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El ‘Cebollero’ manejó también por largo tiempo negocios en la plaza mayorista de Medellín y empresas de transporte público.

DECISIÓN

La estocada de la Procuraduría al ‘Cebollero’

Logró que el Tribunal de Cali echara para atrás la decisión de un juez que permitió el traslado de Jesús Alirio Rendón a Itagüí.

8 de julio de 2014

Jesús Alirio Rendón, alias el ‘Cebollero’, condenado a 13 años por delito de lavado de activos y concierto para delinquir, se ha convertido en una verdadera pesadilla para la administración de justicia.

El 7 de mayo pasado los abogados del comerciante interpusieron una acción de tutela para lograr que Rendón fuera trasladado de la cárcel de Jamundí (Valle) a la de Itagüí (Antioquia), bajo el argumento de que se le habían violado los derechos a la vida, salud y acceso a la administración de justicia.

También porque este hombre requería un tratamiento coronario que se cumpliría si se encontraba recluido en una cárcel cercana a los centros médicos especializados y donde su familia le pudiera suministrar los medicamentos necesarios.

El juez tercero penal del Circuito Especializado de Cali le amparó los derechos y Rendón vio su sueño cumplido. Ya había interpuesto otras tutelas con distintos argumentos sin suerte alguna, pero esta vez lo logró.

 
Pero ahora las cosas se le complican. La Procuraduría no se quedó de manos cruzadas e impugnó la decisión del juez ante el Tribunal Superior de Cali.

Los magistrados estudiaron el asunto y encontraron que el Ministerio Público tenía la razón, pues el servicio de salud que requería el ‘Cebollero’ estaba garantizado en el centro carcelario de Jamundí. El Tribunal fue más allá y advirtió que en la zona donde se encuentra esa cárcel existían los centros especializados para su tratamiento.

Semana.com consultó con fuentes del Inpec sobre lo que sucederá con Rendón. Aseguraron que aún no han sido notificados de la decisión, pero que tan pronto ello ocurra procederán al traslado del recluso a Jamundí.

El ‘Cebollero’, quien por años manejó un emporio derivado de actividades irregulares mezcladas con actividades lícitas, como la distribución de los licores de Antioquia, logró fama de ingeniárselas para lograr pagar su condena en lugares cercanos a su familia.

En abril del 2013 se conoció una tutela de su mamá, una anciana de 92 años, quien insólitamente argumentaba que requería el traslado de prisión para su hijo, pues “estaba muy viejita y antes de morir quisiera tocarlo”. Un juzgado de Medellín negó la petición.

Antes, había logrado que otro juez de la capital antioqueña le concediera el beneficio de la casa por cárcel debido a su “delicado estado de salud”. De ahí en adelante, entraba y salía de prisión domiciliaria, según los medios alertaran de irregularidades en el otorgamiento de sus beneficios.

Ahora, y si no ocurre nada extraordinario, regresará a la cárcel en el Valle, un lugar donde -tal parece- se encuentra incómodo.