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El cielo puede esperar

Antonio Navarro no será el próximo Presidente de la República, pero puede decidir quién será.

19 de julio de 1993

El cielo puede esperar
CUENTAN QUE EN 1991, DURANTE LAS SESIOnes de la Asamblea Constituyente, muchos le preguntaron a Antonio Navarro Wolf por que apoyaba la segunda vuelta electoral, cuando ésta iba en contra de las posibilidades presidenciales de un partido de izquierda. Parecía insensato que el M-19 se aliara con el Movimiento de Salvación Nacional de Alvaro Gómez en esta causa, pues la experiencia ha demostrado que después de la primera vuelta, el establecimiento tiende a aglutinarse para evitar la llegada de las llamadas fuezas antisistema. ¿Qué lógica tenía que un exguerrillero, representante por excelencia de estas fuerzas en Colombia, le diera su respaldo a este mecanismo? Según la anecdota, a esta pregunta Navarro Wolf contestó: "Es que yo se que no voy a llegar a la Presidencia, pero aspiro a ser la fuerza decisoria, y para eso se necesita que haya dos vueltas".
De ser cierta esta historia, los planes de Antonio Navarro pueden estar convirtiendose en realidad. Como se ven las cosas en la actualidad, es poco probable que Navarro vaya a ser el próximo Presidente de la República. Se anticipa que Ernesto Samper y Andrés Pastrana serán los ganadores de la primera vuelta y los finalistas para la segunda. Sin embargo, es bastante probable que él, con una tercera votación bastante alta, defina en la segunda, a través de su apoyo, cuál de los dos finalistas acabará en el Palacio de Nariño.
Aunque la comparación suena curiosa, es algo parecido a lo que les pasaba en los Estados Unidos a George Bush y a Bill Clinton con Ros Perot. El tejano millonario 110 podía ganar. pero del lado que el se inclinara se irían millones de votos. Eso es lo que se está diciendo en estos días de Antonio Navarro, y por eso nadie se da el lujo de ignorarlo. Samper y Pastrana le coquetean para siempre tener puentes tendidos. Ninguno lo ataca de manera directa y todos lo reconocen como un factor decisorio en la próxima elección presidencial.
El único que no está de acuerdo con este análisis es el propio Navarro. El, más que un factor decisorio, se considera un candidato viable con muchas posibilidades de quedar en uno de los los primeros lugares de la primera velta, e incluso de ganar en la segunda. Este optimismo está respaldado en algunos hechos concretos. Navarro tiene en la actualidad más fuerza de la que la opinión pública le reconoce. En todas las encuestas demuestra una gran solidez. Aunque en ninguna figura de primero, en algunas aparece de segundo, detrás de Andrés Pastrana y por encima de Ernesto Samper. En una encuesta de Consumer encargada por el M-19 en el mes de mayo, los resultados fueron: Pastrana 23 por ciento, Navarro 22 y Samper 19 por ciento. En otra encuesta de Napoleón Franco encargada por el Gobierno en abril, los resultados son casi idénticos: Pastrana 24 por ciento, Navarro 23 y Samper 19 por ciento. Esta situación probablemente ha cambiado, pues las dos encuestas se llevaron a cabo cuando Ernesto Samper era embajador en España y no precandidato en Colomhia. Sin embargo, a pesar de cualquier evolución en favor del candidato liberal, lo que queda demostrado en sondeos es que se trata de algo parecido a un triple empate.
A medida que se acercan las elecciones, la tradición en Colombia es que pierdan terreno las fuerzas antisistema. Navarro ha arrancado todas sus campañas con unos índices muy altos en encuestas que han tendido a evaporarse al llegar a las urnas. Por esto, y porque la Alianza Democrática está plagada de divisiones internas a todos los niveles, muchos piensan que su candidatura será fuerte, pero que será la tercera y que no llegará a la segunda vuelta. Como las reglas del juego electoral cambiaron con la nueva - Constitucion, y esta es la primera elección presidencial que se realiza bajo la nueva Carta, aún queda por ver si la premisa del retroceso de los candidatos anti-sistema, sigue siendo válida.

PALABRA QUE SI
En todo caso, la campaña presidencial del jefe de la Alianza Democrática es totalmente diferente a las de Ernesto Samper y Andrés Pastrana. Estas dos últimas podrían definirse como campañas científicas. Cuentan con un alto grado de sofisticación en técnicas electorales y con la participación de asesoria internacional al más alto nivel. La de Navarro es lo contrario. Nada de asesores de imagen, poco organigrama y poca sofisticación .
"Samper y Pastrana son candidatos de agencia de publicidad, y eso les va a restar comunicación con el electorado", afirma el jefe de la AD. Intrerrogado sobre quién es su jefe de debate, se limita a contestar "soy yo". A la pregunta sobre quién le maneja la publicidad, su respuesta es "un tipo en Medellín que ustedes no conocen". Posteriormente, sin dar el nombre de el "tipo", agrega que tiene una agencia de publicidad y que se le va a pagar una determinada cantidad por voto obtenido.
En cuanto a la financiación, afirma que sus fuentes son las mismas que siempre han respaldado económicamente la política en Colombia, solamente que en grado menor. "La mayoría de las grandes empresas le dan plata al M- 19, pero le dan mucha menos que al Partido Liberal o al Partido Conservador ".
Aunque después de una conversacion (de dos horas con Navarro no aparece un sólo nombre vinculado clara y directamente a la campaña, en lo que sí insiste el candidato de la AD es en que se trata de una campaña muy organizada. La organización para el no son oficinas en Bogotá sino el trabajo a nivel municipal. A Corozal, por ejemplo, donde la semana pasada tuvo lugar su lanzamiento oficial, Navarro había mandado cartas a 300 dirigentes locales que participaron en mesas de trabajo sin tener que comprometer su voto por él. Cada mesa produjo un acta, y a partir de esas actas se establecieron una serie de prioridades que él, en ceremonia pública y con firma autenticada ante notario, convirtió en compromiso de gobierno. Esta modalidad, la de las mesas de trabajo y el compromiso firmado ante notario, sea el gancho de marketing que piensa aplicar la Alianza Democrática a su campaña a nivel municipal, así como a nivel nacional con los programas de tipo sectorial como la política agropecuaria o la de salud. Aunque obviamente todo esto tiene un inocultable tinte populista, es una innovación electoral cuyo alcance es difícil de cuantificar.

EL PROGRAMA
Para ser una persona que le debe prácticamente la totalidad de su carrera política a Cesar Gaviria, Navarro no demuestra particular agradecimiento frente al primer mandatario.
"Gaviria llegó al punto de inflexión en las elecciones de octubre del 91, cuando tenía que escoger entre el respaldo de las instituciones o el respaldo de la opinión pública, y se decidió por el primero". Este "punto de inflexión", explicado con más detalle lo que quiere decir es que para Navarro, el Presidente le dió luz verde a los auxilios nacionales para que aceitaran las maquinarias de los partidos tradicionales y ganaran esas elecciones.
Al presidente Gaviria le atribuye dos defectos: ser insensible socialmente y ser demasiado neoliberal. Aún así, le reconoce convicciones ideológicas diferentes de las tradicionales que requieren valor para ser impuestas. El, por su parte, simplemente cree que no funcionan: "El país crece, pero menos de lo que estan diciendo. El modelo neoliberal, además de estar produciendo una concentración exagerada de la riqueza, está reenlplazando la producción por la especulación. Colombia hoy es más un casino que una farbrica". Su tesis es que importar es en la actualidad mejor negocio que producir y cree que el origen del problema es que la apertura omitió el prmcipio de selectividad.
En cuanto a la concentracióin del ingreso, la fórmula de Navarro sería "sentarse a negociar con los grupos económicos". Considera que los recursos de los grupos, combinados con los de Cusiana, son de tal dimensión que hay que concertar su destinación para maximizar su beneficio. " Una nueva política industrial ", es la frase que más aflora en su programa económico, y que según el debe ser financiada conjuntamente por el Estado y el sector privado. No se trata, según él, de confiscar recursos, sino de orientarlos hacia proyectos rentables a mediano y largo plazo, en los cuales los grupos económicos serían socios. Para Navarro, el Estado no puede limitarse a crear una infraestructura. Tiene que liderar el desarrollo de los megaproyectos que son demasiado grandes para el sector público o para el sector privado individualmente, pero no para los dos juntos.
En cuanto a la privatizacióin de la televisión, Navarro va en contravía de todo el mundo. Cree que no debe hacerse y que puede ser grave si llega a suceder: "Como candidato de un partido de izquierda, debo reconocer que Colombia tiene hoy un pluralismo informativo superior al de muchos países industrializados.
Preservar ese pluralismo es una prioridad, y la privatización puede acabar con él " .
De todos los temas, del que habla con más pasión es el de la educación: "En este campo no veo una estrategia. No hay una sola idea nueva, y la educación se esta volviendo cada vez mas clasista. El que va a una escuela bilingüe acaba de ministro, el que va a una escuela rural, encuentra todas las puertas cerradas". Agrega que cuando la educación no es elitista es pésima, y que estos dos puntos se están polarizando más que antes: "Antes en la universidad, los ricos convivian con los pobres. Hoy ya practicanzente no se conocen". Ante un diagnóstico tan radical, su solución es bastante moderada: concentrar los esfuerzos en los primeros años de educación de las escuelas publicas, particularmente en las zonas deprimidas.
Todas estas cosas son las que rondan por la cabeza de un -hombre que, durante muchos años, hechó bala en el monte y que hoy quiere ser Presidente de la República. Curiosamente, es el más viejo de los tres candidatos punteros, pues en la Nueva Colombia, 44 años son suficientes para ser el anciano del grupo. No se arrepiente de su pasado y considera que la guerrilla era la fórmula adecuada para ser fiel con la historia en los años 60 y 70: "Los espacios políticos siempre se habían abierto a bala en el país. Por eso nos fuímos para el monte. Ahora se pueden abrir a punta de votos, y por eso vamos a las elecciones".