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Emilio Tapia llevaba más de un año esperando a que los jueces le aprobaran un acuerdo para poder hablar contra Iván Moreno. Aún no lo han hecho pero habló.

BOGOTÁ

Emilio Tapia, el testigo clave

¿Por qué es trascendental su declaración en la Corte Suprema para el caso del cartel de la contratación?

7 de diciembre de 2013

La historia parece increíble. Hace ya dos años y medio aparecieron las primeras pruebas del carrusel de la contratación en Bogotá y hasta ahora nada les ha pasado al entonces alcalde Samuel Moreno y a su hermano, el entonces senador Iván Moreno.

Por eso el testimonio dado la semana pasada por el contratista Emilio Tapia, en la Corte Suprema, cobra especial significado. Para muchos puede parecer una confirmación más de todas las denuncias que se han publicado en los medios sobre el saqueo a la ciudad. Pero no es así de simple.

Hasta ahora, Tapia no había podido dar ningún testimonio ante los jueces (o en este caso magistrados) porque lo que se vive en los juzgados y tribunales es una especie de guerra fría para evitar que las audiencias avancen y los testigos clave declaren. Como bien se sabe, en el sistema penal acusatorio solo sirven las pruebas que se surten en las audiencias. Es decir, todo lo que se ha sabido de lo que ha dicho Tapia hasta ahora en la Fiscalía y lo que ha salido en los medios no tiene ningún valor probatorio mientras no lo diga él ante los jueces.

Por eso, ya que finalmente lo pudo decir ante la Corte, es probable que la semana pasada haya sido una de las peores semanas para Iván Moreno, quien hasta ahora parecía salir avante en los estrados judiciales.

El controvertido contratista Emilio Tapia corroboró que la ‘mordida’ que se pagaba en los contratos en Bogotá era de 6 por ciento. “Yo le dije al senador Iván Moreno que los contratistas (los Nule y Julio Gómez) darían una comisión del 6 por ciento del valor del contrato para que hablara con su hermano el entonces alcalde Samuel Moreno, él me respondió que estaba bien”, dijo Tapia. El testigo explicó además que parte de esa comisión les tocaba a él y a Julio Gómez.

El juicio está circunscrito a los dos contratos de mantenimiento de la malla vial –con los cuales se inició el escándalo del carrusel– que suman 187.000 millones de pesos. Es decir que, según el testimonio de Tapia, entre él y los Moreno se embolsillaron 11.100 millones de pesos. Y esos dos contratos, valga decir, son apenas una mínima parte de todo lo que habrían saqueado.

Y ese testimonio fue secundado por el de Julio Gómez ante la misma Corte. “Yo pagué 5.003 millones de pesos a Emilio Tapia para que se los diera a Iván Moreno con el objetivo de que nos ayudara con su hermano Samuel y nos adjudicara el contrato”, dijo este otro polémico contratista.

Tapia también les contó a los magistrados cómo se reunían en la casa de Iván Moreno o en la oficina que tenía Julio Gómez en el Centro Internacional de Bogotá. “La misión de Iván Moreno era ser el puente con su hermano el alcalde Samuel Moreno para que le fueran adjudicados los contratos 071 y 072 a los Nule y Julio Gómez”, precisó Tapia.

Tapia no había podido dar su testimonio porque curiosamente no se ha podido firmar el acuerdo que hizo con la Fiscalía sobre los delitos que le imputan por estos dos contratos. Y mientras no se firme ese acuerdo, él se estaría incriminando, pues este es sobre los mismos delitos. Por eso resulta extraño que mientras los acuerdos de otros procesados que no han aportado mayor cosa para esclarecer la verdad han salido adelante, al de Tapia un juez le ha puesto todo tipo de reparos, a pesar de que este contratista es la piedra angular que ha permitido a la Fiscalía develar el modus operandi del cartel.

Tapia también corroboró que “Iván Moreno sí solicitó unos terrenos para su esposa con el objetivo de que se construyeran unas bombas de gasolina. Incluso, los Nule me dijeron que querían congraciarse con el senador dándole eso terrenos”.

Por la manera como funciona la Justicia, los magistrados solo le preguntaron a Emilio Tapia por esos dos contratos. Pero él, al parecer, estaba dispuesto a hablar de muchos más. De alguna manera, Tapia se quitó un piano de encima. Pues mientras no pudiera declarar ante un tribunal su vida corría peligro. Tapia fue víctima de un atentado el 13 de septiembre, según confirmó la Policía.

Con esos testimonios es posible que Iván Moreno, considerado el cerebro del cartel, ya no tenga escapatoria. Está respondiendo por tres delitos: interés ilícito en la celebración de contratos, cohecho y concusión. Tras el testimonio de Tapia también estudian la posibilidad de sumarle un posible concierto para delinquir.