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‘El as bajo la manga’ (Ed. Semana Libros) incluye ''Cien años de soledad' para María Fernanda Cabal', la columna que con la que Samper Ospina ganó el Premio Simón Bolívar 2014 a la mejor columna de opinión. | Foto: Revista Soho/Alejandra Quintero..

ENTREVISTA

“Santos se parece a Uribe en que ha hecho mucho por los humoristas”

A propósito de su nuevo libro ‘El as bajo la manga’, Daniel Samper Ospina habla sobre las víctimas de sus columnas, el humor, su familia y su nuevo trabajo tras su retiro de SoHo.

Miguel Reyes, periodista de Semana.com
30 de abril de 2015

Aunque le saca carcajadas a miles de personas todos los domingos, pocas veces se le ve reír a él. Su voz es plana, hay que tener el oído agudo para percibir las minas de ironía que estallan con sus frases. Es uno de los pocos periodistas con la difícil tarea de hacer reír a través de la palabra escrita. Pero además, tiene el don de no hablar muy distinto a como escribe.  

Daniel Samper Ospina acaba de lanzar ‘El as bajo la manga’, una compilación de las mejores columnas de los últimos tres años. La edición incluye una baraja de naipes en la que las cartas tienen a las figuras más representativas de la política colombiana ilustradas por Luis Carlos Cifuentes.


El próximo jueves 4 de junio a las 7: 30 p. m. el autor conversará con Gustavo Gómez en la Biblioteca de los Fundadores del Gimnasio Moderno. La entrada es libre y se ofrecerá una copa de vino.


En su primera entrevista como exdirector de SoHo, como de costumbre, lanzó finos dardos “cubiertos con la miel del humor” a las figuras de nuestra política y reveló nuevas facetas de su vida y su trabajo.

Semana.com: ¿Le ha quedado más difícil hacer humor con Santos que con Uribe?

Daniel Samper Ospina:
Le confieso que cuando Uribe dejó el poder sentí mucha angustia, pero no me puedo quejar de Santos como musa porque cuando estoy seco de temas, él también acude a mi rescate: aparece en calzoncillos leyendo el periódico en una casa de interés social, o le da por olisquear un ladrillo de marihuana como si con eso lograra acabar con la fama de que habla trabado: él es un hombre que también ha hecho mucho por los humoristas. En eso se parece a Uribe.

Semana.com: ¿Qué trae su nuevo libro El as bajo la manga?

D. S. O.:
En él hago un recuento de la historia reciente de Colombia a través de algunas de las columnas publicadas en SEMANA. Repaso temas como la pelea de Uribe y Santos, la vida de ex zarrapastroso de Angelino Garzón; el hacker  y ese tipo de exabruptos que sólo suceden en Colombia, como el caso absurdo del mafioso Daniel Barreras, que para despistar a las autoridades decidió adquirir el nombre de una persona que se llamaba Lucumí Popó: esa no es manera de pasar inadvertido. Era más lógico que alguien llamado Lucumí Popó se cambiara el nombre por el de Daniel Barreras. El hecho es que las autoridades vieron ese nombre y, bueno, algo no les olió bien y lo detuvieron. Paradójicamente lo acusaron de lavado.

Semana.com: Un par de columnas que recomiende para antojarnos del libro…

D. S. O.:
Como estamos en Feria y el tema principal es García Márquez, no podría faltar el sentido homenaje que María Fernanda Cabal, uno de los faros intelectuales del uribismo, le hizo a García Márquez cuando deseó que se fuera al infierno. (Ver: ‘Cien años de soledad’ para María Fernanda Cabal)

Entonces, en un ejercicio de reconciliación con el uribismo, quise hacer una versión de Cien años de soledad adecuada al gusto de ellos. Por eso al final los terratenientes se toman Macondo, el cadáver de Jose Arcadio Buendía aparece disfrazado de guerrillero en una zona aledaña y demás adecuaciones para que este ‘Macondo uribista’ fuera valorado por el Centro Democrático.

Hay otra que sobre la propuesta de Petro para que en los barrios del estrato 6 hubiera viviendas para la población desplazada. Ahí trato de mostrar que dicha población no le ha hecho nada malo a Petro para que él los confine a vivir con semejantes vecinos. (Ver: Diario de una desplazada en La Cabrera)

Semana.com: ¿Cómo han reaccionado las víctimas de sus columnas?

D. S. O.:
Lo políticos tratan de neutralizar por las buenas, de caerle bien a quien los critica: en esa medida al comienzo recibía llamadas amistosas, Roy Barreras pedía pista para tomarse un cafecito en la oficina y cosas semejantes. Quienes no son políticos reaccionan con más dolor. Alguna vez una señora de la alta sociedad se me acercó en un almuerzo y me reclamó por algún chiste en que la había metido, y yo le dije que seguramente me estaba confundiendo con mi papá. Esas son las ventajas de llamarse como él. Y de compartir las mismas condiciones capilares.

Semana.com: ¿A qué le teme?

D. S. O.:
Por lo pronto a Estudiantes de la Plata, nuestro rival en la Copa libertadores.

Semana.com: ¿Qué lo hace reír?

D. S. O.:
Aparte de la defensa de Millonarios, pocas cosas…

Semana.com: ¿Se ha arrepentido de algún chiste?

D. S. O.:
De varios, pero he ido descubriendo a punta de prueba y error que en términos humorísticos el asunto depende más del cómo que del qué. Creo que en el humor no debe haber ningún territorio vedado y que todo reside en la sutileza del tratamiento del tema, más que en el tema: una cosa es decir que el registrador parece una trucha, y otra, decir que es la versión colombiana en Angelina Jolie. Los dos están señalando lo mismo, pero en el segundo caso hay sutileza, mientras que en el primero el señalamiento puede chirriar.

Semana.com: ¿Qué viene ahora, después de dejar SoHo?

D. S. O.:
Estamos haciendo una productora de ideas editoriales en Publicaciones Semana capaz de adecuarse a todos los formatos que ha traído la revolución de la tecnología. El plan, que apenas comienza, es hacer animaciones, series web, libros, en fin, contenidos que se puedan expresar en múltiples formatos. Desde la invención de la imprenta no había una revolución que facilitara tanto transmitir mensajes. Creo que los anunciantes ya han detectado eso y hay que mirar a un futuro que ya es el presente.

Semana.com: ¿Cómo fue el negocio para que Yidis se desnudara en SoHo?  

D. S. O.:
Nada raro: nada de ofrecerle notarías ni cosas semejantes. Fue tan elemental como invitarla. Yo le envié un oficio a través del Inpec invitándola a salir en la revista. Pero ahí el mayor mérito es de la editora de fotografía, Alejandra Quintero, que en menos de una hora y media, y en unas condiciones muy precarias, en la cárcel logró unas fotos realmente muy estéticas.

Semana.com: ¿Qué opinión le merecen las críticas feministas hacia la revista?

D. S. O.:
Me parece que son discriminatorias contra las modelos porque asumen que quien sale en SoHo es una modelo cosificable y no una mujer que tiene un oficio muy respetable y que decide por su propia cuenta salir en SoHo. Me sorprende que no hayan puesto el grito en el cielo cuando salieron Juan del Mar, el Tino Asprilla, Nacho Vidal, Juan Pablo Raba, entre muchas otras portadas de SoHo para mujeres: en esos casos no se les ocurrió decir que SoHo cosificaba a estos pobres hombres. Creo que en ciertas feministas hay un prejuicio discriminatorio, dictado desde cierta pedantería intelectual impulsada por su autoproclamado oficio de intelectuales, por culpa del cual son incapaces de entender que las mujeres que salen en SoHo tienen un trabajo respetable, que es el modelaje, y que lo hacen porque son dueñas de su cuerpo y porque les da la gana salir. Por lo demás, salieron mujeres de todo tipo de razas, medidas, edades, etc.

Semana.com: ¿Cómo mostrar independencia haciendo parte de una familia que ha sido tan influyente en la vida nacional?

D. S. O.:
Una de las cosas tristes de este país es que las élites son tan cerradas y tienen tan poca ventilación, que no cambian los apellidos de los políticos ni de los periodistas. Y muchas veces los apellidos de esos políticos y periodistas se comparten. Es una situación de lamentar y que habla mal del país.

En la medida de lo posible yo trato de que eso no me influya y también creo que mi tío Ernesto comprende que mi trabajo no es burlarme de toda la clase política excepto de él. Por fortuna es un tipo que tiene buen sentido del humor… había que verlo gobernando.

Semana.com:  En ese aspecto, ¿se ha sentido restringido?

D. S. O.:
Pues es que es una situación de la que nunca salgo bien librado: si lo critico, para él siempre será innecesario, y para los lectores será insuficiente. Entonces intento hacerme caso a mí mismo y nada más.

Semana.com: ¿El humor es un don innato o una habilidad desarrollada?

D. S. O.:
Ante todo, el humor es una forma de comunicarse, y así lo entendí en mi familia, donde siempre se han burlado de la solemnidad. Mi papá dice que lo contrario al humor no es la seriedad, sino la solemnidad. Siempre nos hemos mandado mensajes de cariño a través del humor, no de la solemnidad. La vida puede ser muy ridícula si uno la asume con solemnidad.

Semana.com: ¿Cuál es la mayor dificultad de hacer humor en un país tan trágico?

D. S. O.:
Quizás herir susceptibilidades porque a veces a las víctimas de los chistes les duele más un chiste que una crítica.

Semana.com: ¿Cómo llevar el humor a la palabra escrita? ¿Tiene trucos?

D. S. O.:
A lo largo de los años he desarrollado algunos recursos, como hacer cartas preventivas para los personajes internacionales que visitan el país, o inventar diálogos ficticios íntimos de las personas poderosas, o vincular dos temas que en apariencia no tienen nada que ver, como la política y la farándula, para cubrir determinada coyuntura. Antonio Caballero dice que una de las cosas trágicas del país es que las noticias no cambian, entonces al menos intento cambiar el formato en que se cuentan esas mismas tragedias.

Semana.com: Defina en una frase a los siguientes personajes…

Petro:
El sexto mejor alcalde del mundo y el primero en hablar de tú y usted en una sola frase.

Santos: Si asignáramos un animal a cada político, él sería el camaleón. Así como Paloma sería paloma (ya sabemos por qué).  

Uribe: Para seguir hablando de animales, quizás una potranca que se cree dueña de la hacienda.

El procurador Ordóñez: Es el medioevo hecho carne; le preocupa tanto la moral, que tiene dos morales. 

Semana.com: ¿Por quién va a votar a la Alcaldía?

D. S. O.:
Después de los 40 años he empezado a sentirme más maduro. Y una de esas lecciones que vienen con la edad es que uno no debe votar por la izquierda, por lo menos, no en Bogotá. De modo que votaré por aquella opción que no sea la continuidad de la izquierda y que no sea el uribismo representado en Pachito Santos: espero encontrar un candidato que sea de esa especie de centro al que todos le apostamos, sea Pardo o Peñalosa.


Twitter: @miguelreyesg23