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DEFICIT DE GENERALES

Preocupación en las filas por la creciente falta de generales en el Ejército. En tres años se retiraron 27 y hoy sólo quedan 31.

1 de junio de 1998

Acomienzos de marzo el gobierno y los altos mandos militares crearon la Fuerza de Tarea del Sur, un cuerpo especial contraguerrilla encargado de perseguir a las Farc, que por esos días habían derrotado a un batallón de la Brigada Móvil 3 en el Caquetá.
Elegir a los comandantes de esa nueva unidad no fue difícil. El 11 de marzo fueron nombrados los generales Rafael Hernández López que se desempeñaba como inspector de las Fuerzas Militares y Jaime Humberto Uscátegui que era jefe de operaciones del Ejército. El problema quedó solucionado y los oficiales Hernández y Uscátegui viajaron al Caquetá a enfrentar la crisis.
De inmediato la cúpula militar en Bogotá se dio a la tarea de llenar las vacantes. No lo pudo hacer. Y no por falta de militares aptos para ocupar esos cargos, sino por la sencilla razón de que no había oficiales disponibles. Así, para llenar los puestos dejados por los generales Hernández y Uscátegui que, dada su importancia no podían quedar vacantes, se optó por duplicar las funciones de otros generales. Por esta razón el actual inspector de la Fuerza Aérea Colombiana, general Fabio Velasco, fue nombrado también inspector de las FF.MM., y el comandante de la Escuela de Ingenieros, general Euclides Sánchez, debió hacerse cargo también de la jefatura de operaciones del Ejército.
Este episodio no debería tener mayor importancia, pues al fin y al cabo el Ejército es una institución muy grande. Pero las cosas se complican cuando los movimientos de personal son de mucha responsabilidad y requieren mucho cuidado. Por eso la dificultad para encontrar reemplazos a los dos oficiales trasladados al Caquetá sirvió para corroborar un problema que afronta el Ejército desde hace dos años: la escasez de generales.
Aunque hasta ahora el asunto sólo se ventilaba en los cuarteles militares y en forma muy reservada, SEMANA ha podido establecer con altas fuentes del Ejército que la situación tiene muy preocupado al alto mando militar, que ya ha empezado a diseñar soluciones (ver recuadro).

¿Cómo se llegó a esto?
El déficit de generales en el Ejército tiene raíces muy variadas. En los 45 meses que lleva la administración Samper, 27 se han retirado del servicio activo. La crisis política generalizada que se desató con el cuestionamiento al gobierno y al Presidente también afectó en forma más seria de lo que se había aceptado a la institución militar. La línea de mando ha sido modificada en cuatro ocasiones. En el comando de las FF.MM. han sido nombrados cinco generales y cuatro en el comando del Ejército. Y por lo menos cinco dejaron las filas como consecuencia directa de los problemas de legitimidad del Ejecutivo.
Pero eso no es todo. Además de los cinco oficiales de alta graduación que abandonaron el Ejército como resultado de la crisis política, otros tantos fueron obligados a renunciar después de comprobarse su responsabilidad en los descalabros militares de los últimos años. Dos más murieron por problemas de salud y el resto salió del generalato porque no cumplió las expectativas.
Que la falta de generales es real lo certifican las cifras. Por decreto, cada año el gobierno autoriza un tope máximo de generales en cada una de las fuerzas. En 1998 el Ejército debería tener un total de 40 generales. Sin embargo hoy solo tiene 31 en servicio activo.
La falta de oficiales de alta graduación en el Ejército ha empezado a generar situaciones como la que se derivó de la creación de la Fuerza de Tarea del Sur. Pero no es la única. Otro caso se dio recientemente cuando el alto mando debió nombrar nuevos comandantes de división. Tradicionalmente aunque con muy escasas excepciones esos cargos son ocupados por mayores generales, es decir, oficiales de dos soles. Sin embargo, debido al déficit, en los comandos de la I y la IV divisiones, con sede en Santa Marta y Villavicencio, tuvieron que ser designados brigadieres generales Víctor Alvarez y Jaime Humberto Cortés, respectivamente es decir, generales de un solo sol.
Algo similar ocurre en los comandos de brigada, que deben ser ocupados por generales recién ascendidos. No obstante, sólo 10 de las 24 brigadas existentes llenan los requisitos y tienen como comandantes a brigadieres. En las 14 restantes quienes están al mando son coroneles.

El otro filtro
Aun cuando el retiro masivo de generales es una de las causas del actual déficit de altos oficiales en el Ejército, quienes saben del tema señalan que otra de las razones tiene que ver con el actual esquema de selección de los coroneles que aspiran a llegar al generalato. Para que un coronel pueda ascender a general se requieren las dos terceras partes de los votos del total de generales, quienes se reúnen después de que un comité especial evalúa una a una las hojas de vida de los coroneles.
Tanto la evaluación del comité como la votación de los generales se han convertido en un filtro por el que muy pocos logran pasar. Por ejemplo, en los últimos tres años 67 coroneles aspiraban al ascenso, pero por diversas razones que no son explicadas y ni han sido consignadas en un acta el cuerpo de generales solo seleccionó a 18. Aunque en teoría se supone que el mecanismo sólo contempla el análisis de capacidad y méritos de los aspirantes, hay quienes lo critican porque aseguran que, en muchas ocasiones, interfieren en la supuesta objetividad de la selección problemas personales y celos profesionales.
La escasez de generales es un asunto muy serio. Por esta razón la línea de mando del Ejército tiene en sus manos desde este año, cuando llegue el momento de escoger, la enorme responsabilidad de mirar con lupa la hoja de vida de los 24 coroneles que, hoy por hoy, aspiran a empezar esa etapa de la vida militar en la que en sus uniformes empiezan a brillar los soles.

Sí faltan generales
Sobre la falta de generales en el Ejército SEMANA dialogó con el segundo comandante de esa institución, general Fernando Tapias Staheling, quien se refirió a la preocupación existente en el alto mando militar.
* ''Es verdad que faltan generales. Por esa razón y conscientes de esa necesidad es que este año vamos a promover más generales".
* "Aun cuando debemos multiplicarnos, esa deficiencia no afecta en nada la eficacia de las operaciones y no produce traumatismos administrativos".
* "Esta situación ha sido generada, entre otras cosas, por los continuos cambios en la línea de mando".
* "El proceso de selección de los coroneles que aspiran a ascender es transparente. Primero un comité evalúa las hojas de vida y luego los generales votan".
* "Se trata de una escogencia en la que no hay odios, ni simpatías, ni animadversiones".
* "Que haya coroneles en cargos en los cuales debería haber generales no es tan problemático. Por ejemplo, el comandante de la Brigada 18 era un coronel. Hoy ese coronel ya es general y nuevamente es comandante de la 18. No es un problema de experiencia".
* "Para hacer más expedita la selección este año se van a introducir algunas modificaciones en el sistema. Pero le aclaro, ese método ha demostrado ser muy eficiente porque al generalato llegan los que son".