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¿Cuento chino?

Se armó otro lío con Venezuela porque las autoridades de ese país dicen que el presidente Uribe y el DAS conocían un plan para asesinar a Chávez.

12 de febrero de 2006

El gobierno de Álvaro Uribe está ahora sumido en otro problema con el gobierno de Hugo Chávez. Y tiene que ver de nuevo con el DAS. Las autoridades venezolanas acusan al ex director Jorge Noguera de haber conocido anticipadamente un plan, coordinado por el paramilitar 'Jorge 40', para asesinar al presidente Hugo Chávez, y de no haberlo informado. Todo surgió a raíz de la credibilidad que la Fiscalía venezolana le dio a un paramilitar colombiano, quien se acogió al programa de protección de testigos del vecino país. Geovanny José Vásquez de Armas, de 36 años, dijo que era un reinsertado de las AUC que cumplía labores de inteligencia infiltrado dentro de los paras, al servicio del DAS. Declaró en un Tribunal, bajo juramento, que mantenía permanentemente informado a Noguera, sobre varios planes terroristas y asesinatos que se iban a ejecutar en territorio venezolano y que éste no hizo nada para evitarlos. "Yo le entregué un informe detallado al DAS sobre lo que se estaba planeando y allí me respondían que no me preocupara, que todo estaba bajo control. Luego del atentado al fiscal, el día 20, hablé con Noguera y le informé mi desconfianza porque yo le había advertido del asesinato y no tomaron medidas. Le dije que si también iban a hacer lo mismo con el Presidente, a esperar que lo mataran, yo no me iba a prestar para eso", dijo Vásquez, según reveló el periódico venezolano El Universal. El crimen del que habla Vásquez ocurrió el 18 de noviembre de 2004 cuando fue asesinado Danilo Anderson, un fiscal que investigaba a 400 personas que participaron en el intento de golpe de Estado al presidente venezolano en 2002. Una bomba, colocada en su camioneta, fue detonada y su muerte fue instantánea. El atentado conmocionó al país y fue repudiado tanto por los oficialistas como por los opositores. Dos meses después del atentado, acusaron a los primos Guevara (Juan Bautista y Otoniel) de ser los autores materiales. Y luego de difundirse esa noticia, los venezolanos pasaron la página a otros temas. Pero la semana pasada, el asunto revivió con la aparición del supuesto testigo clave colombiano. El fiscal general de Venezuela, Isaías Rodríguez, dijo que era un siquiatra, miembro de las AUC y que había implicado en su declaración como autores intelectuales del atentado a personas prominentes de los entornos político, periodístico, militar y económico. Después se conocieron las órdenes de captura contra cinco personas: Patricia Poleo, directora del diario de oposición El Nuevo País; Nelson Mezherane, banquero y accionista del diario El Globo y del canal de noticias Globovisión; Salvador Romaní hijo, miembro de la organización de oposición radical Bloque Democrático; el general Eugenio Añez Núñez, citado por el asesinado fiscal Anderson en el caso de los militares rebeldes durante el paro de 2003 y el general de la Guardia Nacional Jaime Escalante, jefe del Comando Regional 1 ubicado en la frontera con Colombia. Qué dijo el testigo Vásquez ya dio su testimonio ante el tribunal que lleva el caso. Sostuvo que se planeó una ola terrorista en Venezuela. Que el primer asesinado tenía que ser el fiscal. Y después vendrían los crímenes contra Enrique Mendoza, el líder más visible de la oposición; Isaías Rodríguez, fiscal general, y, por último, contra el presidente Hugo Chávez. Describió cada una de las reuniones en donde se planearon los detalles. Relató que a finales de 2002, una amante de 'Jorge 40' a quien le dicen 'la report' le presentó al jefe de las AUC a Poleo y con ella coordinaron una reunión que se llevó a cabo nueve meses después, en la frontera con Panamá a la que asistieron la periodista, los primos Guevara y tres personas vinculadas a grupos financieros venezolanos. Además, participaron Pesquera, un agente del FBI de Miami; Morrison, de la CIA; un lavador de dólares panameño, y Luis García, un capitán del Ejército colombiano. Dice que se coordinaron tres grupos: uno debía propiciar la caída de la economía venezolana, colaborando con comerciantes en la fuga de divisas. El otro, de nombre Libertad, se encargaría de atacar el país a través de los medios de comunicación, propiciando marchas y ridiculizando las acciones del gobierno. Y el tercero, si era muy difícil la salida del presidente Chávez, su objetivo final era asesinarlo. 'Jorge 40' dijo que la operación duraría unos dos años y tendría un costo de 20 millones de dólares Después habló de otras reuniones en las cuales se definieron los detalles del dinero. En una de ellas, en enero de 2004, "se nos unieron dos generales, uno de la Guardia y el otro del Ejército. Y por la forma de saludar al comandante 40 se notaba que eran conocidos. En sus portanombres aparecían los apellidos de Escalante y de Colmenares. En esa, la señorita Poleo nos entregó una fotografía en papel escaneado del fiscal Danilo Anderson. Dijo que le haríamos más daño al poder judicial si la víctima era él, ya que era la cara visible de la justicia venezolana", relató el testigo. Después cuenta que acordaron con 'Jorge 40' que la mejor manera para asesinarlo era utilizando una carga explosiva. "Parece un relato de ficción. El testimonio está lleno de hechos ilógicos. Muchos de los que vincula con Patricia Poleo son personas que ella había denunciado, como los hermanos Guevara y el general Escalante, por su supuesta participación en el caso Montesinos", le dijo a SEMANA Alonso Medina Roa, el abogado defensor de la periodista. Traición y dudas Vásquez dijo, además, que el 15 de marzo de 2004 recogió el dinero en Panamá y se trasladó el explosivo desde Colombia hacia Venezuela por instrucciones de 'Jorge 40'. Después relata que la última reunión fue el 14 de noviembre y que ya se había entregado en una finca el explosivo y 1.200.000 dólares. Dice que dos días después de la muerte del fiscal, le reclamó a Noguera el no haber evitado el crimen y decidió entregarse a la Fiscalía venezolana. Sin embargo, apenas se hizo pública la confesión de José Geovanny Vásquez de Armas, en Colombia se comenzaron a conocer datos que empañaban su testimonio. La Registraduría confirmó que no aparece identificado ni ha tramitado cédula bajo ese nombre. Luego la Fiscalía dijo que fue condenado por suplantación de identidad y uso de documento falso, y que actualmente tiene un juicio por estafa. Y señaló que el 14 de abril de 2004, se entregó a un fiscal argumentando ser integrante del bloque norte de las AUC. El DAS, por su parte, aseguró que en 1999 fue detenido por hacerse pasar como médico siquiatra y que el 11 de agosto pasado abandonó el programa de reinserción y jamás se supo su paradero. Así mismo, un comunicado de las AUC, firmado por Pablo Mejía, uno de 'Los Mellizos', destacó que no conocen al supuesto testigo clave. En Venezuela las reacciones han sido diversas y politizadas. "El presidente Uribe tenía que saberlo y Colombia tiene que aclarar esta situación", dijo el presidente de la Asamblea Nacional, Nicolás Maduro. "Es clave la actitud que asuma Estados Unidos al tema del magnicidio, porque el testigo involucró a la CIA y al FBI", le dijo a SEMANA el analista venezolano Alberto Garrido. Mientras José Luis Tamayo, un abogado penalista, sostuvo que datos como el de la Registraduría, el DAS y el de la Fiscalía colombiana deberían conducir al juez que lleva el caso (Luis Cabrera) a desestimar esas pruebas. "Un testigo así, por lógica, no debería tener credibilidad.", le dijo a SEMANA. El tema recibió más atención de los medios venezolanos que de los colombianos. Aunque la historia tiene elementos estrambóticos, es probable que allí se mantenga en el ojo del huracán y que busquen una reacción oficial del presidente Uribe. Una declaración que el gobierno colombiano, en cambio, tratará de evitar.