado). Los analistas son escépticos.

Para el ex director de Planeación Juan Carlos Echeverry, siempre estará en duda la eficiencia del gasto público. "Si la plata entra rápido a la economía y se aumenta la demanda de cemento, acero, mano de obra y se va irrigando, tendrá el efecto esperado, de lo contrario, no. La ventaja es que las obras están". Pero ahí sí como dice el refrán popular, del dicho al hecho hay mucho trecho. Ojalá esta vez sí funcione.