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G U E R R I L L A

El comienzo del fin

La muerte de ‘El Nene’ deja acéfalo al EPL y podría iniciar el declive definitivo de esa organización.

28 de febrero de 2000

Fue en octubre del 98. “Si nos llevan nos va a tocar pagarles con canciones”, le dijo el cantante del Mariachi Garibaldi al comandante del Ejército Popular de Liberación, Hugo Alberto Carvajal Aguilar. El guerrillero, llamado ‘El Nene’, no dudo un instante y a punta de fusil ordenó a los músicos que lo acompañaran con sus guitarrones y trompetas.

Con esa insólita acción este hombre, nacido el 9 de noviembre de 1972, empezó a llamar la atención. “Soy el nuevo comandante del EPL”, advirtió. Su protagonismo, sin embargo, duró poco pues su cadáver fue hallado el viernes pasado en una fosa localizada en la vereda El Líbano, corregimiento Santa Cruz de la Colina, de Matanza, Santander.

Sus restos fueron llevados hasta allí por sus compañeros después de un combate librado el 13 de enero contra tropas del Batallón de Contraguerrillas No. 5 ‘Los Guanes’. “Es una de las mejores noticias para el país”, dijo a SEMANA el brigadier general Eduardo Santos Quiñones, comandante de la Segunda División del Ejército, con sede en Bucaramanga. “Es un golpe contundente, significa la práctica desarticulación y desmembración casi total del EPL”.

Con su muerte esta guerrilla, nacida en los albores de los 60, queda acéfala —ya que ‘El Nene’ había reemplazado a Francisco Caraballo, detenido en la cárcel de Itagüí—, y puede entrar en una fase terminal. Durante su breve liderazgo ‘El Nene’ se alejó de la línea revolucionaria de este movimiento que, en concepto de Pedro León Arboleda, uno de sus fundadores, era: “Combatir al enemigo, servir al pueblo y ser siempre dignos combatientes del presidente Mao”.

Al contrario, el EPL entró con él en una fase de bandolerización extrema. ‘El Nene’ pasará a la historia como el comandante que ordenó la muerte a sangre fría de varios civiles, el asesinato del padre de Cáchira, Pedro León Camacho, en plena misa; el secuestro de monseñor José de Jesús Quintero, obispo de Tibú; del cantautor Jorge Velosa y de la imposición en Santander de las ‘pescas milagrosas’ en las que tomó a 120 personas. Algunas de ellas, como Luz Marina Uribe, fallecieron en cautiverio. “Era uno de los máximos responsables del secuestro en Colombia”, sentenció el general Fernando Tapias, comandante de las Fuerzas Militares.

El temor que despertaba entre la población hizo que el rumor de su muerte corriera de boca en boca. “La población nos puso sobreaviso”, reconoció el general Santos. Sus hombres empezaron a escarbar entre la montañosa, tupida y ondulada zona de Matanza. El viernes hallaron su cuerpo, que estaba junto a la tumba de Diomar Alirio Angarita, alias ‘Armando’, comandante del frente Libardo Mora Toro, de quien también se presentía había caído en un combate.

Con el hallazgo se cierra un ciclo más del vertiginoso descalabro del EPL. Este grupo, que antes nadaba como pez en el agua en Urabá y que en 1990 llegó a contar con 2.200 militantes, tiene hoy, según informes de inteligencia militar, unos 300 combatientes y en la zona bananera es sólo un recuerdo.

Su círculo se cierra en los Santanderes y el sur del Cesar. Y Caraballo ha perdido la ascendencia sobre sus hombres al extremo que ahora figura en la lista de canjeables de las Farc, grupo que además ha contribuido al exterminio del EPL asesinándole a los guerrilleros que dejaron las armas y fundaron Esperanza, Paz y Libertad.

A la muerte de ‘El Nene’ se suma la captura de dos de sus hermanos, acusados de rebelión. Un analista dijo a SEMANA: “Esto significa que el EPL probablemente acentuará las acciones terroristas, serán más sangrientas pero cada vez más aisladas porque ya será difícil volver a tener la fuerza de hace algunos años”. Atras quedaron los 60 y 70 cuando sus fundadores soñaban con emular la Gran Marcha de Mao.