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Cientos de dibujos de Antonio Caballero ilustran la historia reciente del narcotráfico en Colombia. Permiten que el espectador de ‘Pablo’s Hippos’ haga un paralelo entre la vida de Pablo Escobar y la de los hipopótamos que trajo ilegalmente al país a finales de los años setenta

POLÉMICA

De Pablo a Pepe

La cacería de los hipopótamos en el Magdalena Medio es una parábola de la lucha del Estado colombiano contra Pablo Escobar y los narcotraficantes. Un documental recrea esa increíble metáfora de la historia reciente del país.

18 de julio de 2009

El guionista y publicista Antonio von Hildebrand se fue de espaldas cuando se enteró, hace más de una semana, que el Ejército colombiano había matado un hipopótamo en las selvas del Magdalena Medio. Pero su sorpresa no tuvo nada que ver con las consideraciones que motivaron a medios ambientalistas y defensores de animales a protestar contra el hecho. Se debió, como él lo reconoce, a que esa imagen de un grupo de militares mostrando el hipopótamo muerto como un trofeo de guerra, había pasado hace algún tiempo por su cabeza.

Es que desde 2006, von Hildebrand viene trabajando en un largometraje que reconstruye la influencia del narcotráfico en la sociedad colombiana. Un proyecto bastante singular, si se considera que su hilo conductor es el punto de vista de uno de los hipopótamos que trajo ilegalmente Pablo Escobar a finales de los 70 y que aún viven en la excéntrica Hacienda Nápoles, propiedad del capo.

Nadie mejor para caracterizar al controvertido animal que el periodista Antonio Caballero, quien desde el primer momento se enamoró del guión y decidió participar de su desarrollo. Por eso, en los últimos dos años ha dedicado buena parte de sus horas a ilustrar la vida del hipopótamo Pepe, que como el verdadero que fue cazado por el Ejército, tiene una historia similar a la del rey de la cocaína.

No en vano tanto el hipopótamo como Escobar pasaron parte de sus vidas huyendo de la ley; los dos fueron victimarios de campesinos indefensos y ambos murieron a manos de la fuerza pública en una escena que quedó registrada en una foto similar. "El hipopótamo de Pablo Escobar falleció como su dueño: tumbado en el piso y después de que las autoridades le dispararon por representar un riesgo colectivo", informó un informe de la agencia Reuters hace poco más de una semana, que ratificó la coincidencia entre las fotografías.

Para von Hildebrand, el paralelo entre los hipopótamos y los narcotraficantes llega aun más lejos: "son especies relativamente nuevas en el país, al principio despertaban ternura y curiosidad, pero con el tiempo demostraron su naturaleza; ambos están obsesionados con sus hembras, marcan territorio, se depredan a ellos mismos, son salvajes, poderosos y bastante brutos, tienden a ser gordiflones y, a pesar de su peligrosidad, su muerte genera conmoción". Así, insiste, mientras al entierro de Escobar asistieron más de 20.000 personas que veían en el narcotraficante a un benefactor, la reciente caza del hipopótamo Pepe causó reacciones en contra que no consideraron que en los dos últimos años el animal había causado estragos en el Magdalena Medio. Entre ellos, la destrucción de cultivos y la muerte de varios animales.

Sin embargo, la historia del hipopótamo de Pablo Escobar es sólo una parte del largometraje de von Hildebrand y Caballero. En él también se contará la historia de personajes relacionados con el capo, con la mafia, con la política o con los animales. Es así como en un trabajo que mezcla la animación con entrevistas y trabajo de archivo, también presentan testimonios de 'Popeye', la mano derecha de Escobar, e imágenes inéditas del narcotraficante que tenía guardadas su fotógrafo personal.

Además, se cuentan historias tan excéntricas como la de 'Matatigres', el hermano mayor del paramilitar Ramón Isaza, quien desde el año 2000 hace curaciones a los campesinos con patas de hipopótamos. O como la de una de las hermanas de Escobar, que tiene un hipopótamo disecado en la casa. O como la de Aguirre, un adolescente neoyorquino que busca salvar a los hipopótamos que viven en Colombia y cuya figura, en el documental, representa la inocencia.

La caza del hipopótamo Pepe llevó a von Hildebrand y su equipo a ponerle el acelerador al largometraje. En un mes lo acabarán de editar en Los Angeles, en septiembre lo enviarán al festival cinematográfico de Sundance, y en febrero de 2010 lo estrenarán en Colombia. "Estamos muy motivados", dice el guionista, mientras reconoce que no sale de su asombro. Y es que, al fin y al cabo, la suerte de los 'narcopótamos' de su película, se anticipó en la realidad. "La muerte anunciada de Pepe ocurre un mes antes de terminar la película... Sin duda, el titular de la noticia de este suceso, según dice, habría podido ser 'Ejército colombiano ejecuta en cacería a estrella de cine internacional"'.