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De espaldas al mar

La economía nacional sigue dependiendo de caminos de herradura, como se demostró con el bloqueo de la carretera que conecta a Buenaventura con el interior

26 de enero de 2004

La carretera Alejandro Cabal Pombo, que conecta a Buenaventura con el interior y es la principal ruta de la economía nacional, es un viejo camino de herradura. Esa es al menos la opinión de los 1.200 camioneros que transportan el 60 por ciento de la carga que entra y sale de Colombia. El mal estado de la vía quedó demostrado por los continuos derrumbes, seis en total, que se presentaron en los últimos tres meses, lo que provocó su cierre durante 15 días. Los 4.000 metros cúbicos de piedras que cayeron sólo pudieron ser removidos de manera parcial el martes, pues los técnicos del Instituto Nacional de Vías (Invías), en conjunto con expertos del Ejército, debieron dinamitar las rocas de 20 y 30 toneladas. Este derrumbe que paralizó la actividad portuaria en Buenaventura durante más de 50 horas dejó pérdidas diarias de 10.000 millones de pesos, según cálculos de la Sociedad Portuaria Regional de Buenaventura. Eso, sin contar con las pérdidas reportadas en el transporte de pasajeros.

Para Pedro Aguilar, presidente de la Asociación Colombiana de Camioneros, la situación es insostenible, "el mantenimiento es nulo, la señalización, deficiente y hay tramos donde el pavimento está hundido". Dijo que la responsabilidad es del Invías, ya que esta administra los peajes y debe encargarse del mantenimiento. Aguilar cuestionó el manejo de los 9.000 millones de pesos que se recogieron en 2003 y espera una explicación de su directora, Alicia Naranjo.

En diciembre de 2002, en el consejo comunitario que el presidente Alvaro Uribe hizo en Buenaventura, el ministro del Transporte, Andrés Uriel Gallego, anunció los compromisos de la Nación para culminar el corredor vial Bogotá-Buenaventura, como la recuperación de la vía Alejandro Cabal Pombo, la adición de un tercer carril y la adecuación de la antigua carretera al mar como alternativa. No obstante, es preocupante que ninguna de estas iniciativas haya arrancado, según indicó a SEMANA el gerente de la Sociedad Portuaria Regional, Víctor Julio González. Ante esto, el Ministro señaló que "tenemos un contrato con la firma Inverlink para la estructuración del corredor Bogotá-Buenaventura. Una vez adjudicadas las dobles calzadas Bogotá-Girardot y Pereira-La Paila, procesos que se realizarán en marzo de este año, se avanzará en la estructuración de otros tramos".

Pero más allá de las pérdidas hay un punto crítico para la economía nacional, "la pérdida cuando paraliza su actividad portuaria es en competitividad", explicó González. Y es que cuando los exportadores incumplen con los compromisos o cuando la producción nacional se retrasa porque las materias primas no llegan a tiempo, el país pierde credibilidad en los mercados internacionales y obliga a que sus socios comerciales busquen otras alternativas.

Motivado por ello el gobernador del Valle, Angelino Garzón, le presentó una propuesta a Gallego para que el departamento asuma el manejo de los recursos del peaje de Loboguerrero. La propuesta incluye el mantenimiento de la vía al mar, la construcción del tercer carril y la adecuación de la antigua carretera. "Si queremos hacer del Valle un centro de negocios competitivo, tenemos que asegurar una carretera que funcione 24 horas al día y 365 días al año", señaló Garzón. "No consideramos viable ni conveniente, para la región ni para el país, la propuesta del señor gobernador", fue la respuesta del ministro. Pero mientras llega el momento en que Inverlink se encargue de estructurar el negocio del mantenimiento y la adecuación de la vía al mar, sobre la carretera a Buenaventura los camiones pasan con una lentitud pasmosa por un solo carril, como en los tiempos en que era tan sólo un camino de herradura.