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DESPEDIDA TECNICA

Por negarse a renunciar voluntariamente, fue declarada insubsistente la subdirectora de Impuestos

27 de octubre de 1986

"El 17 de septiembre cuando llegué de almorzar mi secretaria me contó que el director general de Impuestos, doctor Santiago Pardo, me había llamado dos veces. Desde la misma recepción me comuniqué con él, quien sin mayores preámbulos me dijo que debía obtener las renuncias que faltaban, es decir, las de los subdirectores Jurídico y de Determinación de Impuestos y la mía. Me dió un ataque de histeria.
Le contesté que en cinco minutos le respondía. Entré a mi despacho y sin pensarlo dos veces volví a llamarlo y le dije que yo no podía declarar insubsistentes a dos magníficos funcionarios y menos pedirles la renuncia, que eso le competía a él, y que en cuanto a mi renuncia, habíamos hablado claramente que todo dependía del trato que tuviéramos y que como hasta el momento no teníamos ninguno porque apenas habíamos hablado por espacio de diez minutos, yo no renunciaba". Así contó a SEMANA Angela Robayo Bello, abogada del Rosario, conservadora alvarista, los pormenores del que habría de convertirse en la semana que pasó, en un capítulo más del nuevo esquema de gobierno-oposición.

Y es que cuando trascendió que la funcionaria se negaba a renunciar, los micrófonos de todas las cadenas radiales y las cámaras de televisión de los noticieros pusieron su mira en Angela Robayo que se creció como un torero ante un buen toro. Su espontaneidad, sus declaraciones y la vehemencia con que defendía su trabajo, la convirtieron de la noche a la mañana en personaje nacional. El director de Impuestos, expidio el decreto número 2936 firmado por el Presidente de la República, en el cual declaraba por incapacidad, insubsistente en su cargo a la subdirectora de Impuestos y en su reemplazo nombraba al conservador Luis Fernando Ramírez Acuña, contador de la Universidad Jorge Tadeo Lozano y especializado en Brasil en auditoría tributaria.

Ante el decreto de insubsistencia oído en la radio por Angela Robayo sin consultarlo con sus jefes políticos según ella procedió a redactar un comunicado en el que expresa que con su negativa a renunciar quería poner a prueba "la sinceridad política tantas veces expresada, en público, por el régimen liberal para dejar claramente establecido que la responsabilidad moral de las destituciones y persecuciones políticas que están ocurriendo en todo el territorio nacional recae en cabeza exclusiva del gobierno liberal y no, de ninguna manera, en cabeza del Directorio Nacional Conservador, como algunos periodistas lo pregonan". El Directorio Nacional Conservador, por su parte, no se pronunció oficialmente sobre el hecho.

HOJA DE VIDA
La abogada Angela Robayo, de 31 años, lleva ya doce como funcionaria pública y aunque nunca ha estado dentro de la carrera administrativa, asegura que todos los cargos que ha desempeñado han sido conseguidos por méritos y no por recomendaciones o tarjetas de políticos. Esto no obstante ser una alvarista Triple A que llegó inclusive a ser la encargada de la organización de la misa que precedió la convención conservadora que lo eligió candidato.

Desde febrero de este año había sido llamada por Ana María de Jaramillo, para que se encargara de la Subdirección que es como el aceite que engrasa la máquina: más que un experto en impuestos, el cargo requiere de una gran capacidad administrativa.
La renuncia de la funcionaria parece ser más bien una jugada política.
Para muchos tiene el sello maquiavélico de Juan Diego Jaramillo, su padrino político, quien está dedicado a hacer alharaca en-defensa de la burocracia goda. El gobierno consciente de esto, hábilmente la reemplazó por otro conservador. En circunstancias normales, el subdirector de Impuestos siempre presenta renuncia cuando hay cambio de gobierno y con mayor razón si se retira el director que lo trajo. La novedad, pues, no está tanto en la salida de la funcionaria, como en la pretensión de quedarse.

Sin embargo, el episodio sirvió para subrayar la indefinición que existe entre cargos técnicos y políticos.
Ahora que existe un consenso en que los primeros son de libre remoción y nombramiento y los segundos no. En este sentido, el show sirvió y es conveniente que se le den vueltas al asunto.
Pero lo más difícil será establecer qué tratamiento se le dará a una persona cuando su cargo sea técnico pero su nombramiento actual totalmente político. --