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CUIDADOS INTENSIVOS

Versiones contradictorias sobre la salud de Durán Dussán y de su campaña.

25 de diciembre de 1989


Si algo tienen en común la política y la salud es que la temperatura sube y baja y estas últimas dos han subido simultáneamente durante la última semana en la campaña de Hernando Durán Dussán. El problema de salud se originó cuando durante una gira por el departamento del Valle comenzó a sentirse mal hasta que al llegar a Zarzal, el último municipio, la situación pareció definitivamente no ser de rutina.

Al otro día en Bogotá, Duran empezó a toser ininterrumpidamente con claros sintomas de asfixia. Su esposa, Martha Arango, llamó entonces a la Clínica Santa Fe, de donde en minutos arrancó una ambulancia con un equipo médico de alto nivel, encabezado por el doctor José Félix Patiño, que recogió al precandidato y lo llevó a la sala de urgencias de la Fundación. Inicialmente, el problema fue presentado en los partes médicos como una "afección broncorrespiratoria aguda". El propio Durán se la atribuía al hecho de que por tener que usar chaleco antibalas este le producia demasiado calor en tierra caliente. Y demasiado frío en clima frío. A esto se sumaba que cuando en clima cálido sudaba profusamente el chaleco no le permitía que el sudor se secara y por tanto permanecía durante horas prácticamente como si tuviera una camisa mojada. La cosa no era difícil de entender, pero, aun así, sorprendió que el tratamiento requiriera la unidad de cuidados intensivos.

Un parte médico del martes 21 de noviembre ya indicaba una dimensión diferente del problema. Según los médicos de la Santa Fe, Durán Dussán continuaba en cuidados intensivos, pero sus condiciones físicas "satisfactorias" habían permitido "la disminución progresiva de los parámetros de soporte cardiorrespiratorio". Aunque la información se presentaba como una evolución positiva, la expresión "cardiorespiratorio" indicaba que no se trataba simplemente de un problema bronquial. En ese momento quedó en claro que Durán tenía una vieja afección cardiaca que podría haberse desestabilizado por la bronquitis. El tercer parte no era muy alentador. Según él, había sido necesario "continuar el soporte cardio-respitatorio ante la detención del proceso de mejoría en su condición pulmonar que hasta ahora se había presentado".

Hasta ahí el problema era de salud. Pero se volvió político el sábado con un titular de El Tiempo en primera página que decía "Sigue grave Durán Dussán". En la nota, el periódico aseguraba que la esposa del candidato había cancelado su participación en las giras de Cali y Tumaco, donde iba a representar a su marido, por permanecer al lado de este. También se afirmaba que habían tenido lugar enfrentamientos entre los directivos de la campaña y el equipo médico por diferencias sobre la orientación que debía darse a los próximos partes médicos para no alarmar a la opinión pública. Estas diferencias de opinión había trascendido durante la tarde del viernes a los medios de comunicación, pero ninguno se había atrevido a hacerlas públicas por las implicaciones que tenían. El Tiempo remataba la nota mencionando la posibilidad de que la campaña se suspendiera.

Con la publicación de esa información la situación entró en crisis. Los directivos de la Clínica Santa Fe, doctores Roberto Esguerra y Francisco Cavanzo, quienes el día antes había suspendido los partes médicos, se vieron obligados a dar una rueda de prensa el sábado, en la cual rectificaron la información de El Tiempo y aseguraron que el estado de salud de Durán Dussán revelaba una "mejoría continuada y permanente". Fuera de una escueta presentación, los médicos no aceptaron contestar preguntas adicionales de los periodistas.

La verdad de todo esto es que Durán Dussán está bastante delicado pero no grave. Tenía un diagnóstico previo de estenosis aórtica que significa que una de las válvulas del corazón no trabaja plenamente. La bronquitis causó una sobrecarga al corazón agudizándole el problema valvular.

Esto no necesariamente significa que tenga una insuficiencia cardíaca. Pero lo que es un hecho es que no podrá continuar haciendo la campaña al mismo trote. Durán Dussán, un hombre de casi 70 años, había estado trabajando en las últimas semanas con tanto brío que tenía descrestados a sus seguidores y contendores por su fortaleza física. Esto pudo haber sido excesivo y de ahora en adelante es claro que las cosas tendrán que ser a otro ritmo.

Todo este episodio ilustra cómo el tema de la salud de los candidatos aquí se sigue manejando muy a la colombiana. Es decir, considerándolo como un asunto privado que debe ser tratado con discreción y solidaridad con el afectado. No debe ser así. Las contradicciones entre las versiones de la campaña, los partes médicos públicos y los comentarios en privado del cuerpo médico le han hecho más daño a la campaña de Durán Dussán que la nota de El Tiempo. La salud de un hombre que el próximo año puede ser presidente de la República es de vital importancia para la nación entera y por tanto no puede tratarse como un asunto puramente familiar.--