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El drama continúa

¿Hasta dónde llegaron el gobernador encargado de Antioquia y Yolanda Pinto para buscar la liberación de Guillermo Gaviria Correa?

18 de mayo de 2002

Lo unico que hasta ahora tienen claro los colombianos es el inmenso amor que Yolanda Pinto profesaba por su esposo, Guillermo Gaviria, asesinado junto a su consejero de Paz, Gilberto Echeverri, y a ocho militares en las selvas de Urrao.

Durante más de un año el país la escuchó incansable, exigiendo la firma de un acuerdo de intercambio humanitario para ponerle fin a su drama, la admiró por su entereza durante las dolorosas exequias y ahora asiste conmovido ante las revelaciones de las cartas que se cruzaban entre ambos, en las que muestra la plena vigencia del amor pese a la dolorosa separación.

Movida por semejante prueba de afecto los colombianos entienden que ella hiciera todo lo que estaba a su alcance para lograr la liberación de su esposo. Como dice la familiar de un secuestrado, el país no logra dimensionar todo el dolor que sienten las víctimas. En la noche se duerme con sobresaltos, en el día no se piensa en otra cosa.

Con el fin de volverlo a tener a su lado fue que empezó a buscar un contacto directo con las Farc, como ella misma lo reconoció la semana pasada. ¿Hasta dónde llegó? La pregunta la ha ido respondiendo por capítulos que cada vez sorprenden más.

Todo empezó cuando, en una rueda de prensa en Bogotá el viernes de la semana pasada, el sargento Pedro Guarnizo, único rescatado que quedó ileso, reveló que el domingo 4 de mayo un helicóptero fue a Urrao por 11 guerrilleros que estaban enfermos. Dijo que había "seis elementos de la guerrilla con pito" y que el día anterior se habían ido otros cinco para acompañarlos. "Se fueron 11 guerrilleros a las 5 y 30 de la tarde. La Cruz Roja o la gobernación, no sé en qué sitio, iban a llegar en un helicóptero y les iban a tomar las muestras". En el relato Guarnizo dijo que el sonido de los helicópteros de la operación militar los confundieron porque pensaban que se trataba de los que iban a prestarles ayuda de salud.

En la misma rueda de prensa el cabo Agenor Viellar dijo que ellos habían escuchado que la "esposa del gobernador fue la que lo mandó", en referencia al helicóptero. El escándalo explotó porque la gente empezó a preguntarse cómo era posible que la esposa del gobernador asesinado supiera con exactitud el sitio donde estaba su marido al punto de enviar un helicóptero. Ella se defendió y aclaró que se trató sólo de gestiones humanitarias, tal como lo sabían el gobernador encargado, Eugenio Prieto, y el presidente de la República, Alvaro Uribe, a quien "personalmente le informé en agosto de 2002 sobre los acercamientos humanitarios con las Farc"..

El jefe de Estado de inmediato aclaró su posición. En un comunicado oficial dijo que no sabía de esos contactos. Detalló que fue 'informado de que recibieron una razón, a través del Servicio Aéreo de Salud, proveniente de las Farc, supuestamente del sujeto Trujillo, de acuerdo con la cual liberaría al gobernador o al ex ministro o a ambos si el gobierno procedía a liberar una señora que se encontraba en la cárcel, y que habría tenido relaciones afectivas con el señor Trujillo". Aquí el enredo se hizo mayúsculo, nada menos que por los protagonistas de la historia. Trujillo sería Oscar Usuga Restrepo, alias 'Isaías Trujillo', comandante del frente 34, que tenía cautivos al gobernador y a su consejero de Paz y quien, además, está casado con Fanley Orrego, alias 'Erica', quien era la segunda al mando del frente guerrillero, detenida desde el 15 de mayo de 2001.

Esto significa que en la práctica se estaba buscando un canje de Gaviria por la amante del jefe insurgente. El escándalo salpicó al gobernador encargado quien, al reaccionar, terminó complicando más la situación. Dijo que él nunca tuvo contacto con Trujillo pero sí con "el Bloque José María Córdova, con alias 'Benkos' (jefe del frente 57)" y aclaró que "separó lo familiar de lo institucional. Eso fue lo que conversamos con el señor Presidente".

En medio del dolor de Yolanda Pinto y del gobernador Prieto el país empezó a comprender que seguramente ellos habían tenido contacto con las Farc por razones humanitarias, para lo cual se había hecho uso de los helicópteros. Como en la zona pueden operar tres tipos de naves las miradas se dirigieron hacia sus operadores. En primer lugar la Cruz Roja Internacional, que rechazó tajantemente la versión con el sólido argumento de que hace dos años no transporta combatientes de ninguna de las partes, ni siquiera heridos, por las agresiones militares que ha recibido. Luego el Programa Aéreo de Salud de Antioquia, cuyos voceros argumentaron que no habían ido a Urrao, tal como lo revelan las planillas de vuelo. Finalmente quedaban las naves de la gobernación. Antioquia tiene dos. Una con capacidad para cuatro personas, que hace tres semanas que no vuela, y un Bell con capacidad para 12 personas, que según las rutas de vuelo de ese día 4 de mayo estaba en Carepa. Es decir, que el día al que hace mención Guarnizo no se envió ninguna nave de la gobernación.

Lo que sí aceptó el gobernador encargado es que el helicóptero sí llevó en dos oportunidades a la zona de Urrao drogas y víveres, con destino a Gaviria y su asesor de Paz Gilberto Echeverri, y que obtuvo pruebas de supervivencia.

El país no salía de su asombro cuando la señora Pinto fue más allá y contó que ella había tenido contactos a través de un beeper con Aicardo de Jesús Agudelo, 'El Paisa' (que obedece a 'Isaías Trujillo'), quien fue la persona que dio la orden de matar a su esposo. Y, por si fuera poco, reveló un detalle insólito. Contó públicamente que ella misma le había pedido en una carta enviada a su esposo que gestionara con los jefes guerrilleros un permiso para hacerle llegar una muestra de esperma, lo cual, según ella, fue tomado por él "con mucho interés y procedió a tramitar autorizaciones para hacerlo" para realizar el sueño de embarazarse y tener un bebé juntos.

"Hay un detalle hermoso de mi esposo. Nosotros pensábamos tener una hija antes de partir a su secuestro y eso se nos había quedado truncado", relató. "Mi amor, qué bueno sería que tú me pudieras hacer llegar tu semillita y lo pudiéramos lograr para que cuando tú llegaras pudiéramos tener nuestra hija". Ella contó además que "él ya había logrado esa autorización de una parte de la comandancia", hecho que ella valora como un gesto de que los guerrilleros de las Farc le "daban buen trato".

De todo este episodio queda una cosa clara: que el drama que vive una persona con un familiar secuestrado es de proporciones inimaginables y que es difícil juzgar a quienes actúan bajo este chantaje perverso.