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Entre 20 y 30 personas se encuentran desaparecidas tras el derrumbe en una mina de explotación ilegal de oro en Cauca. | Foto: Defensoría del Pueblo.

TRAGEDIA

“Era la primera vez que iban a buscar oro”

Habla el tío de tres jóvenes desaparecidos en el derrumbe de la mina en Cauca.

Luis Ángel Murcia, corresponsal en Cali
1 de mayo de 2014

“Como una cruel jugada del destino”. Así calificó don Angelino Carabalí la mala fortuna que acompañó a tres de sus sobrinos (dos mujeres y un hombre) quienes precisamente ayer miércoles 30 de abril salieron en busca de un mejor futuro, escarbando 'chispitas' de oro en una de las minas ilegales que hay en Santander de Quilichao, un pequeño municipio localizado al norte de Cauca.

Esa región del país amaneció 
de luto este jueves cuando se supo que el derrumbe de la noche anterior había matado a tres mineros artesanales y posiblemente sepultado a otros 20, cuya búsqueda y rescate lideran desde esta mañana organismos de socorro.

Miller, Eilsa y Joiner Carabalí, tres jóvenes que no superan los 30 años de edad, salieron emocionados hacia el gran socavón que se halla en la vereda San Antonio, a un lado del río Quinamayó, con la esperanza de cambiar radicalmente sus vidas, por cuenta del embrujo dorado.

Fue tal el entusiasmo, que Miller y Eilsa salieron junto cpn sus parejas, Yelly Balanta y Arley Carabalí, quienes también están desaparecidos.

Y aunque no tenían idea sobre cómo extraer oro, estaban motivados por las historias de aquellos afortunados que relataban sus encuentros con los puñados de chispitas doradas que brotaban de la tierra.

Pero casi 24 horas después de que 80 toneladas de lodo y piedra se derritieran sobre los mineros, sus cuerpos aún no aparecen. Las posibilidades de encontrarlos con vida se desvanecen con el paso del tiempo no sólo para ellos cinco, sino para las otras 15 personas que fueron reportadas como posibles víctimas.

“Lo curioso es que aunque vivían en la vereda, no se habían antojado de sacar oro; preferían ganarse la vida como obreros y, justo ahora cuando les da por ir, sucede la tragedia”, expresó don Angelino.

El anciano precisa con orgullo que él y su familia hacen parte de la comunidad negra que vive en el norte de Cauca y recordó con remordimiento que una de sus sobrinas, Miller, tiene dos hijos: “Son una parejita de 14 y 16 años de edad que posiblemente no volverán a ver a sus padres”.

Lo más dramático, es que quizás historias trágicas como la de la familia Carabalì se repetirán en las próximas horas, a medida que los rescatistas comiencen a recuperar los cuerpos de las 20 personas que, al parecer, están bajo las 80 toneladas de lodo y piedra que 
la mina sepultó.