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Cura de yerbas

Se celebra en Cali un simposio por la conciencia sobre las posibilidades médicas de la biodiversidad.

10 de septiembre de 2001

Colombia no puede estar ausente en un tema que le compete directamente por sus condiciones naturales: la producción de medicinas a partir de la extraordinaria variedad de plantas de su territorio. Esa es la razón por la cual la Universidad del Valle, en conjunto con la Asociación Colombiana de Farmacología, la Unesco, el Ciat, la CVC y la Cámara de Comercio, inauguran en Cali esta semana el primer Simposio internacional sobre biodiversidad como fuente de nuevos medicamentos.

Como explica Oscar Gutiérrez, jefe de farmacología de la Universidad y director del evento, todo se basa en que Colombia tiene soberanía sobre la mayor diversidad biológica por hectárea en el mundo (un tesoro de incalculables proporciones) y en la necesidad de participar en las utilidades del mercado de medicamentos basados en plantas, que en 2000 movió 500.000 millones de dólares, según la Wild World Fund (WWF) y el programa de las Naciones Unidas para el medio ambiente.

Al evento asistirán científicos de todo el mundo y en especial de la cuenca del Pacífico. Los temas, por ejemplo, abarcan los sistemas de propiedad intelectual, la importancia del conocimiento indígena de las plantas medicinales y el desarrollo sostenible, entre otros.

Tanto por el aspecto científico como por el conocimiento ancestral de los indígenas este tema es fundamental. Cerca de 200 compañías farmacéuticas invierten capitales en recorrer, con equipos de etnobotánicos, las selvas asiáticas, africanas y latinoamericanas para que aprendan los conocimientos de los chamanes y los traduzcan en productos farmacéuticos para la cura de enfermedades como el Alzheimer, el cáncer o el sida. Estos nuevos ‘bioprospectores’ están encargados de descubrir esos recursos genéticos y bioquímicos de valor comercial que las compañías venden luego por cifras astronómicas, sin dar nada a cambio. Hay muchos ejemplos. Uno de ellos se presentó en Madagascar, donde la Elly Lilly descubrió con apoyo de los chamanes locales unos alcaloides clave contra el cáncer. El negocio le significa anualmente 75 millones de dólares pero ni Madagascar ni los chamanes participaron en las ganancias..

Eso se combina en Colombia con el código de ética de la medicina indígena, elaborado por las comunidades indígenas del piedemonte amazónico y presentado en julio de 2000 al mundo con el nombre El pensamiento de los mayores. Esa obra única ha sido reconocida por la Organización Mundial de la Salud como un sistema terapéutico que puede ser utilizado en la atención primaria de salud, como fuente de medicamentos eficaces de bajo costo y como una oportunidad de la humanidad para acercarse con respeto a las culturas indígenas.

Por todo eso, a la par con el simposio, se hará un evento satélite llamado ‘La cultura del yagé’, con la participación de médicos tradicionales indígenas provenientes de México y los departamentos de Putumayo, Caquetá y Amazonas. En este evento se presentará el conocimiento ambiental guardado en la memoria colectiva de los indígenas mediante charlas y conferencias. Además la Universidad piensa otorgar el grado honoris causa a los chamanes invitados.

El primer Simposio sobre biodiversidad es una oportunidad de negocios para las empresas colombianas y extranjeras y la idea es seguirlo realizando cada dos años. En palabras del médico Gutiérrez, “Cali es la capital del Pacífico colombiano, que es la cuenca del milenio que comienza; además está próxima a una de las áreas de mayor biodiversidad en el mundo y tiene disponibles todos los elementos para desarrollar una nueva industria cuyos productos tienen una altísima demanda en el mercado internacional”.



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Como explica Oscar Gutiérrez, jefe de farmacología de la Universidad y director del evento, todo se basa en que Colombia tiene soberanía sobre la mayor diversidad biológica por hectárea en el mundo (un tesoro de incalculables proporciones) y en la necesidad de participar en las utilidades del mercado de medicamentos basados en plantas, que en 2000 movió 500.000 millones de dólares, según la Wild World Fund (WWF) y el programa de las Naciones Unidas para el medio ambiente.

Al evento asistirán científicos de todo el mundo y en especial de la cuenca del Pacífico. Los temas, por ejemplo, abarcan los sistemas de propiedad intelectual, la importancia del conocimiento indígena de las plantas medicinales y el desarrollo sostenible, entre otros.

Tanto por el aspecto científico como por el conocimiento ancestral de los indígenas este tema es fundamental. Cerca de 200 compañías farmacéuticas invierten capitales en recorrer, con equipos de etnobotánicos, las selvas asiáticas, africanas y latinoamericanas para que aprendan los conocimientos de los chamanes y los traduzcan en productos farmacéuticos para la cura de enfermedades como el Alzheimer, el cáncer o el sida. Estos nuevos ‘bioprospectores’ están encargados de descubrir esos recursos genéticos y bioquímicos de valor comercial que las compañías venden luego por cifras astronómicas, sin dar nada a cambio. Hay muchos ejemplos. Uno de ellos se presentó en Madagascar, donde la Elly Lilly descubrió con apoyo de los chamanes locales unos alcaloides clave contra el cáncer. El negocio le significa anualmente 75 millones de dólares pero ni Madagascar ni los chamanes participaron en las ganancias..

Eso se combina en Colombia con el código de ética de la medicina indígena, elaborado por las comunidades indígenas del piedemonte amazónico y presentado en julio de 2000 al mundo con el nombre El pensamiento de los mayores. Esa obra única ha sido reconocida por la Organización Mundial de la Salud como un sistema terapéutico que puede ser utilizado en la atención primaria de salud, como fuente de medicamentos eficaces de bajo costo y como una oportunidad de la humanidad para acercarse con respeto a las culturas indígenas.

Por todo eso, a la par con el simposio, se hará un evento satélite llamado ‘La cultura del yagé’, con la participación de médicos tradicionales indígenas provenientes de México y los departamentos de Putumayo, Caquetá y Amazonas. En este evento se presentará el conocimiento ambiental guardado en la memoria colectiva de los indígenas mediante charlas y conferencias. Además la Universidad piensa otorgar el grado honoris causa a los chamanes invitados.

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Al evento asistirán científicos de todo el mundo y en especial de la cuenca del Pacífico. Los temas, por ejemplo, abarcan los sistemas de propiedad intelectual, la importancia del conocimiento indígena de las plantas medicinales y el desarrollo sostenible, entre otros.

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