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La recuperación de este tramo de la vía Panamericana y otras obras en Popayán se concesionó en 1994 por 4.831 millones de pesos, pero una supuesta mala liquidación del contrato la elevó a 35.000 millones. El contratista aspira a que sean 103.000 millones.

DENUNCIA

El Baloto de los constructores

Contratistas que buscan ganar en los estrados 200.000 millones de pesos por obras que costaban menos de la mitad, algunas inconclusas, demuestra por qué la infraestructura del país sigue rezagada y requiere más abogados que ingenieros.

2 de junio de 2012

En Colombia está haciendo carrera la perversa frase "es mejor un buen pleito que una gran obra civil". Y a juzgar por las cifras parece que a algunos constructores les va mejor en los estrados judiciales que pavimentando vías.

Esa situación tiene tambaleando las arcas de ciudades como Popayán y Buenaventura, o departamentos como el Valle del Cauca, donde sus gobernantes se aventuraron en pleitos inseguros. Si los contratistas tienen éxito, podrían embolsillarse 200.000 millones de pesos. Lo irónico es que al sumar las obras, la cifra neta no llega ni a la mitad.

En un principio se pensó que el caso más escandaloso era el de la vía Medellín-Turbo, contratada en 1983 por 690 millones de pesos, que nunca se hizo, pero que terminó en 82.000 millones de pesos a favor del constructor y causó el arresto transitorio de un exministro.

Pero ahora el pleito más dramático está en Popayán. El Tribunal del Cauca condenó a la ciudad a pagar 35.000 millones de pesos al contratista Luis Héctor Solarte. Su pretensión final es de 103.000 millones y el proceso ya está en el Consejo de Estado. En 1994 la Alcaldía le concesionó por 103 meses la recuperación de la vía Panamericana y la construcción de cinco anillos viales. El proyecto costaba 4.831 millones de pesos y se financiaría con un peaje urbano, pero la comunidad se opuso. Ante esa dificultad, se acudió a la sobretasa a la gasolina. Todo iba bien hasta que en 1999 otro alcalde liquidó unilateralmente el contrato por considerar que no era una concesión, sino un contrato de obra cuyo monto ya estaba saldado con giros del municipio al contratista. En octubre de 2010 el Tribunal Superior falló a favor de este; le reconoce el recaudo del porcentaje de la sobretasa por el tiempo de la concesión hasta 2002.

La Alcaldía quiere arreglar por las buenas, pero un grupo de ciudadanos que se hicieron parte en el proceso instauraron una acción popular para evitar la conciliación. Patricia Mier, abogada de Solarte, le dijo a esta revista que su cliente siempre ha querido conciliar.

Otro pleito insólito es el del Valle versus Cisa. Ese problema también arrancó en 1995 en la construcción de la doble calzada Cali-Candelaria por 29.763 millones y una concesión por 22 años que se financiaría con un peaje que la comunidad también hizo desmontar.

Sin peaje no hubo obra. El consorcio pretendía 60.000 millones de pesos por perjuicios; finalmente, un laudo arbitral dijo que el monto era de 15.241 millones. Pero la deuda creció desde 2004 cuando el entonces gobernador, Angelino Garzón, se opuso e interpuso recursos legales. Según el contralor del Valle, Adolfo Sinisterra, ya se pagaron 29.000 millones y "hay pendiente otro cheque por 13.000 millones". Es decir, Cisa recibirá casi el doble del valor del proyecto sin haberlo ejecutado.

Otro contratista afortunado fue Franky Rojas, quien entre 1994 y 1997 se ganó dos obras que no sumaban más de 600 millones para construir un puente en Buenaventura. Uno de los contratos se liquidó con problemas y el otro no se pudo concluir. El Tribunal del Valle le dio la razón en un caso y tasó los daños en 1.555 millones de pesos en 2008. En total, la pretensión del ingeniero era de 12.000 millones. Lo insólito es que un año después, o sea en 2009, José Félix Ocoró, el alcalde que lo contrató 12 años atrás, decidió conciliar por la suma de 6.500 millones argumentando que "conocían de un proyecto de sentencia condenatoria". Obviamente, la sentencia nunca salió.

Más allá de la minucia jurídica, no cabe duda de que en Colombia algunos constructores ya le pegaron al Baloto.