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CUESTION DE PALABRAS

Problemas de comunicación parecen ser el origen de la catástrofe del HK-2016.

5 de marzo de 1990

"Creo que necesito prioridad", fue la frase con la que el capitán Laureano Caviedes avisó al controlador de vuelo que tenía problemás de combustible. Eran las 8:46 de la noche del pasado jueves 26 de enero y el vuelo 052 de Avianca estaba a punto de finalizar su viaje entre Medellín y Nueva York. Segundos después, la tripulación afirmó que sólo tenían gasolina para "aguantar cinco minutos más".
Son estas comunicaciónes las que están en el centro de las investigaciones que las autoridades norteamericanas adelantan sobre el desastre del HK-2016. Desde el momento en que los investigadores llegaron al lugar de la catástrofe, en el área de Long Island, se comenzó a hablar sobre la falta de combustible. El hecho de que no se hubieran presentado ni explosiones ni incendios en el momento del estrellón, así como la ausencia de olores a combustible en los alrededores, reforzaron esta hipótesis. La pregunta del millón es la de por que el 707 se quedó seco.
Según las primeras diligencias, se pudo confirmar que el avión partió de Medellín con el combustible necesario para la travesía, lo que incluye gasolina para 40 minutos de vuelo extra. De acuerdo con el International Herald Tribune, la nave partió con 10 mil galones para cubrir la distancia de 3.900 kilómetros que separa a Medellín de Nueva York. Con este punto en claro, es necesario buscar las causas en otro lado.
Fue en este punto cuando comenzó a cobrar gran importancia la conversación entre la cabina del jet y la torre de control y, especialmente, los términos utilizados en esas charlas. En su comunicación con el controlador regional, Caviedes utilizó el término "prioridad" para dar a entender que era inminente el agotamiento del combustible. Según Lee Dickinson, vocero de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte de los Estados Unidos, la tripulación colombiana en ningun momento utilizó la palabra "emergencia", que de haber sido utilizada habría puesto en marcha una serie de procedimientos extraordinarios con el fin de que el avión llegara a la pista lo antes posible. Por otra parte, al parecer el controlador de la torre de control de Nueva York no le dio la suficiente importancia a la información que le paso el controlador regional en el momento de entregarle el avión, en el sentido de que estaba bajo de combustible y no alcanzaba a llegar al alterno, en ese caso Boston.
A las 8:47 se terminó el proceso de transferencia entre el controlador regional y el del Kennedy, y ya la tripulación había hablado de que le quedaban pocos minutos de gasolina.
Pero las dudas no terminan ahí. Tras varios minutos de demora, el HK-2016 hizo su primera aproximación a la pista del aeropuerto pero, al parecer, por culpa de las malas condiciones atmosféricas, debió abortar la maniobra. En el momento en que se disponía a repetir su intento, los pilotos hablaron nuevamente de problemás con el combustible. La torre les dio nuevos parámetros para la maniobra y les pregunto si la gasolina alcanzaba para completar el procedimiento, a lo que los tripulantes respondieron afirmativamente. Lo cierto es que segundos después Caviedes comunicó tener problemás con dos de sus turbinas. El avión se perdió de las pantallas de radar y terminó estrellado en una colina del sector de Cove Neck.
Por el momento, la última palabra la tendrá la FAA. (Agencia Federal para la Aviacion), encargada de adelantar las investigaciones. De todas formas, en estos casos ninguna posibilidad puede ser desechada de antemano y es así como, según el New York Times, también se estudian posibles fallas en los medidores de combustible de la cabina, en las bombas de gasolina o en las líneas que conducen el carburante hasta los motores. Pero, como lo dice el diario neoyorkino, hasta el momento todo parece indicar que problemas de comunicación habrían sido el origen de la catástrofe. De otra parte, desde ahora varios medios de comunicación de los Estados Unidos han hablado de los peligros que puede encarnar la operación áerea en el John F. Kennedy, un terminal que presenta altos índices de congestión y malas condiciónes meteorológicas durante buena parte del año.