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Dardos entre Santos y Uribe: palabras que no se llevó el viento

Estas fueron las frases más impactantes de los discursos de Juan Manuel Santos y Álvaro Uribe en la Asamblea del partido de la U. Un auténtico ‘fuego cruzado’ entre los dos jefes naturales de la U.

29 de octubre de 2012

Alvaro Uribe:
 
¿Qué pasó con la seguridad democrática?
 
• El diálogo con los colombianos de las grandes ciudades, de municipios y de la ruralidad, me indica que la seguridad se ha deteriorado. Aquí en Bogotá, la FARC ordena a comerciantes acudir a Granada, Meta, para pagar una nueva modalidad de extorsión que el cinismo terrorista denomina 'Impuesto de Paz'.
 
• Los últimos dos años han hecho pensar a muchos colombianos que el Gobierno ha mostrado mayor interés en dialogar con el terrorismo que en la seguridad. Parecería ser que los golpes a cabecillas han sido más el fruto de la voluntad de las Fuerzas Armadas que de la determinación política oficial. A la queja ciudadana, hasta hace poco, se le trataba como percepción equivocada.
 
¿Por qué los diálogos?
 
• ¿Por qué buscar el diálogo con el terrorismo al costo de descuidar la seguridad? Ha habido una agenda de construcción de confianza con el terrorismo que ha coincidido con el descuido de la seguridad: para complacer a la Farc se le reconoció como parte del conflicto, cuando en muchos países y en la conciencia colectiva de las mayorías colombianas, estaba señalada como terrorista.
 
• Debe sentirse bien atendida la narco-guerrilla y desmotivada la fuerza pública, al escuchar la propuesta oficial de la legalización de la droga.
 
• En síntesis: ha habido mayor interés en congraciarse con la guerrilla como interlocutor, que en garantizar la seguridad a los ciudadanos y en la defensa efectiva de las fuerzas armadas. Acepto que nuestro Gobierno no construyó agenda de confianza con la Farc; como condición para el diálogo exigimos el cese de actividades criminales de la organización terrorista; y para un Acuerdo Humanitario requeríamos que quienes salieran de las cárceles se retiraran de FARC y se sometieran a la vigilancia de otro país o ingresaran al programa de reinserción. Nunca se removieron los inamovibles porque era prioritario proteger la seguridad de Colombia.
 
• ¿Por qué aceptar el diálogo sin que el terrorismo cese sus actividades criminales? Mientras la noticia internacional es el diálogo, los colombianos sufren extorsión y explosivos.
 
• ¿Por qué ofrecer impunidad para conseguir la paz? El marco para la paz permite que delitos atroces se queden sin investigar y admite la cesación de la acción penal, lo que equivale a amnistía e indulto, así el Gobierno persista en negarlo.
 
• ¿Por qué confundir el narcotráfico y el terrorismo con un proyecto político? ¿Por qué restar importancia al narcotráfico, so pretexto de asignar importancia al asesinato, si son crímenes interconectados?
 
• Por qué se acepta negociar con la Farc las garantías a la oposición política? Una cosa es el terrorismo, que hemos combatido, y otra la oposición política, cuyas expresiones radicales, en los últimos ocho años, gozaron de plenas y efectivas garantías.
 
Sobre la U
 
• En este orden de ideas, es más importante la credibilidad en el largo plazo que los golpes de opinión o de encuestas. La credibilidad tiene costos. Paradójicamente, la consecuencia y la congruencia, que son las bases de la credibilidad, conducen a momentos en los cuales se pierde imagen. Pero la persistencia hace que prevalezca la credibilidad sobre los altibajos de la imagen.
 
• Me duele que el diálogo actual con la comunidad sea más mediático y de menor comunicación efectiva con los ciudadanos. Me duele que se haya reversado en materia de interlocutores. Hoy, desafortunadamente, adquiere de nuevo más peso el diálogo con los criminales que con los colombianos respetuosos de la Constitución y de la ley.

¿Coalición? No precisamente la Unidad Nacional…
 
• Hace un año, en recorridos por la Patria, con motivo de las elecciones regionales, hablábamos de la necesidad de que este partido sea un faro del Centro Democrático. El Centro Democrático, ese necesario equilibrio entre la seguridad, la inversión y la política social. Hoy, respetuosamente, lo reafirmo. Esto lleva a ser una fuerza de coalición distinta a la mecánica política, coalición con sectores independientes y políticos, sociales, del trabajo y de la producción. Desde esta Asamblea llamo a las directivas y a las bases del Partido Social de Unidad Nacional para que no se desconozcan las ideas que inspiraron su creación.
Derroche y no austeridad
 
• Al Gobierno le ha faltado la disciplina de la austeridad. No es una cuestión de estilo sino de ejemplo, de consideración con los recursos públicos. Deploro que gastos de funcionamiento, de aquellos que el Gobierno podría controlar, como los servicios personales, hayan crecido más el doble de la inflación, con variaciones de año a año entre el 7,25% y el 13,51%.
 
• Hay que escoger entre el Estado Social, léase Estado del Bienestar, o el Estado Derrochón. Hay que escoger entre el Estado Social o el Estado Burocrático. Las bonanzas de ingresos ni los estatutos de descentralización deben patrocinar el gigantismo burocrático.
 
• Da tristeza ver la expansión de cargos en el Gobierno Central o los gabinetes inflados en pequeños municipios.

Juan Manuel Santos:
 
El presidente quiso dejar claro que la U es su partido y que había sido su idea crearlo.
 
• Qué bueno, qué bueno estar aquí en mi casa. En la política la casa de uno es su partido, y estoy aquí en mi casa, en mi partido.
 
• Hace siete años nos reunimos a diseñar ese partido. Me acuerdo con el senador Luis Guillermo Vélez –que en paz descanse- largas horas discutiendo el nombre del partido y cómo fuimos desechando unos y escogiendo otros hasta que finalmente llegamos al nombre que hoy tiene el Partido de la U: el Partido Social de Unidad Nacional.
 
• Me acuerdo el escepticismo que reinaba en el entonces Palacio de Nariño. No estaban muy de acuerdo con la creación del Partido de la U.

Santos le mandó unos dardos a Uribe sin decir su nombre. Aquí algunas de las más fuertes:
 
• Yo vengo a está asamblea como un miembro más de este partido. No vengo aquí a un pugilato. Yo no vengo aquí como un rufián de esquina a demostrar que soy el que manda en el barrio.
 
• Yo no vengo aquí con resentimientos ni con odios.
 
• Yo no creo -óigase bien- yo no creo en los partidos hechos a la medida, que se acortan o se alargan, se colorean o se destiñen al ritmo a las necesidades del caudillo o del mandamás de turno, no.
 
• Es una doble moral venir aquí a hacer votos de fe y a rasgarse las vestiduras mientras debajo del poncho se prepara una puñalada contra nuestra colectividad.
 
• Yo sé que me han acusado de ser una especie de oveja o un lobo con piel de oveja, y que llegué elegido con un mandato y que estoy ejerciendo otro.
 
El presidente defendió algunas de sus decisiones más polémicas:
 
• Todo eso cambió. Todo eso cambió por un cambio en el estilo, en la forma de hacer la diplomacia, en introducir un elemento fundamental que se aplica inclusive en los matrimonios, en las amistades, en las empresas, en los países: el respeto por las diferencias. Así fue como yo hice las pases con el presidente Chávez, con quien tengo enormes diferencias.
 
¿Frente unido en seguridad?
 
• Yo le doy todo el crédito al presidente Uribe, y se lo he querido dar muchísimas veces, pero ustedes en el Partido de la U tienen que ser conscientes que desde ese momento hasta hoy, desde el año 2006 hasta hoy, los golpes que se han dado han sido unos golpes contundentes.
 
• Y en estos últimos dos años algunos han querido decir que estamos reversando la política, que estamos debilitando la seguridad, pero afortunadamente los indicadores y los hechos muestran lo contrario.
 
Defensa de la paz
 
• Y es por eso, esa capacitación, esas mayores capacidades que tienen no solamente de capital humano sino de capital físico, gracias también al apoyo del Partido de la U –a todo lo que le llegado al Partido de la U, el Partido de la U lo ha respaldado- eso es lo que nos ha llevado a pensar en la paz.
 
• Pero no sólo eso. Aquí está con nosotros Frank Pearl. Él era el Comisionado de Paz del Gobierno anterior, y él testigo, y son testigos mucha gente, que el Gobierno anterior hizo lo imposible para empezar este diálogo. Inclusive llegó al punto de escoger cuatro sitios donde se podrían conducir las negociaciones. Y le pidió al Gobierno de Brasil que le sirviera de garante, de intermediario. Hay cartas escritas en ese sentido. Y sin ninguna condición. Ahí no decían 'que cese el terrorismo, que cese el secuestro'. No: 'queremos hablar'.
 
• Y por eso no entiendo cómo ahora que nosotros lo hacemos, en unas condiciones que son muy favorables para el pueblo colombiano, entonces dicen: '¡Qué horror estar hablando con el terrorismo y hablando de una paz con impunidad!'.
 
• Esos son los sofismas que utilizan en la política quienes no pueden controvertir con hechos. Sofismas y falacias: 'La paz con impunidad'. ¿Quién ha hablado de impunidad? Todo lo contrario. Lo que hemos dicho es: aquí no habrá impunidad.