Home

Nación

Artículo

Angelino Garzón

POLÍTICA

El Angelino del Presidente

Gracias a que el nuevo Vicepresidente conoce de vieja data a 'Alfonso Cano', el jefe de las Farc, puede convertirse en la clave para un acercamiento del gobierno con esa guerrilla.

21 de junio de 2010

Cuando se le pregunta a Angelino Garzón, nuevo vicepresidente de la República, cuál va a ser su papel en el gobierno de Juan Manuel Santos, repite un estribillo: "Seré el responsable de la política integral de derechos humanos, contribuiré al desarrollo de la agenda social y a la relación con los gobiernos locales y regionales".

En teoría, nada muy distinto de los antecesores en su cargo, quienes se dedicaron con énfasis a la problemática de derechos humanos. Pero si se tiene en cuenta la trayectoria de este bugueño de 64 años, comunicador social y especialista en derecho administrativo, se puede anticipar que su gestión en la Vicepresidencia puede incluso ir más allá de lo que han logrado sus antecesores.

Garzón puede desempeñar un papel protagónico en dos frentes cruciales para el gobierno: el del TLC con Estados Unidos y el de una eventual negociación con las Farc.

La imagen de Garzón puede ser útil para sacar adelante los TLC que quedaron pendientes de la era Uribe. En el caso del tratado con Estados Unidos, la situación de los sindicalistas en Colombia es una seria talanquera que ha impedido que el proceso fluya. Aunque Garzón fue líder sindical hace más de 20 años, ha mantenido ascendencia sobre estos grupos de trabajadores. Tanto que incluso en campaña su presencia pesó para que sindicatos como Sintrainagro se acercaran a Santos. No sería la primera vez que Garzón cumple esta función. A mediados de 2007, a pocos meses de haber terminado su destacada labor como gobernador del Valle del Cauca, le aceptó a Uribe acompañarlo en un viaje a Washington para hacer lobby a favor del tratado. Y también le suma el hecho de que estuvo como representante permanente de Colombia en Ginebra, donde tiene sede la OIT.

En segundo lugar, Garzón puede ser un verdadero gallo tapado en fórmulas de solución al conflicto armado. Haber sido militante del Partido Comunista y ex constituyente del entonces AD-M-19, pone una cuota de confianza para un eventual acercamiento con las Farc. Pero lo que más puede jugar a su favor es que en sus años de militancia compartió con 'Alfonso Cano', hoy máximo líder de esa guerrilla, y que en su Gobernación fue uno de los que defendió la opción de despeje de los municipios de Florida y Pradera para entonces buscar una solución al secuestro de los 12 diputados. Además, es cercano a la Iglesia católica y ha participado en la Comisión de Conciliación. Garzón es enfático en decir que hoy las cosas con la guerrilla han cambiado mucho. Que está plenamente identificado con la aplicación de la seguridad democrática a todos los armados ilegales y que solo se harán acercamientos con las Farc cuando se liberen todos los secuestrados, renuncien a esa práctica, a la del terrorismo y el uso de minas antipersona, y pidan perdón al país por el daño causado.

La vicepresidencia de Angelino Garzón marca un hito histórico pues es lo más alto que ha llegado en el Ejecutivo alguien que surgió de la izquierda. Además de sobreviviente de la extinta Unión Patriótica (UP), de la que fue vicepresidente, también fue secretario general de dos de las más activas centrales: la CUT y Fenaltrase. Cuando fue nombrado como ministro de Trabajo en el gobierno de Andrés Pastrana y luego embajador en el de Álvaro Uribe, le llovieron críticas que lo tildaban de malabarista político. Él se defiende asegurando que nunca ha militado en ningún partido desde esa época, ni siquiera ahora con la U.

De esta forma busca capotear también las inquietudes que despierta su cercanía con polémicos sectores políticos que fueron cercanos en su Gobernación, como fue Convergencia Ciudadana, a través del hoy ex senador detenido Juan Carlos Martínez, y el Movimiento Popular Unido (MPU), del también controvertido ex senador Carlos Herney Abadía, ambos grupos claves en la conformación del actual PIN. Él asegura que lo que hizo fue tener un mandato que integraba las fuerzas políticas de su región y que quienes ahora conforman el PIN han sido "implacablemente críticos" con su gestión.

De esta forma este líder, que se autodenomina como independiente, de centro izquierda y católico, llega, según sus palabras, como fruto de un acuerdo personal con Santos, libre de intermediarios. Un acuerdo basado en el conocimiento mutuo que tuvieron en la época en que compartieron gabinete, en el gobierno de Andrés Pastrana. Dice que no le sorprende la diferencia de él con Santos, pues es el llamado que tienen a la unidad en la diferencia, incluso en los orígenes sociales y políticos. Y en el caso de Garzón y Santos, sin duda, es algo que puede darle una marca especial a esta dupla que comienza este cuatrienio en la Casa de Nariño.