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Desde la selva

Apartes del 'Diario de un gobernador secuestrado', que editorial Número lanza esta semana en Bogotá y Medellín.

12 de febrero de 2006

El 21 de abril de 2002 fue secuestrado el gobernador de Antioquia Guillermo Gaviria, quien permaneció en cautiverio hasta cuando murió durante un fallido operativo de rescate. Durante los 380 días de su secuestro escribió un diario que contiene reflexiones, vivencias, experiencias y planteamientos sobre la política, la vida, el amor. El libro recoge también algunas de las cartas que escribió. Diario de un gobernador secuestrado se constituye en pieza fundamental que toca la piel y lleva a la reflexión sobre la realidad colombiana. Estos son algunos fragmentos de una de las cartas del volumen. "12 de junio del 2002 Para Yolanda Pinto de Gaviria, primera dama del departamento de Antioquia Adorada esposa, dulce amor mío: (...) Cuando escucho tu voz en las madrugadas por Cómo amaneció Medellín, no sólo recibo tu mensaje, el que traen tus palabras; también me envuelve tu dulzura, me reconforta la fortaleza que revela el tono de tu voz, me llenan de orgullo la claridad, la prudencia, la generosidad de tus actos. (...) Amor, yo sé bien que estas circunstancias son más duras para ustedes que están allá, esperándonos y agobiados por la incertidumbre de nuestra supervivencia y sufrimientos, que para nosotros, que al fin y al cabo recibimos sus maravillosos mensajes con frecuencia. Para tratar de aliviar esta ausencia te escribo diariamente una pequeña reseña, que estoy enviándote con los temas que se convierten en nuestras noticias, las reflexiones y algunos pensamientos sueltos que se nos ocurren. No busca ser pieza literaria sino sólo llenar un poco el vacío de nuestra ausencia. También te envío una carta que te escribí para el Día de la Madre. Ingenuamente, creímos poder hacértela llegar, sin embargo ahora llega un poco tarde pero con todo mi amor. Los mensajes tuyos también reconfortan y alegran a Gilberto, así como los de Martha Inés, Lina, Camila y sus hijos y nueras; me generan gran optimismo y ánimo a mí. Amor, si es posible me encantaría, (...) que pudiera tener las grabaciones de tus mensajes, pues son mi mayor tesoro. Amor, he pensado en las dificultades económicas que puedes estar sufriendo. Si no lo has hecho ya, pídele a Ruth que te entregue la tarjeta y la clave; no sé cuál sea la situación de mi sueldo, pero si lo están consignando puedes disponer de él con total libertad. No sé si es posible, pero sería bueno que el banco permitiera autorizar tu firma; si no es posible, la tarjeta deberá servirte para manejar la cuenta. También puedes vender la moto y disponer del lote en Guane. Mi amor, lamento que nuestro patrimonio sea tan exiguo, tú sabes que mi meta nunca ha sido acumular riqueza; ahora lamento que sea tan precaria la situación económica y me he hecho el propósito de que, una vez que regrese, le paremos más bolas a asegurar un patrimonio que nos garantice un mínimo de estabilidad. Princesa, tanto Gilberto como yo necesitamos que nos envíen algunas drogas; te incluyo la lista, y creo conveniente que las empaquen por separado. Sé que enviaste un paquete pero no ha llegado todavía, así que no sé qué contiene (...) Mi amor, tus gestiones en relación con nuestra retención han sido excelentes; me pareció acertada la búsqueda de apoyo ante Naciones Unidas y un buen logro las instrucciones de Mary Robinson a Anders Kompass; también agradecemos mucho la buena voluntad del señor arzobispo. Creo que debo agradecer también las masivas manifestaciones de solidaridad. (...) Por favor, haz llegar felicitaciones y nuestro agradecimiento al alcalde Luis Pérez por la iniciativa y los resultados de la firmatón. No comprendo por qué no ha tenido más difusión. (...) Las movilizaciones del verdadero pueblo, del pueblo marginado, de quienes sufren las violencias estructurales en campos y ciudades, pueden explorarse, campo y sectores sociales pueden constituir una voz muy poderosa (son la verdadera voz). Mi vida, escuché tu mensaje sobre Yolandita; yo mantengo firme mi deseo de que tengamos una hija o hijo, si tú lo estás también, creo que deberías tomar las medidas necesarias para que cuando yo llegue no sea sino dar el "paso final". (...) Del espíritu, tus mensajes me mantienen en la mejor forma, y con el buen humor de Gilberto, que no se agota, las lecturas y oraciones y la gracia de Dios, estoy muy bien y puedo sortear esta adversidad. Mi amor, por último te ruego que le transmitas a mi madre un beso enorme y la certeza de que esta retención no es siquiera un poquito parecida a la de ella, que esté tranquila y no se preocupe por mí. Repito, que no se preocupe. Madre, recibe un beso y un gran abrazo de tu hijo que te quiere. (...) Pronto nos veremos con la ayuda de Dios. Estás cada minuto en mi mente. Te adoro".