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ELECCIONES

De doble filo

El costo de las pólizas para candidatos que se presentan con firmas golpea a los independientes en municipios pequeños y salva a los rechazados por los partidos pero con chequeras gruesas.

7 de mayo de 2011

Solo unas pocas compañías de seguros están dispuestas a expedir pólizas de cumplimiento a candidatos para las elecciones locales de octubre. Una de ellas es Seguros del Estado. Lo curioso es que, hasta la fecha, no ha expedido la primera. Según una asesora de la compañía, han atendido a clientes potenciales, pero salen corriendo cuando se enteran de los requisitos que deben cumplir.

Alguien que se postule a la Alcaldía de Bogotá, por ejemplo, tendría que tener un patrimonio mínimo de 268 millones de pesos. Y aunque esa puede ser una cifra no descabellada para quien aspire a gobernar una ciudad de más de ocho millones de habitantes, para un candidato al Concejo de un municipio como Suárez, donde no hay más de cinco mil habitantes, tener 108 millones de pesos para respaldar la póliza resulta cuesta arriba.

Juan Carlos Castaño, un aspirante a la Alcaldía de Mariquita, Tolima, presentó la primera demanda ante el Consejo de Estado el pasado 11 de febrero. Argumenta que con la Resolución 003 de 2011 del Consejo Nacional Electoral, que aumentó el monto de las pólizas hasta en 1.900 por ciento, se le está violando el derecho a la igualdad y pide que se tenga en cuenta el principio de la proporcionalidad para que el monto de la póliza se ajuste al número de habitantes de los municipios más pequeños. A Castaño le siguieron los pasos disidentes del Polo que quieren constituir el movimiento Progresistas, con Gustavo Petro a la cabeza, e instauraron una acción de nulidad ante el Consejo de Estado.

Lo que ellos no saben es que entre las discusiones que tuvieron los magistrados del CNE cuando incrementaron el valor de las pólizas incluso se llegó a proponer un aumento de 3.000 por ciento. El magistrado del CNE José Joaquín Vives explica que la medida busca ponerles una talanquera a los personalismos en la política y fortalecer los partidos, que son mandatos de la reforma política de 2003. El problema no es que ahora las pólizas sean muy caras, sino que antes eran demasiado baratas y eso facilitaba la inscripción de candidaturas poco serias: en las pasadas elecciones más de 250 candidatos se presentaron por firmas.

Hay otros enemigos de la fórmula. El senador conservador Eduardo Enríquez Maya está en contra, lo cual hace pensar que hay partidos que arman rancho aparte con listas paralelas para alimentar sus redes clientelistas.

El mecanismo de inscripción por firmas, y no por avales de los partidos, ha tenido otros usos nocivos que desvirtúan su propósito de permitir la participación de independientes y de evitar la consolidación de una partidocracia excluyente. Las firmas se han convertido en el salvavidas de quienes ya fueron rechazados por los partidos porque en la competencia interna había mejores candidatos o porque al aplicar los filtros para asegurar transparencia e idoneidad moral no clasificaron.

Roberto Jiménez, hermano del paramilitar 'Macaco', buscó el aval del Partido Liberal para lanzarse a la Alcaldía de Dosquebradas, pero el partido se lo negó. Jiménez salió a recoger firmas y el 15 de abril presentó más de cuarenta mil ante la Registraduría. En Medellín, Luis Pérez, quien buscó el aval de La U y el del Partido Liberal primero, y ahora está buscando el de los conservadores y Cambio Radical, está recolectando firmas como plan B desde hace meses. Un grupo llamado Firmes por Medellín, que pauta hasta en las vallas del aeropuerto El Dorado, adelanta la tarea. Pérez fue denunciado por el senador Bernardo Alejandro Guerra en las elecciones de 2007, porque recogió firmas engañando a la gente en los barrios con el anzuelo de que su apoyo era para obras de alcantarillado. Y en el Valle se dice que Álex Loango, exgerente de Acuavalle y primo del senador Juan Carlos Martínez, preso por parapolítica, quiere recoger firmas. Lo más obvio para este aspirante sería inscribirse dentro del partido PIN, donde es notable la influencia de Martínez, pero como este partido fue tan cuestionado en las pasadas elecciones, Loango buscaría desmarcarse presentándose como independiente a la Gobernación. Hay muchos indicios que obligan a encender las alarmas.