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EL 'DOSSIER' MESTRE

Semana revela las pruebas que tiene la Fiscalía contra el ex senador Eduardo Mestre

29 de mayo de 1995

EL LUNES DE LA SEMANA PASADA FUE UN mal día para el ex senador Eduardo Mestre Sarmiento. Estuvo nervioso, parco y desconcertado durante la segunda indagatoria que rindió ante un juez sin rostro. En su primer interrogatorio, que se llevó a cabo un día después de su captura, Mestre había salido airoso. Haciendo gala de su gran capacidad oratoria, el político liberal se había mostrado ante la Fiscalía como un abanderado en la lucha contra el narcotráfico y un defensor de la extradición. Señaló que en 1982, él había sido ponente de la ley de que le dio luz verde a ese tema y cursó en el Congreso de la República.
Pero ese lunes las cosas se le pusieron color de hormiga cuando una voz distorsionada -la del juez sin rostro- entró en materia y al otro lado de la pequeña cabina donde se cncontraba Mestre con su abogado, le preguntó cuál era su relación con el periodista Alberto Giraldo. A partir de ahí la retórica del ex parlamentario pasó a un segundo plano para darle paso a cuestionamientos directos y concretos. Mestre le dijo a la Fiscalía que su relación con Alberto Giraldo no iba más allá que la de cualquier político con un periodista .
Para la Fiscalía la respuesta de Mestre no fue satisfactoria. Las pruebas recogidas durante ocho meses por parte de un equipo de fiscales especiales en coordinación con el Bloque de Búsqueda, demuestran que entre Mestre y Giraldo había algo más que una simple relación de tipo profesional.
Según la evidencia, Eduardo Mestre y Alberto Giraldo tenían entre sí mucho más que el intercambio de información que se da entre un periodista y su fuente. De acuerdo con documentos que tiene en su poder la Fiscalía General de la Nación, Mestre y Giraldo compartieron hospedaje en el hotel Intercontinental de Cali en varias oportunidades. Dos de ellas ocurrieron el 9 de junio y el 6 de agosto del año pasado. Aunque a simple vista no es ningún delito que dos personas se alojen en el mismo hotel, en este caso hay más de una coincidencia.
La primera de ellas es que Mestre y Giraldo, según la investigación, no tuvieron que preocuparse por pagar su estadía en el hotel. Las respectivas facturas fueron cargadas en una sola cuenta que la empresa Inversiones Ara Ltda. tiene en el Inter. Como lo reveló SEMANA en su edición anterior, esta es una empresa de fachada del cartel de Cali cuyos principales accionistas son Miguel Rodríguez Orejuela, su esposa Amparo Arbeláez y sus tres hijos.
La segunda coincidencia es que en esas mismas fechas en el lujoso hotel caleño también estuvieron hospedados los abogados Juan Fernández Carrasquilla y Servio Tulio Ruiz, reconocidos como los principales voceros jurídicos de los hermanos Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela. Las cuentas de los dos abogados también fueron canceladas por Inversiones Ara Ltda.
Otro detalle que ha llamado poderosamente la atención de los investigadores y que es objeto de un análisis especial por parte de la comisión de fiscales tiene que ver con las fechas durante las cuales se hospedaron los cuatro personajes en el hotel Inter dc Cali. La primera -9 de junio- ocurrió 10 días antes de la segunda vuelta de la elección presidencial. Y la segunda -6 de agosto- tuvo lugar un día antes de la posesión del nuevo Presidente de la República.
Durante la indagatoria Eduardo Mestre Sarmiento explicó que esos dos viajes a Cali y su estadía en el hotel Intercontinental obedecieron a invitaciones que recibió para dictar conferencias y que desconocía quién o quienes le pagaron sus cuentas. Agregó que no tenía ni idea que una empresa del cartel de Cali era la que sufragaba sus gastos.

LA CONFESION DE PALLOMARI
Estas evidencias son apenas una mínima parte del voluminoso expediente que tiene en sus manos la Fiscalía General de la Nación contra el ex congresista liberal. El material probatorio recogido por el ente acusador le ha permitido a la Fiscalía determinar que entre Mestre y el cartel de Cali existía una estrecha relación de amistad y de negocios. Y para los investigadores no hay duda alguna de que Mestre es junto con Giraldo "el principal relacionista público del cartel de Cali con la clase política colombiana".
No sólo por las cuentas de minibar y hospedaje en el hotel Intercontinental es que Eduardo Mestre se encuentra hoy tras las rejas. SEMANA estableció que hay mucha más tela de donde cortar. Otra de las pruebas importantes que posee el ente acusador es la existencia de por lo menos siete cheques girados a nombre de Eduardo Mestre por parte de la Distribuidora Agropecuaria La Loma, cuyo accionista principal, de acuerdo con el registro de la Cámara de Comercio de Cali, es Miguel Rodríguez Orejuela. Todos estos pagos son mensualidades de cinco millones de pesos, realizadas durante el primer semestre de 1994.
La existencia de estos cheques fue descubierta por el Bloque de Búsqueda el 8 de julio del año pasado cuando fue allanada la oficina Asesoría Contables y Financieras, propiedad de Guillermo Pallomari González, alías 'Reagan', quien fue capturado en esa oportunidad. En una indagatoria realizada por un juez sin rostro, Pallomari entregó la clave de la relación Mestre Sarmiento -cartel de Cali. En esa declaración, quien es considerado como el j efe financiero de los Rodríguez Orejuela, señaló que Eduardo Mestre tenía vínculos y nexos con el cartel. Explicó que los desprendibles de los cheques girados a Mestre estaban en su poder porque "don Miguel me los manda para que yo los revise".
Fuentes cercanas a la investigación señalaron a SEMANA que durante el interrogatorio del lunes pasado el fiscal sin rostro le preguntó a Mestre sobre la declaración de Pallomari, y el ex parlamentario se descontroló y en medio de su nerviosismo señaló que todo era una gran mentira y que los cheques correspondían a la venta de un apartamento con unos tapetes que le hizo a Omar Pérez, quien aparece como el representante legal de Distribuidora Agrícola La Loma.
Aun cuando faltan por revisar dos mil folios del 'Dossier Mestre', las pruebas que tiene la Fiscalía le permiten afirmar que el ex parlamentario se enriqueció ilícitamente gracias a sus nexos con el cartel de Cali. El análisis de los fiscales indica que la fortuna ilícita de Mestre asciende hoy a cerca de 1.000 millones de pesos. Por su parte, Eduardo Mestre se defendió ante esa acusación y dijo que sus ingresos mensuales son cercanos a los 12 millones de pesos. De ellos 4,8 millones corresponden a la pensión que recibe por parte del Congreso de la República. Los demás ingresos provienen, según su declaración, de asesorías a empresas financieras en Europa y Estados Unidos. Dio los nombres de cinco empresas en el exterior a las cuales presta sus servicios.

BUSQUEDA EN EL PASADO
Para corroborar que el enriquecimiento ilícito de Mestre ha sido sostenido desde mediados de los años 80, los fiscales sin rostro decidieron meterle mano al episodio del Banco de los Trabajadores. Según el expediente, en 1981 esa entidad crediticia, controlada por Gilberto Rodríguez Orejuela, le otorgó a Eduardo Mestre una carta de crédito por 10 millones de pesos, la que fue utilizada para adquirir acciones de la Corporación Financiera de Boyacá, que a comienzos de ese mismo año había sido adquirida por Rodríguez Orejuela.
En las investigaciones se estableció que la carta de crédito por los 10 millones de pesos solicitada por Mestre, fue pagada al Banco de los Trabajadores por algunas droguerías de los Rodríguez Orejuela, entre ellas Servicio Social, Drogas la Séptima, Drogas Unidas, Laboratorios Cresfor y Coodrogas. Para cancelar la deuda con las droguerías, Eduardo Mestre les vendió un lote situado en cercanías de la terminal de transporte de Bucaramanga, propiedad de la firma Urssn Ltda, de la cual el exparlamentario era socio.
El anterior relato describe los principales elementos que la Fiscalía tiene contra el hombre sobre el cual recaen las acusaciones más graves hasta ahora en la olla que destapó hace dos semanas el fiscal Alfonso Valdivieso. Sorprende que el principal protagonista de todos estos episodios haya sido una persona inteligente y estructurada, apreciada por todo el mundo, no solo en los círculos políticos sino sociales. Pero por cuenta de su detención, Mestre acabó convirtiéndose en el símbolo de lo que los colombianos aceptaban antes y ahora rechazan. Y aunque su relación con los hermanos Rodríguez Orejuela era conocida públicamente, Mestre logró ser congresista, diplomático y estuvo cerca de ser designado a la Presidencia de la República.
Como él mismo lo confesó hace algunos años en una entrevista, su sueño era ser presidente. Ahora es evidente que por cuenta de sus nexos con el cartel de Cali esa aspiración ya no es posible. No obstante, Mestre enfrenta problemas mucho más graves que la no realización de sus sueños. Se encuentra en la casa cárcel de La Modelo, virtualmente cobijado por un auto de detención. Y como lo señaló el columnista D'Artagnan, Mestre ha sido objeto de un trato de delincuente que nunca se le aplicó a personajes con un extenso prontuario como 'Popeye', 'Osito' y compañía.
En los próximos días la Fiscalía debe pronunciarse oficialmente sobre este tema pero más allá de la decisión de la justicia, por lo menos ya se conoce un veredicto. Aquel que termina con la carrera pública de Eduardo Mestre y que, además de un símbolo de purificación y un gran escándalo político, incluye una gran tragedia personal.