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En el debate participaron el ministro del Interior, Germán Vargas; el registrador, Carlos Ariel Sánchez, y el presidente del CNE, Juan Pablo Cepero.

POLÍTICA

Depuración del censo electoral aviva el debate en foro de SEMANA

El mininterior dice que el artículo de la reforma política que busca este objetivo no tuvo intención mezquina. El registrador aduce que ese artículo desconoce esfuerzos institucionales. Y el CNE considera que le quita validez al abstencionismo.

16 de febrero de 2011

Nuevamente la depuración del censo electoral fue motivo de debate. En esta ocasión, sus intervinientes fueron el mininterior, Germán Vargas; el registrador, Carlos Ariel Sánchez, y el presidente del CNE, Juan Pablo Cepero.

El ministro del Interior y de Justicia, Germán Vargas Lleras, reiteró su apoyo al artículo del desarrollo de la reforma política que busca depurar el censo electoral y lo reduce al número de personas que votaron en las elecciones pasadas. Sus declaraciones tuvieron lugar este miércoles durante el foro de la Revista SEMANA llamado “Elecciones, ¿del papel a la era digital?”.

El ministro explicó que ese artículo, que ha sido cuestionado por el Polo Democrático, fue adoptado en un foro y su autor fue el exalcalde de Bogotá Jaime Castro. “La idea me pareció buena -dijo-, apoyamos la iniciativa desde el Gobierno, pero sin un interés mezquino”.

Las declaraciones del ministro fueron en respuesta a las críticas del Polo Democrático, que en las elecciones pasadas llamó a la abstención, y, en su criterio, ese artículo de la reforma obligaría a los electores de ese partido a inscribirse nuevamente para poder participar en los comicios. La reforma, sin embargo, en este momento es estudiada por la Corte Constitucional, que será la que diga si es o no exequible.

Vargas Lleras también explicó que la medida amplía la posibilidad de que los potenciales electores inscriban su cédula por el período de un año, y no de dos meses, como se hace hasta ahora.

“Creo que sí es bueno que avancemos hacia un censo depurado”, dijo.

El registrador, Carlos Ariel Sánchez, quien estaba en el foro, respondió que el censo electoral debe estar integrado por la cantidad de cédulas expedidas y reiteró que si se aprueba la norma, el censo se reduciría de 30.600.000 cédulas a 15.000.000.

 
 

Sánchez dijo que con el avance tecnológico “¿cómo se les puede explicar a esos ciudadanos que el censo está mal hecho?”. Acto seguido explicó que del censo se han eliminado en los últimos años 1.600.000 cédulas de personas que fallecieron. Dijo que el argumento de que los “muertos votan” para hacer críticas a la depuración del censo es falaz, porque se han anulado cerca de 500.000 cédulas por problemas de doble cedulación o utilización indebida del documento en aras del fraude electoral.

“No se explica por qué se descalifican los esfuerzos institucionales para depurar el censo. En el proceso de identificación, el país ha avanzado mucho en 20 años”, agregó Sánchez.

El magistrado Juan Pablo Cepero, presidente del Consejo Nacional Electoral, secundó esa posición. Cepero señaló que el problema es que la depuración del censo incluida en la reforma política le quita el carácter político a la abstención activa, que la ejercida por los electores que no participan en los procesos electorales como una forma de protestar.

Cepero indicó que “por ejemplo, en los mecanismos de participación ciudadana, la abstención tiene un efecto político y jurídico, y cada vez los grupos que quieran protestar porque están en contra, tienen que inscribirse. Ante eso, yo veo desventajas”.

Otras discusiones

Vargas Lleras cuestionó que el Consejo Nacional Electoral no haya retirado la inscripción de unas cédulas, durante el proceso electoral del año pasado, en Soledad, Atlántico, después de que las autoridades no pudieron cotejar la autenticidad de de las huellas.

El magistrado Cepero le refutó y dijo que sí fueron anuladas cédulas en lugares donde estaba más que probado el fraude. Señaló, por ejemplo, que en un jurado de votación fue quien puso la huella en el 50 por ciento de las actas electorales de un municipio. No obstante, indicó que en casos donde, por ejemplo, la gente hace borrosa la huella o la pone dos veces, es más difícil cotejar su veracidad. De esta manera se han cometido muchos fraudes, pues el elector sabe que así puede restarle protección al escrutinio.

Cepero defendió la necesidad de que el registro sea biométrico para reducir el riesgo de fraude.

El registrador, por su parte, dijo que había una brecha entre la modernización de la identificación y el sistema de elección. “Nada sacamos cuando las inscripciones las tenemos que hacer en papel”, dijo, refiriéndose al hecho de que la identificación es electrónica, pero todo el proceso de inscripción previo a las elecciones es hecho a mano, lo cual facilita la suplantación de cédulas y la trashumancia electoral.

El ministro reiteró que en 300 municipios hay riesgo de que las bandas emergentes incidan en los procesos de votación o se presenten fraudes electorales. Por eso destacó un artículo de la reforma política que crea una unidad de delitos electorales en la Fiscalía, para poder judicializar a quienes constriñan a los electores.

“Ya identificadas las zonas vulnerables, la responsabilidad también es de partidos políticos, en el otorgamiento de avales e inscripción de candidatos”, dijo Vargas Lleras.

También destacó que las comisiones escrutadoras ya no van a comenzar su trabajo de revisión de los resultados 36 horas después de cerrada la jornada de votación, sino inmediatamente. Dijo que eso podría restringir la posibilidad de que los resultados se adulteren.

El registrador apoyó ese argumento y agregó que los resultados se podrían conocer más pronto. No obstante, señaló que es necesaria una reforma al Código Electoral porque está diseñado para la era del papel, y en el 2014, según lo estableció la reforma, se debe comenzar a instrumentar un sistema digital.

Cepero, por su parte, indicó que así como iba a comenzar más pronto el escrutinio, van a comenzar las reclamaciones de los abogados de los partidos y los candidatos. En su criterio, el problema del sistema electoral es estructural, refiriéndose a que los problemas sociales culturales inciden también en  el proceso electoral. Por eso enfatizó en la necesidad de instaurar el voto electrónico, aunque reconocíó que este no resolverá los distintos fenómenos del fraude electoral.
 
“Insisto en que el voto electrónico no es la solución a los problemas sociales y culturales, pero sí sería una base para comenzar… Sería el primer paso”, dijo.